En un contexto de crecientes tensiones comerciales, la perspectiva de inversión para la segunda mitad del año del BlackRock Investment Institute sigue siendo favorable con respecto al riesgo, pero ha atenuado parcialmente su postura dado el incómodo equilibrio que BlackRock percibe entre la creciente incertidumbre macroeconómica y los sólidos beneficios empresariales.
El 19 de julio, en el Hotel Mandarin Oriental de Miami, Terry Simpson, estratega de inversión en Multiactivos del Equipo global de inversión de estrategias de BlackRock, debatió sobre el entorno macroeconómico y sobre cómo los inversores deberían posicionar sus carteras, junto con profesionales de la inversión del negocio US offshore y de América Latina.
Según apunta Simpson, hace un año, la economía global se enfrentaba a un escenario muy diferente: un entorno muy favorable alumbrado por el crecimiento global sincronizado con unos niveles relativamente altos de relajamiento monetario, en el que todo iba bien y había un nivel anormal de baja volatilidad. Pero estas condiciones han cambiado. Y, el BlackRock Investment Institute está debatiendo si hay un nuevo cambio de régimen en el mercado.
El escenario base de BlackRock prevé un fuerte crecimiento en Estados Unidos, extendiéndose de forma indirecta al resto del mundo, manteniendo la expansión económica global. La reforma fiscal ha generado sorpresas positivas en los beneficios estadounidenses. Sin embargo, el rango de posibilidades de las perspectivas económicas se ha ampliado sustancialmente debido a las tensiones de la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Esta mayor incertidumbre es un argumento para construir una mayor resiliencia en las carteras.
El estímulo fiscal alienta el crecimiento en Estados Unidos
Con el estímulo fiscal, las empresas estadounidenses se han visto recompensadas por acelerar su gasto en capital, algo que podría elevar el crecimiento potencial. Según los datos proporcionados por las encuestas realizadas a ejecutivos financieros por Duke-Fuqua, Deloitte y la media regional de las encuestas de la Fed, existe un notable repunte en el gasto de capital esperado en comparación con hace dos años. En los próximos 12 meses, se espera que el gasto en capital aumente en cinco veces, en comparación con las proyecciones del primer trimestre de 2016. Los beneficios del primer trimestre de las empresas que componen el S&P 500 han confirmado que las compañías estadounidenses estaban invirtiendo en niveles máximos después de varios años por debajo de la media.
“Una de las dificultades de esta recuperación económica ha sido que el gasto de capital y las inversiones se han mantenido por debajo de la media. Ahora, el gobierno está dispuesto a ayudar a financiar la iniciativa de inversión en gasto de capital de las empresas; y las corporaciones están interesadas en invertir. Esto podría extender potencialmente el ciclo actual económico. Un estímulo por el lado de la oferta podría ser muy beneficioso para el crecimiento potencial del PIB en la economía de Estados Unidos”, explicó Simpson.
“Los ciclos de inversión de los mercados desarrollados son muy beneficioso para los mercados emergentes. Concretamente, podría ser muy beneficioso para la región asiática, debido a su dependencia del comercio global”, añadió.
El rango de posibilidades para las perspectivas económicas se está ampliando
Este año, el desarrollo más significativo en el entorno macroeconómico ha sido el aumento de la dispersión en el pronóstico del consenso para el crecimiento del PIB de los Estados Unidos. Los economistas prevén un rango mayor de potenciales resultados en el futuro. Además, las colas (los valores atípicos) de la distribución del crecimiento esperado del PIB se han ampliado. En el lado positivo, existe la posibilidad de nuevas sorpresas en los beneficios de las empresas estadounidenses. En el lado negativo, puede que este mismo estímulo provoque un sobrecalentamiento económico. Esto resultaría en presiones inflacionarias que podrían impulsar un ritmo más rápido de subida de tasas por parte de la Fed y adelantar el final del ciclo económico actual. Cualquier nueva escalada en la guerra comercial entre Estados Unidos y China podría también tener un efecto en cadena sobre la confianza empresarial y afectar al crecimiento.
“El año anterior, las predicciones eran optimistas gracias a la reforma y el estímulo fiscal. Ahora en 2018, las predicciones se han visto reducidas, lo que podría tener un efecto negativo en el sentimiento empresarial y de los hogares”, mencionó.
Con unas tasas de interés a corto plazo más altas, llega la fortaleza del dólar
El aumento del coste de la financiación en Estados Unidos ha perjudicado a los mercados emergentes (EM), especialmente a aquellos que dependen de la financiación exterior. “Todos conocemos la relación entre el dólar y los mercados emergentes, existe una elevada sensibilidad. El último episodio es la prueba de que cuando el dólar sube, los activos de los mercados emergentes se ponen en juicio. La deuda emergente denominada en divisa local y la renta variable han caído de forma agregada. Pero también ha habido historias idiosincráticas en lugares como Argentina y Turquía. Pero, estos países tienen un déficit por cuenta corriente sustancial. Se van a ver desafiados cada vez que los costes de financiación externos suban. Una selección de regiones y países es necesaria, pudiendo mejorar los resultados de inversión que, hasta ahora, han dependido de una apuesta por la beta agregada del mercado en emergentes”, dijo Simpson.
