Los inversores institucionales españoles esperan que la renta variable estadounidense y los activos alternativos sean los activos más rentables en 2015. Así, consideran que la renta variable estadounidense (31%), el capital riesgo (16%) y los activos alternativos líquidos (11%) serán las clases de activos más rentables en los próximos 12 meses, según las conclusiones sobre España extraídas de una encuesta global, realizada en octubre de 2014 por Natixis Global Asset Management a 642 inversores institucionales de 27 países que conjuntamente gestionan activos por valor de 31 billones de dólares estadounidenses.
Más de un tercio (36%) considera que el principal riesgo en 2015 será el riesgo geopolítico, seguido de la desaceleración de la economía china o de la región de Asia (16%) y los tipos de interés crecientes (13%). Además, tres de cada cuatro inversores españoles (76%) esperan dificultades para hacer frente a los tipos de interés crecientes en los próximos tres años. Ante la subida de los tipos de interés, lo más popular es rotar hacia bonos de menor duración (el 67% de los inversores españoles prevé hacerlo) aunque el 47% prevé reducir la exposición total a renta fija.
Para compensar esa reducción, los inversores aún intentan aumentar el nivel actual de sus carteras: el 51% de las instituciones españolas afirma que está aumentando su nivel de inversiones en value mientras que el 49% está estudiando aumentar las inversiones en estrategias de alta rentabilidad o las inmobiliarias.
Sin embargo, solo el 9% prevé aumentar su nivel actual de riesgo en 2015, mientras que más de un tercio (38%) prevé disminuirlo. En términos de riesgo, los inversores españoles están preocupados por la generación de rentabilidad (82%), los riesgos que no se pueden cubrir (76%) y el entorno de tipo de interés bajos (75%).
Casi nueve de cada diez (89%) coinciden en que tomar decisiones emocionales a la hora de invertir puede producir rentabilidades a largo plazo más bajas.
Amenazas para cumplir objetivos
Los inversores españoles se creen capaces de cumplir con sus obligaciones a largo plazo, aunque admiten que existen algunas amenazas para el cumplimiento de sus objetivos. Les preocupan la volatilidad y cómo responder a los movimientos a corto plazo del mercado y al mismo tiempo mantener sus objetivos de inversión a largo plazo.
Casi todos los inversores españoles se consideran capaces de cumplir sus obligaciones (93%), mientras que solo el 38% considera que otros inversores institucionales son capaces de cumplir los suyos. La mayoría de los inversores españoles admite tener dificultades para proteger su cartera frente a los vaivenes drásticos de los mercados (83%), para cumplir con sus objetivos de crecimiento a largo cubriendo las necesidades de liquidez a corto plazo (83%) y para mitigar el impacto de la volatilidad del mercado (80%).
Las instituciones españolas se esfuerzan por aprovechar tácticamente los movimientos del mercado —entre los inversores españoles, solo el 11% dice que «no es difícil». Cuatro de cada cinco inversores dicen que les resulta difícil generar rentabilidades estables.
Según Sophie del Campo, directora general para Iberia y Latinoamérica de Natixis Global Asset Management: “Uno de los principales desafíos de los inversores institucionales en España es superar las presiones de corto plazo del mercado y concentrarse en los objetivos de largo plazo y cuánto riesgo van a tener que asumir para alcanzarlos. Desde la industria de los fondos de inversión debemos proporcionarles las herramientas necesarias para construir carteras duraderas. Eso implica tener un control diferente del riesgo, que combine una gestión activa con alternativas líquidas que ayuden a los inversores a tener una diversificación real, gestionar la volatilidad y tomar mejores decisiones, todo ello sin renunciar a una buena rentabilidad”.
Encontrar alfa cada vez es más difícil
Más de dos de cada tres admiten que cada vez es más difícil obtener alfa debido al aumento de la eficiencia de los mercados (69%). Más de tres de cada cuatro inversores españoles consideran que existen muy pocas herramientas para eliminar adecuadamente las «conjeturas» asociadas a la gestión de inversiones en los mercados actuales.
Para gestionar el riesgo, las opciones más populares entre las instituciones españolas son las coberturas de riesgo (47%) y el aumento de las asignaciones a activos no correlacionados (49%).
Uso de inversiones alternativas
La mayoría (73%) es consciente de la importancia de ir más allá de las clases de activos tradicionales e incorporar inversiones alternativas a sus carteras. De hecho, la mayoría de los inversores españoles opina que debe invertir en inversiones alternativas (60%), pues las consideran una buena fuente de diversificación (70%) y algo necesario para cumplir con sus obligaciones y el riesgo de longevidad (69%). Sin embargo, más de dos de cada tres inversores dicen tener dificultades para mantenerse al día en cuanto a las nuevas estrategias de inversión disponibles.
Casi todos consideran que las inversiones activas y pasivas son componentes complementarios de la estrategia de inversión de sus organizaciones. Y uno de cada dos inversores confía en lograr un equilibrio entre mandatos activos y pasivos y gestionar su flujo de efectivo.
Inversión sostenible, responsable y de impacto: fuente de alfa emergente
Casi la mitad de los inversores (49%) coincide en que el análisis ESG (medio ambiente, responsabilidad social y gobierno corporativo), ofrece posibilidades de crecimiento y generación de alfa a largo plazo y otro 49% utiliza los factores ESG como criterios para la selección de gestores. Los tres principales factores ESG que utilizan los inversores institucionales para seleccionar gestores/inversiones son retribución de los ejecutivos (44%), sostenibilidad medioambiental (38%) y derechos de los accionistas (38%).
Más de la mitad estima que se puede encontrar alfa en inversiones socialmente responsables (58%) y el 47% considera que uno de los principales atractivos de las SRI es su potencial de rentabilidad a largo plazo.
Las dificultades operativas se deben a los costes y el proceso de due diligence de las inversiones
En los próximos diez años se espera que los mayores costes a largo plazo se deban a las medidas para cumplir la regulación (58%). Otros costes a largo plazo en los próximos 10 años incluyen el coste del proceso de due diligence de inversiones (17%), los costes de gestión del talento (15%) y los costes de información (14%).