El Año del Perro podría ser otro buen año para la bolsa china, que cuenta con el apoyo de los datos macroeconómicos estables, las revisiones al alza de los beneficios y las valoraciones razonables. En el plano macro, el gobierno chino está desplazando el foco desde los objetivos concretos de crecimiento hacia la mejora de la calidad de la expansión y el desarrollo equilibrado. Por tanto, se prevé que el crecimiento económico de China se modere ligeramente durante los próximos años a medida que la economía vaya reduciendo el peso de la inversión y la demanda externa para dárselo al consumo interno.
En general, el crecimiento del consumo de China debería seguir siendo saludable y probablemente continúe situándose por encima del crecimiento del PIB y la inversión en 2018, gracias a la fortaleza del mercado laboral, al rápido crecimiento de la renta y a la creciente sofisticación del consumidor. En el plano de los beneficios empresariales, las empresas chinas previsiblemente los incrementen en torno al 15% en 2018, gracias al sólido crecimiento macroeconómico y a un entorno de inflación moderada. Las reformas en marcha en el plano de la oferta deberían impulsar la eficiencia de la producción de China y mejorar los beneficios empresariales.
La tendencia alcista de la inversión empresarial probablemente también cree un firme apoyo. Los sectores de la nueva China como Internet, el comercio electrónico, el consumo y los seguros, deberían seguir experimentando las mayores tasas de crecimiento a largo plazo. En general, las nuevas revisiones al alza de los beneficios deberían seguir dando apoyo al sentimiento del mercado.
En cuanto a las valoraciones, el índice MSCI China cotiza actualmente a un PER previsto a doce meses de 14,2, con un crecimiento de los beneficios en torno al 15%. Estas cifras parecen razonables desde una perspectiva histórica y frente a otros mercados internacionales y regionales.
Los riesgos geopolíticos siguen siendo la principal preocupación de los inversores internacionales en 2018. En concreto, se espera que el programa nuclear y de misiles de Corea del Norte genere tensiones el año que viene. Además, el aumento del proteccionismo y el nacionalismo económico podrían obstaculizar el crecimiento y elevar las tensiones geopolíticas en la región.
Por otro lado, el nivel de la deuda china ha aumentado con fuerza desde la crisis financiera mundial de 2008. Concretamente, la deuda de los hogares ha subido a un ritmo alarmante debido al rápido incremento de los préstamos hipotecarios y los créditos al consumo. La creciente deuda de China podría suponer una amenaza para la estabilidad económica y financiera mundial. No obstante, las autoridades han dado los primerospasos para facilitar la reducción del apalancamiento del sector privado y la concesión de créditos y el endeudamiento empresarial están creciendo a menor ritmo. Eso podría
atenuar la amenaza que supone la deuda de China.
En un plano positivo, los beneficios de las empresas chinas podrían sorprender positivamente, gracias a la mejora de las carteras de productos y la eficiencia operativa. Eso podría impulsar la confianza de los inversores y dar más apoyo a la evolución del mercado.
Para aprovechar las mejores oportunidades y generar valor para los inversores aplico un enfoque fundamental y ascendente a la hora de conseguir la revalorización del capital a largo plazo y para ello invierto fundamentalmente en empresas sólidas que crecen con fuerza. Creo que el crecimiento es el factor determinante de la cotización de las acciones y que se puede generar alfa identificando e invirtiendo en empresas de calidad con buenas perspectivas.
Trato de identificar empresas con unas buenas perspectivas de crecimiento, un capital circulante sólido, una generación de flujos de efectivo robusta y valoraciones atractivas. Seguiré centrándome en seleccionar buenas oportunidades haciendo hincapié en las empresas que tienen perspectivas de crecimiento sostenibles durante los próximos tres a cinco años.
Sigo siendo optimista sobre los sectores de la “Nueva China”, sobre todo las empresas que probablemente se beneficien de la sofisticación del consumo y las innovaciones. Me gustan las empresas que poseen sólidos conocimientos tecnológicos y productos innovadores, ya que estas previsiblemente registrarán las mayores tasas de crecimiento en un futuro próximo.