La renta variable rusa se encuentra entre las más baratas del mundo, en un contexto de controversia política y económica. Sin embargo, AB cree que los inversores se sorprenderán al descubrir que el sector del comercio minorista ofrece oportunidades infravaloradas que cuentan con un atractivo potencial de rentabilidad.
Las acciones rusas cotizan con un PER medio de 6,5 veces en comparación con el promedio de los mercados emergentes, situado en 12,5 veces. Hay buenas razones para este descuento: la economía rusa se encuentra bajo una fuerte presión debido a la debilidad del precio del petróleo y a las sanciones internacionales como consecuencia de su papel en el conflicto en Ucrania. El rublo ha caído frente al dólar, la inflación se ha disparado y el PIB de Rusia se encoge cada vez más. La población está sufriendo una disminución de los ingresos reales.
“Así que, incluso el inversor más inconformistanecesitaandar con mucho cuidado antes de aventurarse en las bolsas rusas. Dicho esto, creemos que determinados minoristas del sector de la alimentación ruso representan una oportunidad atractiva para los inversores dada la modernización y la consolidación de la industria alimenticia del país que podríamos ver a largo plazo”, explican Henry S. D’Auria y Justin Moreau, CIO de renta variable de mercados emergentes y analista de la misma división en AB.
En términos de tamaño, el potencial de la industria es masivo, creen. “La población del país es tan grande como Alemania y Francia juntas. Sin embargo, los modernos supermercados siguen siendo relativamente pocos y distantes entre sí, y la industria sigue estando muy fragmentada. Las mayores cadenas de distribución se han expandido rápidamente poniendo en marcha en conjunto más de 2.000 nuevas tiendas al año en el último lustro. Pero todavía hay mucho espacio para crecer y ganar cuota de mercado”, apuntan.
¿Hay espacio para crecer?
Este potencial de crecimiento no parece estar descontado en las valoraciones de los grandes minoristas de alimentación, que parecen baratos en comparación con muchos de sus compañeros de los mercados emergentes.
Esto es particularmente sorprendente dado que estas empresas son altamente rentables. En otros países, la intensa competencia ha dado lugar a guerras de precios que han reduciendo la rentabilidad de toda la industria. En Rusia, estas presiones se mantienen bajo control gracias a que a la vasta geografía del país y duro clima representan significativas barreras logísticas a la entrada. Las cadenas minoristas de alimentación occidentales han decidido, en su mayoría, mantenerse alejadas de este mercado. El difícil entorno para los negocios, las sanciones económicas y la falta de familiaridad con el mercado local les han convencido de no luchar por el mercado ruso.
Ventajas del mercado
Claramente, estiman D’Auria y Moreau, la reducción de los salarios y los altos precios podrían frenar el gasto en alimentación de la población rusa. Además, recuerdan, los minoristas también acusan las restricciones a la importación de alimentos impuesta por del gobierno. Las importaciones de frutas, verduras, carne, pescado y productos lácteos de los países que impusieron sanciones a Rusia por su papel en Ucrania están prohibidas. “La escasez resultante están haciendo algunas cosas aún más caras. En este entorno difícil, pensamos que los grandes jugadores están mucho mejor posicionados para prosperar que las cadenas más pequeñas y tiendas independientes”, cuentan.
Las cadenas más grandes y modernas son empresas relativamente jóvenes, surgidas en la década de 1990 y que cotizan en bolsa desde hace sólo 10 años. Pero han ganado tamaño rápidamente y los expertos de AB consideran que son ingredientes clave en el éxito del mercado minorista de alimentos de hoy.
Otro de los puntos a favor que nombran ambos es que los problemas económicos de Rusia han hecho caer tanto los gastos operativos como los costes de real estate. De cara al futuro, esto debería hacer que sea más barato para las cadenas abrir más tiendas, proporcionando otro impulso a sus perspectivas de consolidación.
Rusia no esun objetivo de inversión obvio en estos tiempos difíciles. Pero debido a que muchos inversores han decidido mantenerse alejados de la región, es un momento oportuno para adoptar una mirada estratégica del mercado.
“En nuestra opinión, el sector minorista es un buen lugar para los inversores que buscan gangas y que se beneficiarán de un cambio estructural en las incertidumbres económicas y políticas actuales, así como en el largo plazo, cuando el conflicto se resuelva”, concluyen.