Inflación al alza, la Fed anunciando su tapering, una revisión sobre las valoraciones… Inflation, tapering, valuations… ¿qué deberíamos esperar de la renta variable global en el año que acaba de empezar? Jeff Klingelhofer, co-responsible de inversiones en Thornburg IM, comparte su vision sobre las mayores oportunidades y desafíos que presenta este 2022.
Con 2021 ya en el espejo retrovisor, ¿cuáles son las mayores lecciones que aprendió a lo largo del año pasado? ¿Le ha pillado algo por sorpresa?
Navegar 2020 no fue una gestion fácil, pero después de tener que afrontar una pandemia global – y con la ayuda de bancos centrales y políticas fiscales en todo el mundo- la economía global y los mercados financieros no solo recuperaron el terreno perdido sino que generaron resultados extraordinarios en 2021 que asombraron a los inversores. La mayor lección de 2021 ha sido que nunca deberíamos menospreciar la capacidad del mercado para subir en un contexto de incertidumbre y adversidad. La otra lección ha sido no descontar la capacidad del consumidor para fortalecer la economía e impulsar el crecimiento de beneficios corporativos. Respaldado por las ayudas en forma de cheques del gobierno federal de EE.UU., en el primer semester de 2021 el gasto en consumo se recuperó rápidamente desde la contracción de 2020 y se convirtió en el motor claro del crecimiento económico.
Centrándonos específicamente en la renta fija, los mercados de renta fija tampoco siguieron el guion que muchos habían esperado. Animados por las políticas acomodaticias de la Reserva Federal, junto con el paquete de estímulos multi billonario del gobierno, los diferenciales de crédito entre la deuda corporativa estadounidense y los Treasuries se estrechó hasta sus niveles más bajos en más de una década. Vimos una historia similar para el high yield, donde los diferenciales se colapsaron y los precios se dispararon.
De cara a 2022, ¿cuáles son sus expectativas para la inflación y el crecimiento económico en 2022?
Nuestra perspectiva es que la inflación ha sido en general un fenómeno transitorio, porque esperamos que los cuellos de botella en la oferta se reduzcan hasta cierto punto en 2022, aunque no de manera exagerada. También creemos que la demanda al consumo se ralentizará, ya que hace mucho que los consumidores accedieron a sus cheques de ayuda y el nivel de ahorro personal está reduciéndose. Juntándolo todo, el desequilibrio entre oferta y demanda del año pasado mejorará, aunque es probable que los salarios se mantengan más altos. Por tanto, esperamos que la inflación general se mantenga elevada, aunque debería empezar a suavizarse y permanecer en niveles moderados en 2022. Nuestra expectativa para el crecimiento económico en 2022 girará en torno a estas cuestiones: ¿con qué rapidez se reparará el mercado laboral? ¿será la recuperación del mercado laboral suficientemente fuerte para reemplazar los estímulos a través de ayudas que se disiparán? Somos optimistas, aunque cautos, respecto a que la recuperación económica actual se mantendrá bien este año, pero se ralentizará debido a factores estructurales en 2022 tales como la caída de los ahorros y la rejalación de la demanda procedente de los consumidores confinados.
¿Cómo han impactado los riesgos inflacionarios y la perspectiva de subidas de tipos sobre el posicionamiento de su cartera?
Está por ver si las presiones inflacionarias implican absolutamente unos tipos más altos este año. La causa que está guiando la inflación es muy importante para comprender cuándo se debe determinar la velocidad y la cantidad de subidas de tipos que hará la Fed, y esto dependerá en gran medida de si la inflación está impulsada predominantemente por los salarios al alza o por la continuación de los desequilibrios entre oferta y demanda. Si es el primer caso, pensamos que el mercado laboral estadounidense será capaz de sostener salarios mayores de los previos al Covid-19, ya que venimos de décadas de salarios reprimidos. Una subida general de los costes laborales se trasladará en una inflación mayor, pero no en gran cantidad.
Por otro lado, si la inflación está más bien impulsada por los desequilibrios entre oferta y demanda y estos persisten, pensamos que la Fed actuará más agresivamente para refrenar la inflación y no permitirá que se sobrecalienten los mercados. A finales de noviembre, el presidente de la Fed y otros miembros dejaron de usar la palabra “transitoria” para describir la situación inflacionaria en EE.UU. Esperamos que la Fed estará vigilando de cerca los próximos datos macro y que reaccionará apropiadamente para evitar que se desboque la inflación.
Con las subidas de tipos llamando a la puerta en 2022, muchos inversores se están cuestionando el rol de la renta fija. Seguimos creyendo que los bonos tienen un largo historial sirviendo como contrapeso en las carteras durante los periodos risk-off y que pueden seguir haciéndolo al proporcionar protección frente a las caídas y diversificación. Por tanto, hemos ajustado nuestro posicionamiento de cartera para ser más defensivos. Estamos favoreciendo las oportunidades de menor duración y seremos todavía más selectivos con nuestras inversiones en crédito. Por ejemplo, durante los dos últimos años la emisión de deuda estadounidense con grado de inversión se ha duplicado y las compañías han tomado una posición significativa de endeudamiento gracias a los tipos de interés ultra bajos. Será más importante que nunca seleccionar los bonos corporativos de las compañías que tengan flujos de caja fuertes. y puedan dar servicio a su deuda cuando acabe la pandemia. Vemos oportunidades actualmente en los mercados de titulizaciones que están respaldados por el gasto sano del consumidor estadounidense.
¿Cuáles son los riesgos que merece la pena vigilar en 2022? ¿Qué le mantiene despierto por las noches?
Las previsiones de retornos serán discutiblemente bajas de aquí en adelante en comparación con contextos previos, en los que los inversores disfrutaron de retornos de doble dígito por parte de las bolsas durante muchos años. Los retornos vistos en los últimos años ya no son sostenibles en el medio plazo. Por lo tanto, el riesgo más importante reside en estas preocupaciones: ¿Cómo podrán prosperar los inversores en un entorno en el que hemos estirado durante 30 años la caída de los tipos en renta fija, y y cómo continúas generando retornos atractivos? Se necesitará una gran dosis de creatividad para generar retornos positivos para nuestros clientes, y los gestores activos son los mejor capacitados para afrontar este desafío.
Thornburg is a global investment firm delivering on strategy for institutions, financial professionals and investors worldwide. The privately held firm, founded in 1982, is an active, high-conviction manager of fixed income, equities, multi-asset solutions and sustainable investments. With $49 billion in client assets ($47 billion AUM and $1.9 billion AUA as of December 31, 2021) the firm offers mutual funds, closed-end funds, institutional accounts, separate accounts for high-net-worth investors and UCITS funds for non-U.S. investors. Thornburg’s U.S. headquarters is in Santa Fe, New Mexico with offices in London, Hong Kong and Shanghai. For more information, please visit www.thornburg.com.
For more information, please visit www.thornburg.com