Las elecciones de Perú fueron impresionantemente estrechas entre dos figuras polarizantes, Keiko Fujimori y Pedro Castillo, que finalmente terminó asumiendo el cargo luego de acusaciones de fraude y un panorama de tensión política.
En este contexto, S&P Global Rating publicó un informe delineando los principales desafíos de corto plazo para Castillo, quien hereda una presidencia marcada por la turbulencia política en el país, resultando en ahora cinco presidentes en cuatro años.
“En el corto a mediano plazo, administrar el severo costo humano y económico de la pandemia planteará serios desafíos para el nuevo liderazgo político del país”, indicó el reporte, agregando que uno de los principales será dirigir el programa de vacunación peruano, que actualmente avanza lentamente.
Para la clasificadora de riesgo, las dificultades económicas, institucionales y sociales provocadas por la pandemia de COVID-19 serán “difíciles de manejar, especialmente porque la elección reciente estuvo muy reñida y generó una presencia reducida en el Congreso para el nuevo gobierno”.
S&P Global Ratings tiene la deuda soberana de Perú clasificada en la categoría de BBB+, lo que, señalan, obedece a una “amplia continuidad” de las políticas a través de distintas administraciones presidenciales. Esto, agregan, ha generado un marco macroeconómico predecible y pragmáticos y confianza en los inversionistas.
Sin embargo, la agencia calificadora ve un potencial de riesgo en la economía del país, por el frente político. “La extrema fragmentación del Congreso ha erosionado la estabilidad política en los últimos años”, destacaron en su informe.
“Perú tiene bajos desequilibrios fiscales y externos y una baja carga de deuda soberana, lo que coloca a su economía en una posición más sólida para enfrentar disrupciones económicas. Ponderamos estas fortalezas contra el todavía bajo PIB per cápita y la diversificación económica más limitada en comparación con muchos de sus pares con mayor nivel de desarrollo”, agregó la firma.
En esa línea, S&P Global Ratings asegura que un cambio “negativo e inesperado” en las políticas macroeconómicas podría dañar el historial de predictibilidad en las políticas peruanas, lo que impactaría la clasificación de riesgo del país.
“Los acontecimientos políticos y la dinámica del crecimiento económico serán claves para la calificación en el mediano plazo”, resaltó la firma en su reporte.