La economía global se mueve hacia una expansión económica más sostenida, todavía lejos de un entorno inflacionario. A pesar de que la Reserva Federal haya iniciado su ciclo de normalización monetaria, todavía son muchos los interrogantes que surgen en torno a las políticas del Banco Central Europeo, Banco de Japón, Banco de Inglaterra, e incluso del Banco de Canadá, que recientemente decidió aumentar en 25 puntos bases su tasa de referencia, la primera subida de tipos en siete años. Estructuralmente, se sigue en un entorno de bajo crecimiento y de bajos tipos de interés, pero ¿qué significan estas condiciones para los retornos? ¿dónde pueden conseguirse en este entorno? A estas y otras preguntas respondió Terry Simpson, estratega de inversión en mulltiactivos del BlackRock Investment Institute, durante su visita a Miami para la presentación a clientes de la visión estratégica de la firma para el segundo semestre del año.
Simpson, quien se incorporó a BlackRock en el 2004, explicó que utilizan diversas herramientas para ser capaces de identificar el crecimiento económico que no es capturado por los indicadores tradicionales económicos, como pueden ser el gasto en capital, el empleo o la producción industrial. Además de estimar el crecimiento de las siete principales economías mundiales a través de indicadores económicos adelantados, utilizando una técnica econométrica llamada Nowcasting, también utilizan la tecnología Big Data para continuar innovando en sus elementos internos de predicción: “Examinamos el número de búsquedas que se realizan mes a mes en Google sobre artículos de lujo. Si la gente realiza un mayor número de búsquedas en esta clase de artículos es porque quizá se sientan mejor con respecto al estado de la economía y probablemente esto acabe traduciéndose en mayores ventas en el sector retail. También hacemos algo parecido con los discursos pronunciados por los CEO y CFO de las empresas durante las presentaciones trimestrales de resultados. Buscamos qué es lo que comunican con respecto al gasto en capital, la inversión o las contrataciones, así como sobre sus expectativas en términos de beneficios para ese trimestre. Tratamos de compararlo con el mensaje transmitido en los anteriores trimestres. Pueden imaginar que estos datos no pueden ser capturados con las variables económicas tradicionales, creemos que nuestro enfoque diferenciado nos da una ventaja competitiva sobre los datos que analiza el consenso del mercado en la calle”, comenta.
De esta manera, desde BlackRock establecen que el crecimiento del G7 para los próximos cuatro meses debería situarse cercano al 2%, entre 25 y 30 puntos base por encima del consenso del mercado, una diferencia que podría parecer poca, pero que en un entorno de bajo crecimiento puede ser suficiente para influir en las decisiones de asignación de activos y en el sentimiento del inversor. “Estamos viendo que la mejora en el crecimiento económico global es una tendencia sincronizada. Estados Unidos se sitúa ligeramente por delante y el resto de las 7 mayores economías están ligeramente por detrás. El año pasado toda la mejora procedía de la economía estadounidense, pero ahora se ve una mejora significativa en Alemania, Canadá, Japón y Francia, que además es sostenible, algo muy importante”.
Continuando con el tema de la sostenida expansión económica de Estados Unidos, Terry Simpson abordó la frecuente pregunta sobre cuánto más durará el ciclo. “Estados Unidos se encuentra camino de completar ocho años y medio de ciclo económico, se trata del tercer ciclo económico en expansión más largo de la historia del país y muchos esperan que, por ello, debe acabar pronto. Esto es algo erróneo, que se está examinando desde una perspectiva equivocada. En base a nuestro análisis, podemos observar que, desde el último ciclo, seguimos lejos de alcanzar lo que se conoce como el potencial de la economía, concediendo todavía espacio para crecer al ciclo actual, espacio que debería ser medido en años y no en trimestres”.
