Primero se produjo una fuerte compresión de los múltiplos el año pasado. Después, como efecto de la escalada de la inflación, los balances de las compañías han empezado a reflejar una revisión de los beneficios, pero también han tenido que afrontar el incremento de los costes de financiación, con todo lo que conlleva. Una de las variables donde se ha notado más el impacto, por tanto, es en los costes sobre el capital. ¿Cómo está influyendo esto sobre la selección de acciones para las carteras de renta variable?
En el marco de la Conferencia Global de Inversión de Janus Henderson Investors, los gestores Tom O’Hara (gestor de renta variable europea), Jeremiah Buckley (gestor al frente de la estrategia Balanced), Ben Lofthouse (responsable de renta variable global con generación de rentas) y Brian Demain (gestor de medianas capitalizadas growth) reflexionaron sobre el estado actual de las valoraciones y cómo condicionan estas qué compañías tener y cuáles no tener en cartera.
¿Dónde están las oportunidades?
Un punto con el que coincidieron todos los gestores participantes en el panel es que, en realidad, un entorno en el que los tipos son más altos y hay algo de inflación debería ser beneficioso para la renta variable. Lo corrobora Ben Lofthouse: “Muchas compañías tienden a hacerlo mejor cuando hay un poco de crecimiento nominal. El entorno de inflación moderada ha sido positivo para la renta variable en el pasado. Estamos viendo un crecimiento en los dividendos y los beneficios que nos remiten a los años 70”. El gestor destaca que ha estado encontrando oportunidades particularmente en los sectores farmacéutico y de consumo básico.
Jeremiah Buckley, por su parte, trabaja con un escenario base en el que el crecimiento real será limitado. Se declara alcista en el mercado estadounidense, al considerar que los múltiplos cotizan en niveles razonables respecto a las medias históricas. Y respecto a la recesión, afirma que, al haberse embarcado en un ciclo tan agresivo de subidas de tipos de interés, “ahora los bancos centrales sí disponen de herramientas para dar apoyo al crecimiento si viéramos una desaceleración”. En particular, el gestor se muestra interesado por aquellas empresas centradas en mejorar la productividad a través de la tecnología
O’Hara afirma que ahora se ha vuelto más sensible a las valoraciones. Su previsión es que la inflación mantenga cierta persistencia, situándose en niveles de un dígito medio, lo que le hace fijarse en aquellas empresas que muestren poder de fijación de precios, pero “pagando un precio justo por ellas”. En otro momento de la conferencia, el gestor explicó que la llegada de una recesión “está siendo tan anticipada, que ahora merece la pena centrarse más en las compañías beneficiarias en el largo plazo de los nuevos ciclos que están emergiendo”, como por ejemplo las compañías del sector de infraestructuras.
Los gestores también destacaron el atractivo de las empresas que presentan ventajas competitivas que les permiten generar crecimiento secular. Para identificar a las ganadoras en este segmento, Buckley recomienda fijarse en las compañías con modelos de negocio de la mayor calidad, que tengan una posición de capital fuerte para poder reinvertir en el negocio, flujos de caja consistentes y flexibilidad en la gestión de sus balances, sobre todo de cara a que pueda producirse una recesión. “En un entorno inflacionario, es necesario fijarse en las empresas que sean capaces de retener a sus clientes durante años”, resume.
Precaución con el endeudamiento y la financiación
En el lado negativo, desde la gestora piden precaución a la hora de seleccionar compañías que puedan estar muy endeudadas y/o que puedan atravesar dificultades para financiarse. De hecho, Lofthouse alerta de que “los mercados ya han recogido el impacto sobre las valoraciones, pero no están poniendo precio las condiciones para las refinanciaciones en un entorno de tipos más elevados”. “Vamos a ver un ensanchamiento en los diferenciales de crédito, el entorno está muy tenso”, advierte.
En esta línea, Demain avisa de que “en los próximos diez años los tipos de interés se mantendrán estructuralmente más altos de lo que estuvieron en los últimos diez años”. “Es un entorno muy distinto en el que tendencias como la desglobalización o la descarbonización van a empujar a la inflación al alza, manteniendo los tipos más elevados y favoreciendo a industrias distintas con distintas dinámicas”, añade. Tom O’Hara aporta algunos comentarios adicionales: “El ciclo político está virando hacia la izquierda en el mundo occidental, lo que implica la adopción de más políticas a favor del trabajador y más desglobalización. Todos estos factores van a ser inflacionarios”.
Por estos motivos, para Brian Demain “todos los activos financieros necesitan ser analizados con distintos ojos”. De hecho, el experto alertó de que el análisis del endeudamiento de las compañías a 5-10 años de su clase de activo está revelando que cada vez más empresas presentan una ratio de apalancamiento de cuatro o incluso cinco veces, por lo que van a afrontar “un periodo difícil de desapalancamiento del capital”.