2016 ha empezado con un patrón muy similar al de la segunda mitad de 2015: los mercados emergentes inmersos en un complicado entorno, con el foco en China; un crecimiento liderado por el mundo desarrollado (con EE.UU. y el sector de consumo como baluartes); y divergencias en las políticas monetarias a ambos lados del Atlántico. “2016 también será un año difícil para los CIOs, con fuertes riesgos como el de China o las subidas de tipos de la Fed, con la volatilidad como protagonista y los inversores con la necesidad de adaptarse a un entorno con rentabilidades más bajas a largo plazo”, dice Sebastián Velasco, contry head para España y Portugal de Fidelity en su primer evento del año, celebrado en Madrid, en el que expertos de la gestora presentaron sus perspectivas para 2016.
Aunque la volatilidad que están sufriendo ahora los mercados es dramática, el CIO de Renta Variable Global de la entidad, Dominic Rossi, lo tiene claro: las bolsas del mundo desarrollado seguirán su senda alcista y batiendo a las emergentes. Entre los motivos más fuertes recurre a la innovación como motor de rentabilidad. “Las compañías que están ahora inmersas en un mercado alcista no son las mismas que triunfaron en el periodo 2003-2008”: entonces China estaba en una posición de liderazgo, en un mundo en el que los mercados emergentes batían a los desarrollados, los activos tangibles subían y triunfaban las estrategias alternativas y multiactivos, mientras a partir de 2009 EE.UU. tiene el liderazgo, los mercados desarrollados baten a aquellos en desarrollo, suben los activos intangibles y es la era de la obtención de rentas.
“Hay nuevos liderazgos en el mercado tras la crisis financiera de 2008: ahora triunfan las empresas de información, tecnología, medios de comunicación… ahí están los líderes y esto seguirá”, explica Rossi. “En renta variable, se trata de la innovación, y en ese sentido, las empresas estadounidenses llevan la delantera, con las tecnológicas del Nasdaq, con Sillicon Valley y el rol que juegan las universidades en la creación empresarial, algo que no se da en otros mercados”, y lo que justifica en su opinión las subidas continuadas de su mercado de renta variable. El experto recuerda que en Davos se debatió sobre la 4ª Revolución Industrial en ese sentido de “innovación”.
Más motivos para ser optimista
Además, explica otros motivos que jugarán a favor de la renta variable, como el aumento de los dividendos. “Los dividendos en la bolsa estadounidense subieron un 10% el año pasado y esta tendencia puede continuar, teniendo en cuenta que en EE.UU. el ritmo de crecimiento anual ha sido mayor al 13% en dólares en los últimos años”, explica.
Rossi habla de otros factores positivos que apoyarán las bolsas: la alta confianza económica en EE.UU. pese al fuerte dólar y el crecimiento de la rentas en el país –ante la creación de empleo-, algo que impulsará el consumo. Eso sí, también apunta el riesgo de que, más que el consumo, los ciudadanos destinen esas mayores rentas (también derivadas del ahorro ante un petróleo más barato) al ahorro, como ocurrió en 2015. En Europa, que crecerá al 1%, también ve la demanda en buena forma, ante la mejoría de la situación en países que han hecho reformas y en los que cae el paro, como España y Portugal.
Eso sí, hay un riesgo para los mercados: que la Fed pueda equivocarse este año. Mientras el mercado descuenta dos subidas de tipos, la autoridad ha hablado de cuatro pero si hace todas esas subidas, dice Rossi, “sería visto como un error porque estaría infraestimando el impacto de su política en los mercados de divisas”, y el de la fortaleza del dólar en las condiciones financieras. La esperanza, dice Rossi, “es que la Fed se fije en indicadores que aún son débiles” –los que advierten de la subida salarial en EE.UU. se equivocan, dice- porque no hay que preocuparse por la inflación. “La Fed debe ser cauta”, apostilla.
Tercera ola deflacionista
En su presentación, el CIO habló también de la tercera ola deflacionista (tras la de 2008-09 con el crash en el mercado inmobiliario de EE.UU. y la de 2011 con la crisis de la Eurozona), marcada ahora por la crisis del mundo emergente (primero en sus divisas, luego en los mercados de capitales y luego en la economía real). “Las dos primeras oleadas cambiaron la estructura del crecimiento nominal”, dice, con cifras mucho más bajas a partir de 2008 y eso está llegando también al mundo emergente. Para el CIO, será clave identificar aquellos emergentes que están hacienda reformas (México o India y China) de los que no entienden que la época del dinero fácil ha acabado y no hacen reformas (Brasil, Rusia o Suráfrica).
En su opinión, esta tercera ola tendrá un impacto diverso por el mundo y afectará más a aquellos países con más vínculos con el mundo emergente (vía exportaciones por ejemplo) y también a aquellos que apoyan su economía en la industria. “Esta ola tiene un gran impacto en el sector industrial, que está en recesión global desde el verano pasado y persistirá a lo largo de 2016”, apostilla.