Desde hace más de treinta años, la deuda high yield es un componente básico de las carteras estadounidenses y las tendencias que lideraron el camino a un mercado amplio y bien desarrollado en EE.UU. empiezan a consolidarse en otros lugares, a medida que las empresas recurren cada vez más al high yield como fuente de financiación.
De esta creciente oferta global surge una mayor opción para los inversores en un momento en que la demanda de bonos high yield también está subiendo, debido a la buena ratio riesgo/remuneración y a las características de rendimiento de esta clase de activo.
Un mercado en auge y que tiende a la globalización
Los bonos high yield son bonos corporativos que tienen una calificación crediticia por debajo de investment grade. Por lo general, suelen estar emitidos por empresas con un mayor riesgo de impago, de ahí los rendimientos más elevados. Henderson estima que los bonos de alto rendimiento resultan una inversión atractiva debido a una combinación de los factores:
- Mercado en auge y que tiende a la globalización
- Elevados ingresos en un mundo de bajo rendimiento
- Baja sensibilidad al ciclo de los tipos de interés
- Previsión de bajas tasas de impago
- Buena oportunidad para la selección de deuda corporativa
Un mercado en auge y que tiende a la globalización
En la siguiente tabla se muestra que el mercado de deuda high yield se ha triplicado en los últimos 10 años y, geográficamente, es cada vez más diverso. «En parte, este dato es el reflejo de un mercado más seguro y establecido, además de que las empresas recurren cada vez más a este tipo de bonos después de que los bancos redujeran los préstamos a raíz de la crisis financiera», explica Chris Bullock, analista de Crédito y co-portfolio manager del Euro Corporate Bond Fund y Euro High Yield Bond Funds de Henderson.
Hoy en día el mercado high yield está compuesto por una amplia gama de empresas, desde gigantes de los productos para el hogar, como Tesco, Heinz y Telecom Italia, hasta pequeñas y medianas empresas que, por primera vez, obtienen financiación a través de los mercados de bonos. Así surge una atractiva combinación de emisores en expansión que recompensan el buen análisis de deuda corporativa.
Elevados ingresos en un mundo de bajo rendimiento
La deuda high yield sigue ofreciendo un atractivo repunte de los ingresos.
Los rendimientos de muchas clases de subactivos de renta fija siguen próximos a mínimos históricos, pese a la reciente volatilidad del mercado de los tipos. Los rendimientos se han visto impulsados por los bajos tipos de interés de los bancos centrales globales junto con la relajación cuantitativa (QE). Sólo en el primer semestre de 2015, 33 bancos centrales redujeron los tipos de interés, al tiempo que el BCE lideró un programa de relajación cuantitativa de 60.000 millones de euros al mes.
Desde el punto de vista de riesgo/remuneración, suele considerarse que la deuda high yield ocupa el espacio entre los bonos investment grade y la renta variable. Tal y como se muestra en el gráfico, en los últimos 15 años, los bonos high yield han superado a los bonos corporativos investment grade, a los bonos gubernamentales e, incluso, a la renta variable, con menos volatilidad que esta última. El elemento de renta elevada en este tipo de activos ha sido un valioso componente de la rentabilidad total.
Las rentabilidades pasadas no son garantía de rentabilidades futuras.