Esta semana los grandes protagonistas son los bancos centrales de todo el mundo. Las instituciones monetarias de Estados Unidos, Reino Unido, Japón, Sudáfrica, Indonesia, Brasil y Turquía se reunirán y se pronunciarán sobre sus políticas. El mercado seguirá con especial atención lo que pueda decir el miércoles la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), en particular sobre el inicio del tapering y sus proyecciones económicas.
“El banco central estadounidense está en camino de cumplir plenamente el nuevo objetivo de inflación media, y en las próximas semanas y meses deberían de poder alcanzarse suficientes mejoras en el mercado laboral de EE.UU. En tal caso, hacia finales de año, podría reducirse el volumen de compras de bonos (tapering), lo que ya no debería de representar ninguna sorpresa. La atención probablemente se dirigirá al momento de la primera subida de tipos pero de momento, el primer movimiento apunta al primer trimestre de 2023”, apunta Stefan Rondorf, Senior Investment Strategist, Global Economics & Strategy de Allianz GI, sobre qué esperar de la reunión del miércoles.
En opinión de Christian Scherrmann, U.S. Economist para DWS, la probabilidad de que la Fed declare que se ha producido un “suficiente progreso adicional” o que anuncie el inicio del tapering en la reunión de este mes es pequeña, si nos fijamos en la última retórica de Powell o de otros funcionarios de la entidad. “Si bien es cierto que hay suficientes progresos en el lado de la inflación de su doble mandato, la reciente recuperación moderada del mercado laboral, algunas impresiones de inflación recientes ligeramente más suaves y la incertidumbre de la variante Delta están reduciendo probablemente la presión para ajustar la política monetaria rápidamente. Creemos que los funcionarios podrían querer esperar y ver si el prometido aumento de la contratación a raíz de la expiración de las prestaciones por desempleo ampliadas en septiembre se produce realmente, algo que solo sabremos en la reunión de noviembre del FOMC. Por lo tanto, mantenemos nuestra opinión de que el tapering se anunciará en la reunión de noviembre del FOMC y que las reducciones de las compras de activos comenzarán como muy pronto en diciembre de 2021”, afirma Scherrmann.
Para Oliver Blackbourn, gestor del equipo de Multiactivos en Janus Henderson, es importante tener claro que valorar cuándo empieza el tapering es muy diferente a hablar de subida de tipos, y advierte de que existen importantes diferencias en el seno de la institución. “En Jackson Hole, el presidente Powell trató de separar explícitamente el tapering y cuándo podrían empezar a subir los tipos de interés en EE.UU., pero James Bullard parece haberse saltado ese espacio concreto en la conferencia. El presidente de la Fed de San Luis volvió a relacionar el fin de la flexibilización cuantitativa con la fecha más temprana en la que podrían subir los tipos de interés. Se podría perdonar a los mercados por estar confundidos por las diferentes comunicaciones, pero claramente hay una diferencia de opinión dentro del banco central más importante del mundo en cuanto a las implicaciones de cualquier cambio de política”, apunta en su análisis previo a la reunión.
Además, desde DWS esperan que la Fed guíe suavemente a los mercados hacia cambios más significativos en un futuro próximo. “Esto podría expresarse mediante un ajuste de la declaración, muy probablemente reflejando el discurso del presidente en Jackson Hole, donde Powell declaró que si la economía evolucionara en general como se prevé, podría ser apropiado comenzar a reducir el ritmo de las compras de activos este año”, matiza el expertos de DWS.
Por su parte, Jon Day, gestor de carteras de renta fija de Newton, que forma parte de BNY Mellon Investment Management, cree que la Fed será paciente de cara a anunciar el tapering, aunque muestra un tono más “urgente” en su mensaje. “Con una inflación general que va por delante del objetivo de la Fed, deben decidir si va a retroceder a medida que se disipen los cuellos de botella o si hay más bien un tufillo de permanencia y es el momento de que el ritmo de compra de bonos empiece a bajar. Es probable que la reunión de la semana que viene sea demasiado pronto para que la Fed se comprometa a reducir el ritmo de compra de bonos, ya que todavía no está muy claro dónde se asentará la inflación y sigue habiendo incertidumbres sobre la senda de recuperación de Estados Unidos. Todavía queda un camino importante para que la economía estadounidense recupere todos los puestos de trabajo que ha perdido y sigue existiendo el riesgo de que un repunte de los casos de virus provoque nuevas restricciones”, explica Day.
