Mañana empieza el Foro Económico de Davos en Suiza. Más de 40 jefes de Estado y 2.500 líderes del mundo empresarial se dan cita durante cuatro días en esta localidad, que a 1.560 metros de altitud es la ciudad más alta de Europa. Desde 1971, año en el que Klaus M. Schwab, un profesor de economía de Suiza, fundara el Foro, la atención del mundo económico se gira hacia los montes suizos por unos días.
Para Suiza, este foro supone un ingreso anual de 81 millones de dólares, según cifras recogidas por Bloomberg TV. Pero, además de llenar los bolsillos suizos – una habitación de hotel en Davos quintuplica su precio actual estos días-, ¿sirve para algo este foro?
Los organizadores se jactan de escuchar todas las corrientes socioeconómicas presentes en el planeta y de servir, precisamente, como un catalizador de críticas constructivas para prevenir males mayores. Sus detractores lo tildan de anti-democrático, opaco y corrupto.
La mayor parte de la población permanece indiferente a esta concentración de poder político y económico, aunque en su favor cabe enumerar una serie de iniciativas sociales, medioambientales y sanitarias –programas para la lucha contra el sida, la malaria o la erradicación de la tuberculosis-, así como progresos políticos –al fin y al cabo fue aquí donde Irán dijo el año pasado que estaba dispuesto a frenar su programa nuclear y abrir el país a la inversión extranjera en sus yacimientos petrolíferos-. Incluso en ocasiones hablan sobre economía –en la edición de 2008 Soros y Roubini acertaron de lleno al pronosticar una crisis prolongada y sin precedentes derivada de la crisis subprime-.
Este año, tras la avalancha provocada por el Banco Nacional Suizo al liberar la cotización del franco suizo contra el euro, parece como si todos esperáramos más de Davos, en una semana que muchos están calificando como “la más importante del año” desde un punto de vista económico. Durante los próximos días confluyen el inicio del foro, el anticipado QE del BCE en su reunión del 22 de enero y las elecciones griegas, que se celebran el 25 de enero.
Además de hablar sobre política monetaria y cambiaria, cambio climático e inestabilidad política, este año los líderes del mundo capitalista en Davos deberían informarnos sobre qué piensan acerca del precio del petróleo, la crisis del ébola, el Estado Islámico, la ciberseguridad (o más bien sus carencias) y el imparable ascenso de la desigualdad social y económica en la mayor parte del globo.
El Foro Económico Mundial de Davos se celebra este año del 21 al 24 de enero. Puede descargar toda la información relativa al foro a través de su página oficial, World Economic Forum Annual Meeeting 2015, o seguir sus acontecimientos día a día a través de su página de twitter, @wef (que ya suma 2,3 millones de seguidores).