La proliferación de fondos gestionados con criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno ha sido alimentada con el mantra del marketing de que los inversores “pueden hacerlo bien al hacer el bien”. Aunque indudablemente es verdad, con demasiada frecuencia los criterios ESG se convierten en un ejercicio solo para quedar bien tanto por fondos como por empresas. Muchos fondos ESG incluyen por defecto posiciones abultadas en tecnológicas o compañías que practican “greenwashing”. De manera inversa, los proveedores de datos ESG suelen asignar a muchas compañías ratings de sostenibilidad bajos, incluso con compañías que realizan esfuerzos genuinos y coordinados para mejorar su sostenibilidad.
Este momento para el ESG se puede transformar en grandes inversiones tanto en términos de sostenibilidad y en potenciales retornos. Pero evaluar adecuadamente su progreso relativo por sectores y geografías culturalmente diversas, particularmente en mercados emergentes, no es una tarea fácil. En Thornburg creemos que una evaluación sólida es tan crucial para el análisis ESG como en el tradicional. Entrevistamos a continuación al gestor Charlie Wilson, que cogestiona las estrategias de inversión en emergentes de la firma. Wilson explica cómo su equipo define y efectúa el análisis ESG, que es parte y parcela de su análisis financiero tradicional y monitoreo continuo de compañías.
Muchos fondos ESG parecen empezar con filtros negativos que simplemente excluyen compañías de industrias potencialmente problemáticas. ¿Cómo deberían implementarse los filtros ESG, bajo vuestro punto de vista?
Nuestro análisis busca capturar los costes de las externalidades tanto positivas como negativas. Por eso no solo realizamos filtros de exclusión. Las externalidades positivas se pueden reflejar en un coste de capital más bajo gracias a los menores riesgos por responsabilidad, mientras que las externalidades negativas se pueden manifestar en mayores costes de capital debido a por ejemplo un uso intensivo de energía, uso de agua o emisión de gases invernadero.
En nuestra experiencia, al usar métricas ESG, mejoramos el análisis financiero tradicional y esto nos permite conseguir una fotografía financiera más completa, porque puede dar información de una tasa de descuento más realista y permite realizar proyecciones sobre ingresos y flujos de caja más ajustados. En general, pensamos que las compañías cuya estrategia o modelo de negocio está basado en la amplificación de las externalidades positivas y reducir o eliminar las negativas se beneficiarán de una mayor confianza en la sostenibilidad de la generación de flujos de caja, un coste de capital más bajo y el potencial para incrementar la reinversión en oportunidades a lo largo del tiempo.
¿Ayuda la volatilidad en los mercados emergentes a crear un entorno particularmente favorable para los verdaderos gestores activos?
Estas regiones tienen mercados de capital menos maduros y una base de inversores institucionales más pequeña; sus economías tienen un mayor componente cíclico y volatilidad de las divisas y más riesgos regulatorios y políticos, por no mencionar la diversidad de los estándares ESG. La alta frecuencia de la rotación de factores entre valor y crecimiento en los emergentes también evidencia la volatilidad en estos mercados. En muchas situaciones, estos elementos también contribuyen conjuntamente a amplificar el optimismo o el pesimismo de los inversores, impulsando a las valoraciones mucho más lejos de su justiprecio de lo que sucede en mercados desarrollados. En los emergentes, estas ineficiencias y dislocaciones se producen a lo largo de todos los sectores, geografías, capitalizaciones, niveles de calidad del negocio y estilos de inversión como valor, crecimiento o calidad. Queremos explotar estas ineficiencias al casar la amplia experiencia de cada miembro del equipo de inversión con un análisis fundamental profundo y sus insights sobre las características extrafinancieras de los negocios con la habilidad para evaluar el impacto de las externalidades y una mejor ecuación rentabilidad/riesgo en torno a un gran set de oportunidades, ya que solo el índice comprende las acciones de compañías de más de dos docenas de países.
* Based on the Eurozone domiciled segment of the MSCI World Index
Source: FactSet and Sustainalytics
¿Cómo lo aplicáis a nivel de selección de compañías?