Después, Simpson hizo referencia al tono más agresivo que han tomado los bancos centrales últimamente, comenzando por las declaraciones de Mario Draghi en el simposio de Sintra a finales de junio durante la celebración del Foro del Banco Central Europeo, donde el mercado interpretó que la autoridad europea en política monetaria se está preparado para ser más agresiva en la retirada de sus medidas de estímulo económico. Después, el Comité Federal de Operaciones del Mercado Abierto continuó con su tercer incremento de tasas en 6 meses. Pero esto no debe desviar la atención de los inversores, que sin embargo deberían tener presente que la mayoría de bancos centrales tienen como meta mantener la inflación cercana a su objetivo: “Desde 2015, la inflación subyacente en Estados Unidos, la Eurozona y Japón se ha mantenido muy estable y plana, incluso recientemente se ha visto un descenso en la inflación de Estados Unidos, algo que ha despertado mucha preocupación. Pero, la realidad es que los bancos centrales no han alcanzado sus objetivos de inflación, por lo que es muy probable que no sean agresivos a la hora de retirar sus políticas monetarias expansivas. Es una cuestión que los mercados han malinterpretado, pues seguiremos en un entorno de bajo crecimiento y bajos tipos de interés en el futuro más cercano”.
La mayoría de los bancos centrales tienen por mandato mantener su inflación objetivo. Algunos bancos centrales, como es el caso de la Reserva Federal, tienen un mandato dual, siendo su segundo mandato el pleno empleo, pero la gran mayoría realiza su política monetaria en relación con su tasa de inflación objetivo, y con lo que sucede con la producción actual y potencial medida en términos de PIB. En cualquier caso, en Europa la inflación se sitúa alrededor del 1%, mientras que el objetivo de inflación es del 2%. “Si finalmente Draghi anuncia la retirada de su programa de relajamiento cuantitativo en septiembre, ésta se llevaría cabo de una manera muy suave”.
China es otra frecuente preocupación para los inversores. BlackRock utiliza datos económicos para evaluar la tendencia del índice PMI de China, un indicador adelantado sobre las perspectivas económicas del país. El dato actual permanece alto según los estándares históricos, el más alto de los últimos tres años, por lo que no creen que pueda darse un escenario de aterrizaje forzoso. “Las autoridades políticas han identificado los desequilibrios en la economía y están comenzando a atajarlos, algo que es una buena señal. No significa que necesariamente vaya a ser un ajuste suave, pero al menos han reconocido la importancia y el potencial impacto en la economía”, añade Simpson.
Reflexionando sobre el riesgo
En un periodo en el que los niveles de volatilidad se encuentran en mínimos, resulta importante preguntarse sobre la probabilidad de que acontezca un cambio hacia un régimen de alta volatilidad. Según BlackRock, hay una probabilidad del 90% de que, si se atraviesa un régimen de baja volatilidad en la actualidad, en el siguiente año se mantenga el mismo régimen y un 70% de probabilidad en un periodo de tres años. Esto es un dato importante, pues la mayoría de los clientes están disminuyendo la exposición al riesgo de sus carteras, porque creen que una volatilidad tan baja no es algo normal. “La volatilidad se encuentra en unos niveles tan bajos por las medidas de relajamiento cuantitativo no convencionales de los últimos años. Sin embargo, existen otras razones a nivel macroeconómico: la volatilidad del PIB, del desempleo y la inflación se encuentran en niveles inferiores a sus tasas históricas. Tiene sentido que en un entorno de baja volatilidad macroeconómica haya una baja volatilidad financiera, por lo que no esperamos que la volatilidad revierta a su media”, destaca.
Es posible que la volatilidad suba desde los niveles actuales, pero necesitaría de un evento geopolítico o económico para cambiar hacia un régimen de volatilidad alta. En otras palabras, los inversores deberían mantener su exposición actual al riesgo, incluso aumentarla. “Ésta es una posición contraria frente a al consenso del mercado, donde estamos viendo una menor exposición al riesgo y una toma de beneficios en este momento del ciclo. Nos sigue gustando la renta variable y la deuda corporativa de alta calidad”, concluye.