En su última reunión de junio, el Banco Central Europeo anunció que reduciría el ritmo de compras de deuda pública y privada de 30.000 a 15.000 millones de euros mensuales a partir de septiembre, pero mantendría los tipos de interés en sus niveles actuales al menos hasta el verano de 2019. Por lo que, en el corto plazo, el BCE seguirá inyectando liquidez a los mercados, prolongando una situación en la que la deuda estadounidense y la deuda emergente se ven más atractivas que la renta fija de la Zona Euro.
Por su parte, la deuda emergente continúa ofreciendo unos buenos fundamentales y una prima de rendimiento todavía importante; aun así, a medida que la Reserva Federal continúe reduciendo su balance y subiendo tipos, aumentan los temores de que, tal y como sucedió en el pasado, las rentabilidades de la deuda emergente se puedan ver negativamente afectadas. ¿Cuáles serían entones las preguntas que deberían hacerse los inversores que mantienen posiciones en esta clase de activo? A continuación, Andrew Keirle, gestor de carteras de la estrategia Emerging Markets Local Currency Bond de T. Rowe Price, y Benjamin Robins, especialista en carteras de renta fija en la misma firma, resuelven siete dudas frecuentes.
¿Tiene consecuencias negativas para los mercados emergentes el entorno actual de aumento de los precios del petróleo, subidas de tipos y fortaleza del dólar?
La reciente combinación de altos precios del petróleo, subidas de tipos y fortaleza del dólar ha tenido un impacto negativo en los activos de los mercados emergentes. Sin embargo, nos tranquiliza saber que estos riesgos parecen estar descontados en general. De momento, las salidas de capitales de esta clase de activos han sido moderadas, lo que indica que no ha habido un cambio total en la confianza de los inversores.
Los efectos del encarecimiento del petróleo son desiguales, ya que beneficia a algunos países (Rusia, Colombia, Malasia), pero a otros no (India, Turquía, Europa Central y del Este). Por tanto, los precios del petróleo tienen un efecto más o menos neutral en el conjunto de los mercados emergentes. Si la relación entre los precios de las materias primas y el dólar vuelve a normalizarse, podría ofrecer un cierto colchón a las divisas de los mercados emergentes.
La subida de los tipos estadounidenses se dejó sentir en la deuda de los mercados emergentes denominada en divisa fuerte en el primer trimestre, pero los rendimientos locales se han mantenido próximos a los niveles de enero de 2018. Creemos que un rendimiento del 3% de los bonos del Tesoro de EE.UU. a 10 años no modificará en lo fundamental la propuesta de valor de los mercados emergentes, aunque podría producirse una salida de inversores de estos mercados si los tipos siguen subiendo. Pensamos que el mercado ha descontado prácticamente las actuales perspectivas de los tipos estadounidenses, pero existe un cierto riesgo si el crecimiento o el empleo estadounidense sorprenden positivamente.
A corto plazo, lo más difícil es saber qué pasará con el dólar. Un repunte del crecimiento europeo probablemente ralentizaría o detendría la revalorización del dólar, e igual sucedería con nuevas subidas de tipos de los mercados emergentes. A más largo plazo, nos centramos en las valoraciones fundamentales de las divisas, que en los mercados emergentes parecen bajas en general.
¿Provocará una crisis en los mercados emergentes la incapacidad de financiar los déficits por cuenta corriente actuales?
En general, la cuenta corriente muestra un equilibrio en los mercados emergentes, y algunos países (Rusia o Brasil) tienen reservas suficientes para atender todos sus pasivos externos. No obstante, los pasivos externos son un riesgo para algunos países (Argentina o Turquía) y habrá que estar muy atentos a ambos desde el punto de vista fundamental y técnico.
¿Serán incapaces de devolver la deuda en dólares estadounidenses los emisores soberanos y corporativos?
Para entender la capacidad de los emisores de los mercados emergentes para devolver la deuda se requiere analizar individualmente cada país y cada empresa. Pero, a nivel corporativo y estatal, los pasivos en dólares estadounidenses no muestran actualmente una debilidad generalizada: la mayoría de las empresas prestatarias y países pre-financiaron sus necesidades de gasto a medio plazo en 2017 o a principios de 2018, cuando las condiciones del mercado eran más flexibles.
