Con las elecciones presidenciales estadounidenses cada vez más cerca, las encuestas y los sondeos reflejan una ligera preferencia por el exvicepresidente Joe Biden frente a Donald Trump. Estas proyecciones contrastan notablemente con las predicciones de principios de año, cuando se esperaba que este último fuera reelegido por su ventaja en el cargo, destaca State Street Global Advisors.
En su reciente informe “US Elections: Investing Amid Political Risk”, SPDR apunta que la combinación del deterioro de la economía con una percepción de incompetencia en el manejo de la pandemia del COVID-19 y los recientes disturbios sociales han erosionado el antes claro camino de Trump hacia la reelección.
Las encuestas indican que el estado de ánimo general en Estados Unidos es pesimista y el electorado no aprueba la actuación del presidente en muchos temas electorales clave, según RealClearPolitics. En concreto, un sondeo reciente de Gallup refleja que apenas un 13% de los encuestados se mostraron satisfechos con la situación actual del país norteamericano, “una caída abrumadora” del 41% de enero, señala State Street.
A este “pobre sentimiento general” se suma que las encuestas nacionales sugieren que el público también puede haberse vuelto en contra del presidente en muchos temas específicos. De hecho, Trump solo mantiene una ventaja de sentimiento en la política fiscal y el comercio, mientras que Biden lleva la delantera en la mayoría de los temas importantes, incluyendo la gestión del COVID-19 y los disturbios civiles. Las últimas encuestas recopiladas por Real Clear Politics indican que la calificación de Biden se sitúa en el 49,1%, frente al 42,7% de la de Trump.
Elliot Hentov, director de análisis político del equipo macroeconómico de State Street, insiste en mantener la cautela ante las encuestas estadounidenses, al ser estas “muy complejas”. A su juicio, hay dos aspectos importantes a tener en cuenta por parte de los inversores: qué muestran los sondeos de los cinco estados bisagra en los que se decidirá el resultado y cómo se desarrollan los comicios.
Esto último “no nos suele importar en los mercados desarrollados, pero, este año, el voto por correo es un desafío” y hay que vigilar cómo se están preparando los candidatos de cara a posibles disputas legales, señala. “Eso también nos dice si creen que las elecciones serán muy reñidas o si incluso requerirán acciones legales”, añade.
Para Hentov, los escenarios a contemplar por los inversores son distintos a los de los votantes. Si las elecciones se desarrollan con normalidad, la clave es si se mantiene el statu quo o si se produce un giro en el régimen político. En este segundo caso, además de los riesgos habituales, como son los relacionados con la normativa y la fiscalidad, considera que hay otros importantes para los inversores vinculados con el mercado laboral, la regulación antimonopolio y un mayor gasto público. “Todo esto interactúa con el entorno y particularmente con las acciones en términos de qué empresas o sectores podrían ser penalizados o beneficiados ante una reorganización de impuestos, normas y gasto”, afirma.
El otro escenario posible es que se trate de una elección muy disputada y que aparezca una prima de volatilidad en los mercados a partir de septiembre que podría extenderse más allá de los comicios. “Durante ese período, si supera las expectativas del mercado, no solo perjudicará al sentimiento de los inversores, sino también al de las empresas y los consumidores, con consecuencias económicas reales”, advierte.
¿Combustibles fósiles o infraestructuras verdes?
Por su parte, el director de análisis e investigación cuantitativa de la gama SPDR ETFs, Daniel Ung, apunta que, si Trump se mantiene en el poder, lo mejor para los inversores es mantener la exposición a infraestructuras, servicios públicos y petróleo y gas. También recomienda apostar por las mid y small caps frente a las large caps, ya que la investigación de la gestora muestra que, en las elecciones más recientes, las primeras se beneficiaron mucho más de las victorias republicanas. Si, por el contrario, Biden se hace con el poder, cree que, además de las infraestructuras, otro posible sector beneficiado es el sanitario.
Mientras, al analizar las oportunidades relacionadas con el cambio climático y la inversión sostenible, señala que, si Trump se hace con el poder, se prestará menos atención a las estrategias con criterios ESG y mayor al petróleo y el gas. “Si Biden gana, el foco de los inversores se dirigirá hacia las infraestructuras verdes y a una economía libre de combustibles fósiles, ya que son una parte clave de sus políticas para reconstruir Estados Unidos”, dice Ung.
Por último, para aquellos inversores que busquen ingresos en un entorno de tipos de interés bajos y continuos, recomienda optar por productos de ingresos por dividendos sostenibles. Esto se debe a que las recompras de acciones pueden estar expuestas a riesgos políticos, ya que ambos candidatos las consideran de manera negativa como otra forma de distribución a los accionistas además de los dividendos, aunque sus políticas siguen sin estar claras.
La gama de SPDR ETF aporta los vehículos para posicionar carteras ante estos escenarios políticos. Puede leer el informe completo de State Street Global Advisors en este enlace.