Tras la tormenta de ayer, parece que la calma ha vuelto durante la apertura de las bolsas. Los futuros del S&P 500 rebotaron en las operaciones nocturnas, al igual que lo hizo Nikkei 225 y los mercados de Asia-Pacífico. Según el análisis ya más pausado que hacen las gestoras internacionales, aunque no fue sorprendente, la corrección que ha sufrido el mercado ha resultado más brutal y concentrada en el tiempo de lo que se esperaba.
“Los mercados mundiales de renta variable, ya de por sí extremadamente volátiles desde mediados de julio, han experimentado una espectacular liquidación tras la publicación del dato de empleo en Estados Unidos, que ha despertado el temor a una posible recesión en ese país. Esta corrección se materializó en un rápido descuento en los precios de los recortes de los tipos de los fondos de la Reserva Federal, tanto en número como en magnitud, en una drástica caída de las yields de los bonos estadounidenses a largo plazo y un salto del cambio yen/USD de más del 13% en las tres últimas semanas”, resume Jean-Louis Nakamura, Head of Conviction Equities, boutique Vontobel.
En su opinión, parte de este movimiento de los precios es legítimo. “Las previsiones de crecimiento de los beneficios eran probablemente excesivas para 2025 y años posteriores y han tenido que adaptarse a partir de una base más realista. El hecho de que el dato de empleo se publicara después de la reunión de la Fed deja también a los mercados con el temor adicional de que no se produzca ningún rescate real de la política antes de septiembre. Sin embargo, adoptando una visión algo más a largo plazo, estos acontecimientos obligarán a la Fed a abandonar su duradera parálisis, mientras que la evolución de los tipos de interés a largo plazo ya proporciona un suelo a la magnitud de un desplome económico en Estados Unidos”, argumenta Nakamura.
Las correcciones duelen
Sobre si el mercado ha reaccionado de forma exagerada, Rob Almeida, Gestor de carteras y estratega de inversión de MFS Investment Management, recuerda que “el precio es lo que pagas y el valor es lo que obtienes”. En su opinión, el precio de los activos de riesgo era demasiado alto y el valor estaba por debajo de lo que la gente esperaba. “La volatilidad es el mercado ajustándose a suposiciones incorrectas, lo que nos lleva de vuelta a la pregunta anterior: las expectativas del mercado sobre los ingresos, creemos, eran demasiado altas. Aunque las ganancias o beneficios aún no han caído, los mercados lo descuentan antes de que suceda mediante evidencia tangencial, que es quizás lo que obtuvieron la semana pasada”, argumenta Almeida.
En este sentido, los análisis de las gestoras apuntan a ser prudentes e interpretan el episodio de ayer como una corrección. “El sentimiento reacciona a los precios y el reciente repunte de la volatilidad a corto plazo, unido a una fuerte caída, ha provocado un coro de llamadas a la recesión, pero nos parece un poco prematuro empezar a hablar de recesión. No cabe duda de que unos precios más bajos pueden tener un enorme efecto psicológico. Pero los inversores deben dar un paso atrás y analizar los fundamentos, que siguen siendo buenos”, afirma Jack Janasiewicz, estratega de carteras de Natixis IM Solutions.
Tal y como explica el experto de Natixis IM Solutions, los riesgos se han desplazado de la preocupación por la inflación a la debilidad del mercado laboral. “El riesgo para la inflación se ha inclinado hacia una ralentización de la inflación en lugar de una aceleración, mientras que el lado laboral de la ecuación corre el riesgo de que aumente la tasa de desempleo. En este contexto, se ha ampliado la brecha entre lo que los inversores quieren que haga la Reserva Federal de EE.UU. y lo que el FOMC ha estado comunicando.Los indicios apuntan a una ralentización de la economía. Pero desaceleración y lentitud son dos cosas muy distintas”, argumenta.
“Aunque agosto es un mes muy propicio para momentos de tensión como el actual, pensamos que los temores asociados a una recesión inminente son prematuros. Así, y aunque creemos que la economía transita hacia un escenario de menor dinamismo, indicadores recientes como el del mercado laboral estadounidense, casan más con un aterrizaje suave de la economía”, añaden los analistas de Banca March.
Hablamos de rescisión…
Como bien han indicado todos los análisis, esta gran volatilidad cabalga bajo los lomos del temor a que EE.UU. caiga en una recesión. “El temor a una recesión en EE.UU. vuelve a dominar la escena, al combinarse la rápida pérdida de impulso del mercado laboral con la escasa demanda de los consumidores en los resultados de las empresas. El mercado cree ahora que la Reserva Federal va por detrás de la curva y que recortará rápidamente en las próximas reuniones para evitar un aterrizaje brusco. Todo esto se ha reflejado en los mercados asiáticos, donde ayer comenzaron a deshacerse las operaciones de carry trade y predominaba el sentimiento de aversión al riesgo”, explica Michael Langham, economista de abrdn.
