Las conferencias de Simon Ward, el economista jefe de Janus Henderson Investors, en los encuentros anuales con periodistas que realiza la gestora, no se caracterizan precisamente por el optimismo. En esta ocasión, lejos de mantenerse en el tono habitual, Ward ha reconocido abiertamente que sus previsiones iban a ser más pesimistas de lo que nos tenía acostumbrados. Dicho y hecho. El experto ha hablado abiertamente de la recesión situándola entre los años 2019 y 2020.
Para argumentarlo ha hecho referencia a la diferencia entre el «dinero real» y el «dinero excedente» en la economía. El primero, el que realmente mueve la economía, anticipa un punto de inflexión en el crecimiento económico para dentro de nueve meses. Es decir, según Ward, «el dinero real señaliza una ralentización económica después del primer trimestre de 2018».
Lo demuestra la caída experimentada por la M1, la masa monetaria que incluye el dinero en efectivo en circulación y los depósitos bancarios a la vista, en los últimos meses y que es la mayor desde el inicio de la crisis de Lehman Brothers. La M1 adelanta nueve meses el comportamiento de la economía real y, como advierte Ward, empieza a reflejar la retirada de la política de estímulos de los bancos centrales.
Por su parte, el «dinero excedente» señala unos mercados alcistas y unos precios altos de los activos lo que, advierte, constituye «un telón de fondo menos favorable».
La ralentización económica que prevé y el pico alcista de los mercados son, cree, razones que invitan a la precaución. «Creo que el consenso se está mostrando demasiado optimista y la crisis generalmente ocurre durante el descenso del ciclo», afirma Ward. Otros indicadores que nos avanzan la llegada del cambio de ciclo están, a su juicio, en el mercado laboral. «La tasa de desempleo y de creación de empleo se aproximan lo que constituye un riesgo de inflación», explica.
En su opinión en Europa, el «dinero real» está creciendo de forma moderada y donde se observa una ralentización más significativa es en Francia y España.