El Anuario 2017 de rentabilidad de las inversiones mundiales, elaborado por Credit Suisse Research Institute en colaboración con el London Business School destaca el regreso de la inflación como uno de los aspectos clave para los inversores este año. Entre sus principales conclusiones, señala que los inversores en renta variable no deben temer los repuntes moderados de la inflación. Eso sí, deben tener presente que los tipos de interés reales se mantienen en niveles reducidos, con lo que es probable que disminuya la rentabilidad de todas las clases de activos.
El informe, que realiza un análisis de la rentabilidad a largo plazo– desde 1900 hasta la actualidad- de los mercados de renta variable y renta fija en 23 mercados, entre los que se incluye España, afirma que, históricamente, las estrategias Smart beta (estrategia a medio camino entre la inversión pasiva y la activa) han arrojado una rentabilidad superior, pero su implantación es complicada.
Respecto a España, el estudio destaca que, mientras en las décadas de 1960 y 1980 el mercado de renta variable español protagonizó periodos alcistas y se clasificaba como el segundo del mundo, en las décadas de 1930 y 1970 registró las peores rentabilidades de entre todos los países analizados.
En concreto, en los 117 años que abarca el anuario, la prima de riesgo de la renta variable española a largo plazo (en comparación con los bonos) fue del 1,7%, el nivel más bajo de entre todos los países que cubre el informe en el mismo periodo.
En cuanto a la rentabilidad real anualizada, entre 1900 y 2016 se sitúa en el 3,6% para la renta variable, el 1,8% para los bonos y el 0,3% para las letras del Tesoro. Para el período 2000-2016, que recoge el impacto de la crisis financiera mundial, la rentabilidad de los bonos supera el 5%, la de la bolsa alcanza el 2,3% mientras que las letras del Tesoro registran una rentabilidad negativa del 0,2%.
“España ha sido golpeada duramente por la crisis financiera global y ha hecho frente a un déficit presupuestario importante. Los bancos del país estaban expuestos al colapso de sector inmobiliario y de la construcción. Las medidas de austeridad llevaron al país a una de las tasas de desempleo más altas de Europa, sin embargo, España está ahora volviendo al crecimiento”, dice el informe.