Credit Suisse ha presentado el estudio sobre política monetaria llamado «El futuro de la política monetaria ¿normalización o nuevas reglas?», en el que evalúa las transformaciones llevadas a cabo por los bancos centrales de las economías avanzadas desde 2008. El estudio concluye que la principal decisión a ser tomada por los responsables monetarios es acerca de los próximos pasos a seguir: volver a la normalidad anterior a la crisis o seguir el camino actual de las políticas monetarias expansivas aumentando la interdependencia entre los mandatos monetarios, regulatorios y fiscales.
El estudio analiza en 42 páginas la respuesta de los bancos centrales a la crisis desde 2008 y proporciona una visión detallada de las políticas de expansión cuantitativa aplicadas por diversos bancos centrales, el impacto de los tipos negativos en las políticas de las instituciones centrales fuera de Estados Unidos y la relación de los bancos centrales con la regulación del sector financiero.
Los bancos centrales de las principales economías avanzadas han visto cómo se ampliaban sus mandatos para pasar de objetivos macroeconómicos claramente definidos, como la estabilidad de precios y el empleo, a incluir la estabilidad financiera, en respuesta a un entorno extraordinariamente difícil en el período inmediatamente posterior a la crisis financiera mundial de 2008. Además, para alcanzar sus objetivos, los bancos centrales han adoptado una gama cada vez más amplia de instrumentos de política «no convencionales» hasta ahora no probados, como la flexibilización cuantitativa y tipos de interés negativos. Como resultado, los bancos centrales se han convertido en importantes proveedores de activos y liquidez para soberanos, instituciones financieras y bancos paralelos, lo que se refleja también en una amplia expansión de sus balances.
«Desde 2008, los bancos centrales han cambiado su política de manera dramática, inicialmente para evitar una desestabilización importante del sistema financiero inmediatamente después de la crisis financiera, y posteriormente para compensar los riesgos de una deflación en evolución. Los próximos años serán decisivos en relación con la dirección futura de la política de los bancos centrales, dependiendo tanto de la evolución económica como política. Incluso si los factores que influyen son difíciles de predecir, creemos que es necesario reforzar el debate sobre el futuro de la política monetaria», declara Oliver Adler, director de estudios económicos en el negocio de International Wealth Management de Credit Suisse.