Sin embargo, Langham considera que el trasfondo macroeconómico no es tan nefasto como indican los mercados. “El fuerte crecimiento de la oferta de mano de obra en los últimos años ha contribuido a enfriar el mercado laboral y el número de despidos en EE.UU. sigue siendo bajo. En Asia, el repunte de las exportaciones tecnológicas y la todavía boyante demanda interna no deberían hacer saltar aún las alarmas a los responsables políticos”, argumenta. Así, su previsión es que la Fed empiece a relajar su política monetaria en septiembre, “lo que debería permitir recortar los ciclos en algunos países emergentes de Asia”. Además, “los posibles estímulos adicionales en China también podrían tener algunos efectos positivos, suavizando cualquier desaceleración en la región”, añade.
En este sentido, a la hora de hablar de los fundamentales, Ariel Bezalel y Harry Richards, gestores del fondo Jupiter Dynamic Bond de Jupiter AM, apunta dos tendencias relevantes: la desinflación sigue vigente en las cifras estadounidenses del segundo trimestre y Las perspectivas de atonía del mercado laboral también eliminan una posible espiral de salarios y precios. “Estados Unidos ha exhibido un fuerte crecimiento económico en los dos últimos años. Creemos que una desaceleración podría estar justificada en este momento y se perciben signos de debilidad en los dos pilares del ciclo pospandémico: el mercado laboral y el consumo”, explican estos dos gestores de Jupiter AM, poniendo el acento en la palabra “desaceleración”, lo que está lejos de hablar de una recesión.
Implicaciones para el inversor
Tras haber analizado qué estuvo detrás de este “lunes negro” y ver su repercusión, la pregunta que queda en el aire es qué supone todo esto para el inversor. En opinión de Gregor M. A. Hirt, Global Chief Investment Officer Multi Asset de Allianz GI, los inversores a largo plazo que actualmente están al margen probablemente querrán esperar varios días antes de aprovechar la oportunidad de reingresar, ya que las ventas forzadas podrían continuar con el aumento de la volatilidad.
En este contexto, Hirt se muestra prudente y considera que más que a un cambio fuerte en los fundamentos, los inversores deberán considerar ciertas implicaciones como, por ejemplo, que el dólar estadounidense podría debilitarse aún más si la Fed recorta un esperado 100 bps en 2024, lo cual es también un factor crítico para la deuda de mercados emergentes. “Con la corrección exagerada y una moneda apreciándose, creemos que es demasiado tarde para reducir las acciones japonesas. Más bien, la pregunta es si agregar al yen como refugio seguro, si una mayor apreciación de la moneda genera más volatilidad en el mercado”, argumenta.
Además añade que cualquier rally adicional en los rendimientos dependerá de las noticias económicas de EE.UU. a largo plazo. “Los rendimientos podrían subestimarse a corto plazo si la incertidumbre del mercado persiste debido a la reversión del mercado de acciones y al hecho de que muchos inversores aún tienen efectivo y bonos neutrales. En nuestra opinión, los empinadores de la curva deben mantenerse por el momento. En las acciones de EE.UU., favorecemos solo posiciones largas modestas en nuestras carteras fundamentales de múltiples activos y estaremos atentos a los próximos datos económicos del país y, por supuesto, al camino de las elecciones”, añade el experto de Allianz GI.
Según reconoce el responsable de Conviction Equities, si el desplome de los precios de los activos de riesgo se prolonga significativamente, no puede excluirse un recorte de emergencia por parte de la Fed. “En ese caso, el rebote de las acciones podría ser tan brutal como el reciente episodio de ventas masivas, y los sectores y mercados más apoyados por los motores seculares y/o la sensibilidad a los tipos de interés (tecnología, inteligencia artificial, EE.UU., Taiwán, India) serían los que progresarían más rápidamente”, concluye Nakamura.
Por último, Paolo Zanghieri, economista senior en Generali AM, parte del ecosistema de Generali Investments, apela a lo que la experiencia les ha enseñado: “El pánico es enemigo de las decisiones acertadas. Las condiciones fundamentales siguen siendo buenas por el momento y los mercados están reevaluando los posicionamientos elevados y el sentimiento de euforia técnica, lo que podría conducir a un mejor punto de entrada en el futuro”.
En este escenario, el equipo de estrategia de Banca March mantiene su posición infraponderada en renta variable considerando que la volatilidad seguirá elevada en el corto plazo y las correcciones se podrían puntualmente llegar a extender. “Sin embargo, vemos prematuro los temores a una recesión y consideramos que, a medio plazo, existen oportunidades. Tras las recientes caídas recomendamos esperar a señales de estabilización y estaremos preparados para sacar provecho de la situación si a lo largo de los próximos días se produce una sobrerreacción de los mercados”, concluyen desde Banca March.