Según el experto, parte de este endurecimiento en las condiciones de financiación ha creado nuevas oportunidades. Unas tasas más altas en Estados Unidos han llevado a una renovada competición por el capital y hay una menor necesidad para buscar rendimiento conforme los inversores en dólares estadounidenses pueden obtener rendimientos por encima de la inflación en la deuda a corto plazo – a mediados de año, el rendimiento del bono del Tesoro a dos años se situaba en torno al 2,5%-. El resultado es una mayor prima de riesgo generalizada. Esta revisión de la tasa libre de riesgo ha hecho que determinada deuda emergente denominada en dólares se vuelva a ver atractiva, tanto en relación a la deuda emergente en divisa local como con otras alternativas, como puede ser el crédito del mercado desarrollado.
“El diferencial de la deuda emergente en dólares se está ampliando sustancialmente, mientras que el diferencial de la deuda local emergente se ha ampliado, pero no tanto como la deuda basada en dólares. La ventaja histórica en rendimiento de la deuda denominada en divisa local sobre la deuda denominada en divisa fuerte se ha desvanecido”, completó.
Según BlackRock, existe un caso para favorecer la deuda emergente denominada en dólares sobre el crédito estadounidense, aunque la firma se mantiene neutral sobre ambos. Los diferenciales se han estrechado en la última clase de activo, marcados por un rendimiento superior en las partes con más riesgo del mercado. Unos mayores diferenciales en la deuda emergente hacen que sus valoraciones sean más atractivas. También ven que los préstamos bancarios con tasa flotante tienen una ventaja sobre los bonos high yield, dada su menor duración y que se pueden beneficiar del aumento de los cupones conforme las tasas a corto plazo se reajustan a unos niveles superiores.
“Creemos que la Fed subirá tasas al menos cuatro veces en total este año. La Fed ha expresado su preocupación sobre las tensiones comerciales, pero al mismo tiempo son conscientes de que la economía estadounidense está operando por encima de su potencial. Esta economía está creando 20.000 puestos de trabajo al mes de media en los últimos 36 meses, esto es algo muy interesante dada la duración de este ciclo económico”.
Una mayor volatilidad
Las condiciones financieras globales se ajustan conforme suben los tipos en Estados Unidos. La política monetaria está cambiando, con la Fed presionando hacia la normalización de los tipos y el Banco Central Europeo (BCE) listo para reducir su programa de compras a finales de año. De forma adicional, las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China han añadido nuevas preocupaciones al mercado. Sin embargo, BlackRock sigue manteniendo una postura positiva frente al riesgo, las valoraciones se han corregido lo suficiente en el mercado de renta variable global y con unos beneficios muy positivos en 2018 a nivel global, todavía hay margen para mantener una exposición a la renta variable, dando cierta preferencia a las acciones sobre los bonos.
“La mayoría de los inversores globales siguen manteniendo una posición positiva en la renta variable sobre los bonos, incluso con todos los riesgos a los que se enfrenta el mercado este año. Según la consultora EPFR, en relación a los flujos de fondos, los inversores siguen apostando por los fondos de renta variable frente a los de bonos. En 2018, estamos viendo ratios Sharpe negativos en las carteras globales 60/40 tradicionales, con una mayor volatilidad y rendimientos negativos. A futuro, vamos a mantener el riesgo en nuestras carteras, pero es necesario ajustar las expectativas; es poco probable que obtengamos los mismos resultados que hemos cosechado en estos últimos años de mercado alcista. Lo que significa que ahora debemos pensar dónde queremos tomar el riesgo en nuestras carteras”, dijo.
Los commodities
Los precios del crudo continúan en buenos niveles, aunque han disminuido un 10% desde sus picos más recientes. La mayor parte de la preocupación residía en si la OPEC iba a introducir de nuevo una enorme cantidad de oferta al mercado, pero BlackRock mantiene su escenario base de que los inventarios globales de crudo seguirán en déficit hasta finales de año. Desde un punto fundamental de la oferta-demanda, no creen que habrá una producción suficiente de crudo para agregar a la oferta en los próximos seis meses. Si esta opinión es correcta, los precios del crudo deberían mantenerse en estos niveles.
Asignación de activos
BlackRock prevé algo de impulso en las acciones, esperando que obtengan un rendimiento superior a los bonos. Además, prefiere una exposición a acciones de calidad y la renta variable estadounidense sobre otras regiones, conforme las acciones de Estados Unidos han obtenido un rendimiento superior a otros mercados globales en base al sólido crecimiento de sus ganancias, pero también son positivos en los mercados emergentes y en particular en las acciones asiáticas, incluyendo China. También son neutrales en Japón y mantienen una infraponderación en Europa.
En renta fija, están favoreciendo los bonos a corto plazo en Estados Unidos y adoptando un sesgo hacia el crédito de calidad. Están favoreciendo la deuda de mercados emergentes denominada en dólares frente a la denominada en moneda local y el crédito privado seleccionado y activos reales para diversificar.