La agencia de calificación S&P ha dado una buena noticia a la deuda española: ha elevado el rating del Reino de España a BBB+ desde BBB, equivalente a un aprobado alto. Con esta decisión, ha premiado la buena racha económica, pues España crece más del 3% en términos anualizados y crea empleo, y además, mantiene una perspectiva estable para los próximos meses.
S&P ha justificado su decisión por el impacto positivo en la economía de las reformas efectuadas por el Gobierno, haciendo especial énfasis en los cambios normativos acometidos en el mercado laboral, que han permitido mejorar la competitividad de sus exportaciones y del sector servicios. Dice que el comportamiento económico ha sido «sólido y equilibrado” en los últimos años, y que eso mejora las cuentas públicas. La agencia prevé un crecimiento del PIB del 4% -sin tener en cuenta la inflación-.
Pero advierte de un riesgo: la fragmentación política tras las elecciones generales del 20 de diciembre como un obstáculo para el déficit y la recuperación.
En su opinión, un Parlamento fragmentado “supone un riesgo para la continuación de las reformas estructurales, el control del déficit público y los objetivos de crecimiento a medio plazo”.