Singular Bank ha presentado su informe de perspectivas “2024. Un año para despejar incógnitas”, en el que afirma que el punto de partida es un escenario marcado por la persistencia de las tensiones inflacionistas; las implicaciones del endurecimiento de la política monetaria sobre la economía real; el menor tono expansivo fiscal en las economías avanzadas con la reintroducción -en el caso de la eurozona- de las reglas fiscales; los riesgos geopolíticos y la guerra en Ucrania y en Oriente Medio, así como la difícil coyuntura económica de China.
El equipo de macroeconomía de Singular Bank, que define la coyuntura actual como la era de la volatilidad, considera que las previsiones económicas globales seguirán marcadas por un elevado grado de incertidumbre y por la necesidad de tener en cuenta escenarios alternativos tanto en la toma de decisiones de política económica como de carácter empresarial. Ante este entorno, el escenario base de la entidad prevé que el crecimiento del PIB mundial pueda situarse en 2024 en el entorno de un 2% anual, lastrado por el riesgo de estancamiento de la eurozona y el menor dinamismo de la economía china así como del resto de países emergentes.
Las razones de dicha desaceleración en el crecimiento global residen en la persistencia de las tensiones inflacionistas y salariales; el endurecimiento de las condiciones financieras; la ralentización del comercio mundial y las tensiones geopolíticas crecientes. Respecto a la inflación, las previsiones apuntan que el proceso desinflacionista se mantendrá en los próximos 12 meses, lo que dará lugar a que los bancos centrales previsiblemente inicien su proceso de bajada de tipos de interés a partir de junio, tanto en el caso de la Reserva Federal estadounidense como del BCE. Habrá, según la firma, trres bajadas de tipos en Estados Unidos y dos en la eurozona.
La nueva etapa en la que ha entrado el comercio mundial (slowbalization) -en la que, según el FMI, las medidas de liberalización pierden apoyo y se sustituyen por otras de carácter proteccionista-, y el auge del nacionalismo económico (homeland economics) -revestido en la idea de lograr una mayor autonomía estratégica- no sólo contribuyen a una mayor fragmentación y regionalización, sino también a un previsible aumento de la regulación y de la intervención de los estados en la actividad económica.
Al mismo tiempo que, mientras la inteligencia artificial seguirá ganando protagonismo, las tendencias que marcarán las decisiones de inversión y de crecimiento a largo plazo girarán en torno a la 5 D de Singular Bank: digitalización, descarbonización, demografía, desglobalización y desconfiguración del orden internacional.
Ajuste en los primeros meses del año
El equipo de estrategia de Singular Bank considera que los mercados ya descuentan un escenario benigno, en la rapidez con la que se relajarán las políticas monetarias, en la resiliencia del crecimiento económico y de los beneficios y respecto a las tensiones geopolíticas. Pero prevé una fase de ajuste de las expectativas en los primeros meses del año, en la que las curvas de tipos podrían repuntar moderadamente y las bolsas, entrar en un periodo de consolidación, según desvela Roberto Scholtes, jefe de Estrategia de Singular Bank.
Scholtes continúa primando la acumulación de rendimientos en la renta fija de más calidad y recomienda construir una cartera de bonos orientada al medio plazo y de activos no cotizados como el capital riesgo y la deuda privada. También prevé una subida de los diferenciales crediticios que dará mejores niveles para añadir posiciones en emisiones de menor calidad y de mercados emergentes.
En cuanto a la renta variable, el experto anticipa rebajas de las estimaciones de resultados empresariales y que los múltiplos estén bajo presión en la fase de desaceleración económica, lo que limita el potencial alcista de las bolsas a corto plazo. La estrategia para comenzar el año prefiere compañías con balances sólidos, crecimiento estructural y limitada sensibilidad cíclica, así como valores impulsados por la transición energética. Por tanto, sobrepondera los sectores de salud, consumo básico, energía y electricidad.
También ve oportunidades en el sector bancario, a pesar de las fuertes subidas atesoradas por el sector a lo largo de 2023. Scholtes reconoce que habrá crecimiento modesto de las entidades bancarias, pero que las valoraciones siguen siendo bajas, por lo que estas alzas llegarán más «por una expansión de los múltiplos que por un crecimiento de los beneficios».
Asimismo destaca que la inversión en megatendencias ha de ser la piedra angular de la inversión a largo plazo, con un sesgo hacia la Inteligencia Artificial y otras disrupciones tecnológicas.
Sin embargo, los expertos de la entidad ven probable que, en algún momento de 2024, los recortes de tipos de los bancos centrales relajarán las condiciones de financiación y tocarán suelo las expectativas de crecimiento económico. En ese punto, prevén un giro estratégico, que implicará añadir posiciones en renta variable y rotar las carteras hacia negocios más cíclicos, pequeñas compañías y mercados emergentes.
Roberto Scholtes afirmó que los recortes de tipos serán probablemente más lentos de lo que esperan los mercados, lo que augura unos primeros meses «complicados». Pero 2024 será, probablemente, «un año de inflexión en las dinámicas internas de las bolsas y en el que habrá que cambiar sustancialmente la estrategia cuando el ciclo toque suelo”. Asimismo, apunta como variables clave del año «lo que digan y hagan los bancos centrales» además de «cómo y cuándo se realice la rebaja de estimaciones de resultados empresariales». Este evento, probablemente, tendrá lugar a lo largo del primer trimestre del año, coincidiendo con las presentaciones de las cuentas del ejercicio pasado.
Calma relativa en divisas
Por último, Singular Bank espera que 2024 sea otro año de calma relativa en los mercados de divisas, con una leve depreciación del dólar conforme se rebajen los tipos de interés. Ve oportunidades limitadas en otras monedas.
Asimismo, estima que el barril de Brent oscile por encima de los 80 dólares, aunque prefiere la exposición indirecta a través de las petroleras cotizadas. El oro, por su parte, continuará sostenido por las compras de los bancos centrales de los países emergentes y los recortes de tipos, por lo que recomienda aprovechar eventuales caídas de la cotización del metal precioso para acumular posiciones. Cree que la cotización rondará los 2.000 dólares, precisamente, alentada por al actividad de los bancos centrales emergentes, ya que su valoración justa rondaría los 1.800 dólares.
Alicia Coronil, economista Jefe de Singular Bank, señaló que en 2024 las decisiones de los gobiernos y las empresas seguirán marcadas por la geoeconomía y el nuevo entorno de tipos de interés, de precios y de poder adquisitivo. El endurecimiento de las condiciones financieras, en un contexto en el que probablemente el BCE y la Fed realizarán la primera rebaja del coste del dinero a partir de junio, seguirá permeando sobre la economía real a través de una mayor moderación del consumo y de la inversión, el repunte de la morosidad, la ralentización de los beneficios empresariales y el menor dinamismo del mercado laboral, entre otros factores. De ahí que este año sea un punto de inflexión, ya que tanto EE.UU. como la eurozona registrarán un menor ritmo de crecimiento afectado por sus retos internos, el menor dinamismo de China y la ralentización del comercio mundial durante la primera parte de 2024”.