En nuestro proceso de selección de acciones, nos centramos en compañías vibrantes con atributos que creemos que mitigan los riesgos corporativos: compañías duraderas con una posición de mercado líder o en crecimiento; un liderazgo y un buen gobierno fuertes y de calidad, y la habilidad para financiar su propio crecimiento, por lo que normalmente tienen flujos de caja positivos. También deben cotizar a precios que sean atractivos para nosotros para iniciar o incrementar una posición, por lo que también buscamos un margen de seguridad.
También añadimos una capa macro debido al riesgo divisa, ya que depende mucho de los déficits fiscales o por cuenta corriente, o por ambos, por el nivel de los tipos de interés y de la inflación. En estos casos, el precio objetivo de nuestras posiciones debe coincidir, que no superar, nuestras proyecciones sobre obstáculos a la rentabilidad basadas en una potencial depreciación de la divisa, ya que cubrimos casi todas nuestras inversiones a dólares. Aunque siempre hay al menos algunas compañías geniales que encontramos en países que están pasando una mala racha económica; esas firmas que demuestran resiliencia en los malos momentos tienden a hacerlo mejor durante ciclos completos de mercado y pueden ser excelentes inversiones.
Finalmente, cada posición debe ofrecer un “camino hacia el éxito”, es decir, presentar catalizadores o hitos que los lleven a cerrar el descuento que vemos en nuestro análisis de su valor intrínseco. Tener hitos claros vuelve más fácil monitorizar el progreso de nuestra tesis de inversión en cada valor de las carteras.
Gestionáis estrategias bastante concentradas, de entre 48 y 60 posiciones. ¿No genera eso una mayor volatilidad en la cartera? ¿Cómo soluciona esto vuestro proceso de construcción de carteras?
Bueno, una vez más, todo empieza a nivel valor. Te sorprendería cómo una compañía fuerte en un mercado prometedor no solo puede sobrevivir, sino prosperar en momentos económicos difíciles, tomando cuota de otros competidores menos atentos que no solucionan las necesidades o intereses de todos sus stakeholders. Que, por cierto, no solo incluyen a los clientes, accionistas y propietarios mayoritarios; obviamente, también a sus empleados, proveedores y comunidades locales.
En nuestras carteras, pensamos que podemos conseguir mejor nuestros objetivos de rentabilidad al realizar inversiones de mayor tamaño y más significativas en un conjunto de nuestras mejores ideas, que son altamente seleccionadas y bien diversificadas. Al enfocar el capital en los valores de mayor convicción, naturalmente nuestras carteras tienen menos posiciones, ponderaciones medias más elevadas y más capital en las diez posiciones más grandes, que suelen equivaler usualmente a más del 40% de la cartera.
Por tanto, en la construcción de la cartera, aunque siempre somos conscientes de la volatilidad absoluta y relativa al índice, para nosotros es más secundario para el retorno potencial de las carteras en el largo plazo. Pensamos que nuestra construcción de carteras ayuda a mitigar el impacto de la volatilidad al diversificar nuestras inversiones en diferentes segmentos de mercado con diferentes motores de negocio subyacentes. Dada nuestra selección de valores, las carteras tienden hacia la calidad y el crecimiento, pero su diversificación va más allá del estándar por países.
Thornburg Investment Management es una gestora independiente de inversión global fundada en 1982 que ofrece una gama de soluciones multiestratégicas para instituciones y asesores financieros de todo el mundo. Es una empresa reconocida como líder en inversion en renta fija, acciones y activos alternativos que supervisa 45 000 millones de dólares (43 500 millones de dólares en activos bajo gestión y otros 1800 millones en activos asesorados)a través de fondos de inversión, cuentas institucionales, cuentas separadas para inversores individuales de alto patrimonio y fondos UCITS para inversores no estadounidenses (datos a 31 de diciembre de 2020). Thornburg fue fundada en 1982 y su sede central se encuentra en Santa Fe, Nuevo México, EE. UU, con oficinas adicionales en Londres, Hong Kong, y Shanghái.
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