Para Mike Buchanan, Deputy CIO de Western Asset Management Co, filial de Legg Mason, el repunte en el mercado de deuda corporativa desde mediados de febrero ha sido absolutamente increíble, siendo solamente interrumpido brevemente por la montaña rusa del Brexit. Sin embargo, a pesar de las notables rentabilidades en lo que va de año, este repunte sólo ha vuelto a situar las valoraciones en lo que se consideran niveles atractivos, a tenor de las perspectivas macroeconómicas de Western Assets y de los fundamentales de este segmento.
En adelante, se sigue pronosticando un crecimiento económico lento pero constante y una inflación anémica. Esto supone un telón de fondo positivo para la deuda corporativa; y se cree que el ciclo de este mercado tiene margen para evolucionar.
Los ciclos crediticios no mueren de viejos sino a causa de un deterioro de sus fundamentales. En general, los fundamentales del mercado de deuda corporativa son bastante sólidos. Los principales puntos débiles son la energía y otros sectores vinculados a las materias primas. Sin embargo, esto está descontado con creces en las valoraciones.
Uno de los indicadores que se utilizan para identificar que el ciclo crediticio se ha trasladado a la fase de recesión, es cuando las tasas de default cortan desde abajo hacia arriba la línea que representa su media en el largo plazo. El siguiente gráfico muestra que la tasa de impago de la deuda especulativa en Estados Unidos a doce meses acaba de realizar precisamente ese movimento. Pero en cambio, esto no es suficiente para marcar de forma definitiva el final del ciclo. Se podría tomar la determinación de que se ha llegado a una recesión en el ciclo crediticio, cuando la mayor parte de las industrias se estén debilitando y contribuyendo a un aumento de la tasa de impago.
Además, las condiciones económicas actuales a escala mundial, así como la búsqueda de rentabilidad por parte de los inversores en un entorno de tipos negativos, supone un factor técnico favorable bastante sólido para los bonos corporativos estadounidenses.
Bank of America estima que unas tasas negativas o muy bajas en Europa y Asia podrían resultar en un incremento de la demanda por el crédito estadounidense en los próximos 12 meses, estimando la demanda total entre unos 300.000 y 500.000 millones de dólares. Mientras que, la posición de Western Assets se basa en el análisis de los fundamentales y las valoraciones relativas, la gestora opina que el experimento de las tasas negativas podría proporcionar un fuerte impulso técnico por la demanda de crédito de Estados Unidos.