Ben Kirby, co-director de inversiones en renta variable desarrollada de Thornburg IM, comparte sus puntos de vista sobre las mayores oportunidades y desafíos que plantea 2022 con Fund Society. El experto anticipa la continuación de la recuperación económica, aunque a un menor ritmo que en 2021 y con una clara rotación de estilos dentro de la renta variable. Puede conocer más sobre la visión del experto a través de este vídeo.
Con 2021 ya en el retrovisor, ¿cuáles han sido las principales lecciones que se ha llevado el año pasado? ¿Hay algo que le haya cogido por sorpresa?
La mayor sorpresa de 2021 fue la rápida recuperación de la actividad económica y el repunte asociado de la inflación en bienes duraderos. Las compañías estadounidenses registraron una rentabilidad fuerte, superando en más del 50% para todo el año respecto a los costes más elevados y al crecimiento de beneficios. Merece la pena señalar que las compañías estadounidenses solo han necesitado año y medio para recuperar sus niveles de beneficios respecto al desplome de 2020, y que ahora ya están cotizando bien por encima de sus niveles pre-Covid. Para subrayar todavía más lo destacado de este evento, cabe recordar que tras la crisis global financiera de 2008- 2009 se necesitaron cerca de siete años para que dichos datos recuperasen la tendencia de crecimiento. El nivel de crecimiento de beneficios y la recuperación del mercado financiero vistos en EE. UU. en el último año no ha tenido precedentes.
De cara al año nuevo, ¿cuáles son sus expectativas de crecimiento económico en 2022 y qué implican para las acciones estadounidenses?
Presenciamos alteraciones en la cadena de suministro en 2020 que empeoraron durante el año pasado, y muchas compañías vieron cómo sus niveles de inventario caían a niveles muy bajos. Como resultado, en 2022 esperamos una gran tendencia de reestocaje y reducción de inventarios en la parte de la oferta. Las compañías repondrán sus inventarios a niveles más saludables y los cuellos de botella quedarán ampliamente resueltos a lo largo de este año, a medida que se reduzca la demanda de consumo que se produjo durante el confinamiento. Por tanto, cuando piensas en un ciclo de inversión tradicional, un evento de “reestocaje y reducción de inventario” puede convertirse en un motor de crecimiento verdaderamente importante, y esperamos que incentive un nivel aceptable de crecimiento del PIB este año. La gran cuestión es si esto será suficiente para generar una trayectoria de crecimiento sostenible para el resto de 2022, o si la tendencia se irá apagando a medida que pasa el año. Considerando todos estos aspectos, somos alcistas con el crecimiento económico de Estados Unidos y el comportamiento de la bolsa americana para este año. Pero pensamos que en 2022 el ‘growth’ ya no será la estrella de rock que fue en 2021, y que veremos un incremento de la volatilidad en renta variable debido al endurecimiento generalizado de las condiciones económicas y monetarias en los mercados.
¿Qué impacto han tenido los riesgos inflacionarios y la potencial subida de tipos sobre su posicionamiento de cartera?
La Reserva Federal ha negado el incremento de las presiones inflacionistas a lo largo del año pasado, y solo recientemente se ha retractado de utilizar el término “transitorio”. Aunque pensamos que se relajará la inflación sobre bienes duraderos, que estuvo exacerbada por las restricciones en la cadena de suministro el año pasado, creemos que hay al menos tres factores que van a seguir impulsando la inflación al alza en el largo plazo: la renta de los propietarios seguirá subiendo, aunque rezagada respecto a los precios de la vivienda, que siguen al alza; espiral alcista de los salarios al haberse trasladado el poder de negociación a la fuerza laboral, y la transición energética hacia menores emisiones de carbono, que requerirá de billones dólares en inversión sobre el capital e impulsará al alza los costes de la energía en el medio plazo. Ya se han acabado las condiciones económicas laxas en esta parte del ciclo y la Fed, que ya está por detrás de la curva, puede verse obligada a subir los tipos de interés de manera más agresiva de lo esperado previamente. Desde el punto de vista de estrategia de la cartera, esto significa que es improbable que las acciones ‘growth’ sean las ganadoras de 2022, y esto es especialmente cierto para compañías ‘growth’ agresivas que tienen beneficios bajos o que aún no han entrado en beneficios. Al preverse que las presiones inflacionarias se mantengan durante este nuevo año, estamos infraponderados en franquicias emergentes con tasas de crecimiento alto, y en cambio favorecemos a aquellos negocios fuertes que tienen beneficios consistentes y estables y valoraciones atractivas. We’re through with the easy money part of this economic cycle, and the Fed, already behind the curve, may be forced to hike rates more aggressively than previously believed.
También pensamos que las compañías con un poder de fijación de precios fuerte estarán mejor posicionadas para trasladar las presiones inflacionistas al consumidor y mantener sus ingresos. Las compañías con márgenes altos para las que los costes laborales no son una parte grande de sus costes de producción también se comportarán mejor en este entorno de inflación salarial al alza. Por ejemplo, aquellos nombres vinculados a medios de pago recibirán un menor impacto de la inflación porque sus ingresos están ligados a los volúmenes de transacciones. Estos tipos de compañías tendrán capacidad de crecer con la inflación en el largo plazo. Las compañías con capacidad para hacer dinero a pesar de las presiones inflacionistas al alza estarán mejor posicionadas, en términos generales. Vemos este tipo de compañías no solo en el sector financiero, también en consumo discrecional y tecnología. Finalmente, en un futuro donde los costes laborales están al alza, habrá una gran demanda de tecnologías que ahorren costes laborales, y esto dará lugar a nuevas oportunidades de inversión en los segmentos de automatización y semiconductores.
¿Qué riesgos hay que monitorizar en 2022? ¿Qué cosas le preocupan?
A medida que las economías mundiales se vuelven más interconectadas e interdependientes, uno de los riesgos clave es la posibilidad de que se produzca un evento geopolítico adverso, como la división entre China y Taiwán. Este tipo de riesgos no están obteniendo tanta atención como se merecen, a pesar de que pueden tener enormes implicaciones incluso sobre una cartera de acciones estadounidenses. Por ejemplo, las empresas taiwanesas figuran entre los mayores productores de semiconductores del mundo, cuyos chips se encuentran la interfaz de todo lo que pueden usar los consumidores a nivel global a diario: teléfonos, ordenadores portátiles, coches, relojes, neveras y demás. El mundo depende de Taiwán para los semiconductores, y el país juega un papel destacado en la era de la transformación digital que estamos viviendo. Si las tensiones entre Taiwán y China dan como resultado una disrupción en la parte de fabricación pueden producirse shocks significativos, no solo en el sector de semiconductores, sino en toda la economía global. Esto es tan solo un ejemplo, por lo que los gestores de renta variable estadounidense necesitan ser conscientes de todos los factores de riesgo geopolítico.
Thornburg is a global investment firm delivering on strategy for institutions, financial professionals and investors worldwide. The privately held firm, founded in 1982, is an active, high-conviction manager of fixed income, equities, multi-asset solutions and sustainable investments. With $49 billion in client assets ($47 billion AUM and $1.9 billion AUA as of December 31, 2021) the firm offers mutual funds, closed-end funds, institutional accounts, separate accounts for high-net-worth investors and UCITS funds for non-U.S. investors. Thornburg’s U.S. headquarters is in Santa Fe, New Mexico with offices in London, Hong Kong and Shanghai. For more information, please visit www.thornburg.com.
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