Sin embargo, hay países y empresas que dependen en gran medida de la financiación externa, como Turquía, Argentina y financieras y promotores inmobiliarios de baja calidad, los cuales hemos evitado.
Con una inestabilidad política tan generalizada, ¿qué piensa del riesgo geopolítico?
Parte de la debilidad de países como Brasil es una reacción justificada a la incertidumbre política, mientras que los resultados de otros países, como México y Rusia, podrían ser más favorables de lo que esperan los mercados. Solemos abordar estas cuestiones país por país y tratamos de reducir o cubrir en parte la exposición si no se nos recompensa por la volatilidad.
Los riesgos geopolíticos generales (tensión en la zona euro, Corea del Norte, Irán, política comercial de EE.UU., etc.) son más difíciles de predecir y cubrir, ya que de materializarse podrían provocar una amplia ola de ventas en todos los activos de riesgo. Mantenemos posiciones reducidas en “refugios seguros”/coberturas (como el yen japonés o CDS) frente a estos tipos de riesgos, pero trataremos de no hacer cambios globales en el posicionamiento, ya que creemos que ni nosotros ni nadie tiene ventaja para predecir con exactitud los acontecimientos geopolíticos.
En su búsqueda de rendimientos, muchos inversores adoptaron posiciones largas en los mercados emergentes. La subida de los tipos de los mercados desarrollados está forzando un doloroso repliegue técnico. ¿Son estas salidas de capitales de los mercados emergentes el principio de un problema?
Hasta ahora, no hemos visto un cambio total en el deseo de riesgo (en realidad, los flujos son positivos en lo que va de año), pero los mercados emergentes han registrado salidas de capitales importantes de inversores a corto plazo o minoristas. No es nuestro escenario básico, pero existe el riesgo de que esto pueda dar lugar a un círculo vicioso si las salidas de capitales generan más problemas fundamentales, como ha sucedido en Argentina.
No obstante, creemos que los buenos fundamentales, junto con una prima de rendimiento todavía importante, harán que muchos inversores mantengan sus posiciones en los mercados emergentes. Esto coincide con los datos de los flujos y con lo que nos dicen los clientes institucionales.
Si se ven obligadas a endurecer los tipos de interés para defender sus divisas, ¿se ralentizarán o incluso desplomarán las economías emergentes?
Sin duda, algunos mercados están en riesgo, pero no preocupan mucho, ya que las condiciones monetarias siguen siendo, en general, neutrales. Sin embargo, Indonesia e India han aplicado subidas de tipos defensivas recientemente, y Argentina y Turquía han realizado ajustes contundentes para abordar los riesgos cíclicos y externos.
En este momento, no ha habido un endurecimiento monetario generalizado, pero podría aumentar y el crecimiento podría ralentizarse si las divisas siguen bajo presión de aquí a dos o tres meses. No obstante, las perspectivas de la mayoría de los mercados emergentes ya descuentan las subidas de tipos, por lo que la decepción del mercado podría ser limitada.
¿Provocarán las caídas de las divisas un desapalancamiento y consecuencias negativas en los mercados emergentes?
Por ahora, la tensión de los mercados emergentes se circunscribe principalmente a estos mercados. Sin embargo, si los países con buenos fundamentales sufren dificultades importantes, existe el riesgo de una “profecía autocumplida”: la depreciación de las divisas provoca una subida de los tipos y esta, a su vez, un estancamiento. No obstante, una parte importante de los mercados emergentes —incluidos muchos de Asia y la CEE, pero también los países andinos (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú)— apenas se han visto afectados por la reciente volatilidad, lo que refuerza nuestra opinión de que cada caso es distinto.
Riesgos principales: los riesgos siguientes son especialmente relevantes para la estrategia destacada en el presente documento.
Las transacciones con valores denominados en divisas están sujetas a fluctuaciones en los tipos de cambio, lo que puede afectar al valor de una inversión. Las rentabilidades pueden ser más volátiles que en otros mercados más desarrollados, debido a los cambios en las condiciones políticas, económicas y de mercado. Los títulos de deuda podrían verse afectados por un cambio perjudicial en la situación, debido a una rebaja de las calificaciones o a un impago, lo que podría afectar al valor de una inversión.
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