Ahora que por fin se prevé que la inflación aumente en Estados Unidos, surge con fuerza una pregunta: ¿aprovechará el nuevo presidente de la Reserva Federal Jerome Powell la oportunidad para subir los tipos más veces tras su reciente alza del 21 de marzo y abordar su inflado balance?
Desde Fidelity esperan que la Reserva Federal avance con cautela. Los niveles récord de la deuda mundial y el envejecimiento de la población provocan que las economías sean mucho más sensibles a las variaciones de los tipos de interés que en el pasado y subir los tipos demasiado podría tener un impacto importante en los rendimientos de los bonos y reducir rápidamente el crecimiento económico real. El taper tantrum de 2013 nos dio una idea de lo rápido que este mecanismo de transmisión puede obligar a las autoridades a dar marcha atrás, recuerdan.
“Esperamos que la Fed tenga en cuenta estos factores y mantenga su ritmo de subidas moderadas, con dos incrementos más este año. En el caso de que se produzca una caída sostenida del petróleo y las cotizaciones bursátiles, o una desaceleración más pronunciada de lo previsto en China, tres subidas podrían no ser viables a pesar del deseo de la Fed de normalizar los tipos de interés durante este ciclo económico”, explican Marton Huebler, responsable de análisis cuantitativo táctico y Tim Foster, gestor de fondos de renta fija, de Fidelity.
El resto del mundo
Ambos expertos analizan también la zona euro, el Reino Unido y Japón, donde las brechas de producción están cerrándose rápidamente, dando al traste con las presiones deflacionistas de los últimos años. Sin embargo, tienen claro que las autoridades monetarias no tendrán la libertad de la Fed para reaccionar ni siquiera de forma deliberadamente moderada.
En el Reino Unido la inflación ha subido con fuerza en respuesta a la depreciación de la libra esterlina después del referéndum del Brexit, pero este repunte pronto comenzará a difuminarse en los datos después de tocar techo en el 3,1% en noviembre. El crecimiento real negativo de los salarios está conteniendo el consumo y lastrando las ventas minoristas y la revalorización de la libra también contribuirá al descenso del IPC británico en 2018. Pronosticamos una caída de hasta el 1,6% a comienzos de 2019.
A diferencia de EE.UU., la inflación de la zona euro y Japón sigue moviéndose claramente por debajo del objetivo; estas economías necesitarían crecer a toda potencia durante algún tiempo antes de que las fuerzas cíclicas eleven la inflación hasta los niveles deseados por los bancos centrales.
“La inflación de la zona euro parece haber tocado fondo, pero creemos que tanto la inflación subyacente como la general probablemente converjan en torno al 1,5% a finales de año, lo que nos deja, en el idioma del BCE, una inflación que sigue siendo “inferior”, pero ciertamente no está “próxima al 2%”, dicen.
¿En qué posición deja eso a los inversores en bonos?
Para Huebler y Foster 2018 podría terminar siendo el año en el que la inflación responda ante las presiones cíclicas, pero a más largo plazo los problemas estructurales perdurarán todavía algún tiempo y limitarán el aumento de los tipos de interés a corto y largo plazo más allá de este ciclo económico y el siguiente.
“Diversificar la exposición a renta fija con ayuda de los instrumentos indexados a la inflación puede brindar cierta protección contra las alzas de la inflación y, al mismo tiempo, contener los efectos de las subidas de los tipos de interés, mientras que la vigilancia y la gestión de la exposición a la deuda corporativa puede reforzar la gestión del riesgo en las condiciones típicas de final de ciclo”, concluyen.