La decisión del Banco Nacional de Suiza (BNS) de abandonar el tipo de cambio mínimo de 1,20 francos suizos por euro, y de rebajar hasta el -0,75% los tipos de los depósitos ha supuesto un anuncio bomba para los mercados, una noticia a la que no han tardado en reaccionar algunas de las principales gestoras internacionales.
Algunas de éstas han coincidido en subrayar que el momento escogido por el BNS para tomar esta medida podría estar relacionado con la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que aprobó ayer la legalidad del programa de operaciones monetarias de compraventa del BCE, lo que ha aumentado las posibilidades de que la institución europea aplique un QE de bonos soberanos, tal y como subraya el economista jefe de Henderson Global Investors, Simon Ward.
Asimismo, Ward apunta que aunque el banco central suizo tenía la opción de fijar un tipo de cambio euro/franco más bajo, “ha decidido cortar por lo sano con la política anterior y abrazar la libre cotización”. Prueba de que los mercados no estaban preparados para ello ha sido la drástica apreciación del franco inmediatamente después del anuncio: el tipo de cambio euro/franco caía de 1,20 euros por euro a 0,85, para después alcanzar los 1,03 en el momento de redacción de este artículo.
El jefe de Estrategia Activa de Divisas de Deutsche Asset & Wealth Management (Deustche AWM), Dirk Aufderheide, subraya que la medida se ha producido para hacer frente a la dificultad de mantener un tipo de cambio fijo, subrayando que la autoridad reguladora suiza ha optado por “aceptar un final doloroso en lugar de un dolor sin fin”. “El BNS ha sido uno de los mayores compradores de euros, invirtiendo en obligaciones denominadas en euros. La política monetaria expansiva del BCE estaba haciendo esta política cada vez más difícil de sostener, creando enormes riesgos de precios para las reservas de divisas de Suiza”, apostilló.
Aufderheide subraya también que el BNS podría haber tomado un camino menos perjudicial como la vinculación del franco suizo a una cesta de monedas. “Este final radical de su política es realmente contraproducente para el BCE, pero liberador para el BNS, que ahora puede centrarse en su mandato de política monetaria y en la macroeconomía”. En su opinión, la pregunta clave es: “¿qué significa esto para la economía real? Combinado con la significativa caída de los precios del petróleo y el choque de apreciación del franco suizo, aumenta el riesgo de deflación. Y las compañías suizas han perdido competitividad. “Algunos inversores podrían verse atrapados. Es arriesgado basar una estrategia de inversión en supuestos sobre la política del banco central. Después de hoy, más inversores se preguntarán sobre la credibilidad de los bancos centrales”.
Desde UBP, el responsable de renta variable suiza, Martin Moeller, manifiesta que con respecto a la moneda esperan que hoy sea el día de máxima incertidumbre, con una volatilidad que continuará en los próximos días y semanas. Como ejemplo cita a las empresas suizas sin cobertura que puedan empezar a buscarla, al tiempo que el BNS pueda anunciar medidas adicionales como la aplicación de tipos de interés negativos para fortalecer otras monedas frente al franco suizo. Tras este periodo de volatilidad, desde UBP esperan que la moneda se vea impulsada por el desarrollo en Estados Unidos y las economías europeas en relación con las expectativas actuales.
Con esta visión coincide Alberto Chiandetti, gestor del Fidelity Funds Switzerland Fund, que destaca también que la ruptura de la paridad del franco suizo tendrá un efecto negativo inmediato sobre la economía suiza, lo que debilitará la posición competitiva del país en el escenario mundial y podría potencialmente golpear las ganancias de las compañías helvéticas.
Del lado del sector empresarial, Fidelity subraya que se trata de una mezcla de cosas y considera que no se va a traducir en una importante debilidad a raíz de la decisión, especialmente teniendo en cuenta el carácter internacional de las empresas. Asimismo, Chiandetti puntualiza que muchas empresas suizas han aprendido a hacer frente a una apreciación de la moneda en los últimos años, y que han adaptado los costos a sus bases para combatir con ello. En general, agrega el gestor de Fidelity, les irá mejor a las empresas que se han centrado en alinear sus bases de costos e ingresos.
Para Holger Fahrinkrug, economista de Meriten, parte de BNY Mellon, la decisión no implica que el banco central suizo se abstenga de la intervención, pues se ha sugerido que seguirá siendo activo en el mercado. Por ello, en la entidad esperan que el cambio euro/franco siga justo por encima de la paridad a corto plazo, aunque mostrando una fuerte volatilidad. Con respecto a las consecuencias para un QE en Europa, descartan que tenga efecto en las discusiones y potenciales decisiones en este sentido. “Esperamos que el BCE anuncie una aceleración de su programa de compras la próxima semana, al menos que cubra bonos corporativos, y dé más detalles sobre potenciales compras de deuda pública”, explican.