Proyecciones para 2024
Las gestoras también ponen el foco de atención con la actualización de las proyecciones económicas y el gráfico de puntos, especialmente porque las primeras proyecciones para 2024 están a punto de conocerse. “A pesar de una notable rebaja de nuestras estimaciones de crecimiento del PIB real desde la reunión de julio, ahora esperamos un crecimiento del PIB real en el tercer trimestre del 3% trimestral frente al 6,5% previsto inicialmente, es probable que el FOMC reafirme sus expectativas de comenzar a reducir el ritmo mensual de sus compras de activos más adelante este año”, añade Tiffany Wilding, economista de EE.UU. en PIMCO.
Según Wilding, es probable que esta reafirmación se produzca en forma del llamado “aviso anticipado” que el presidente Powell ha prometido desde que el comité anunció la orientación futura (forward guidance) para las compras de activos el pasado mes de enero. “Hace tiempo que esperamos que el comité anuncie su decisión de tapering en la reunión de diciembre, pero creemos que hay una posibilidad decente de que lo anuncien ya en noviembre”, afirma.
Álvaro Cabeza, Country Head de UBS AM Iberia, recuerda que un dato significativo para Fed fue la publicación del IPC de Estados Unidos en el mes de agosto, porque ayuda a la institución a vislumbrar si estamos ante un repunte transitorio de la inflación o no. Desde su punto de vista, este último dato de agosto, que se situó en el 5,3%, quita presión a la Fed para acelerar la retirada de los estímulos. “Hay que destacar que una cosa es la retirada de estímulos y otra la subida de tipos de interés. En Jackson Hole, el gobernador de la Fed, Jerome Powell, fue muy claro al afirmar que todavía queda un largo recorrido antes de comenzar a plantear una subida de tipos. De todas formas, es importante destacar que los bancos centrales han aprendido de los errores del pasado y ahora comunican de manera mucho más clara cuáles son sus planes, por lo que resulta más y más fácil de seguir. Por tanto, desde nuestro punto de vista, la trayectoria de salida de la situación actual va estar telegrafiada de manera bastante clara y transparente. Esto debería aliviar las tensiones del mercado hasta cierto punto”, señala Cabeza.
Axel Botte, estratega global de Ostrum AM (afiliada a Natixis Investment Managers), alerta de que la tesis de la Fed sobre que la inflación es un hecho temporal “parece dudosa” y avisa: “El asumido retorno de la deflación mundial es de todo menos seguro, a medida que el mundo se embarca en la transición energética». En su opinión, «la Fed mantiene que la demanda en torno a la reapertura ha sido el principal motor de la elevada inflación. En cambio, los datos de las encuestas apuntan a las limitaciones de la oferta como el factor dominante en el fuerte aumento de los precios».
Por último, Blackbourn añade que uno de los factores que podrían provocar cierta consternación en el mercado es el famoso gráfico de puntos de la Fed. “Según las estimaciones actuales indican los tipos de interés podrían subir dos veces en 2023, pero no harían falta demasiados cambios para que las previsiones mostraran una subida a finales de 2022 y una cifra proporcionalmente mayor en 2023. El próximo gráfico de puntos también mostrará la primera iteración de las estimaciones para finales de 2024. Los mercados sólo prevén entre cuatro y cinco subidas de aquí a esa fecha, mientras que el anterior gráfico de puntos ya indicaba un par de ellas. Sin embargo, esto deja margen para una sorpresa de tipo halcón si los miembros del FOMC creen que un ciclo de subidas podría estar totalmente en marcha”, concluye el gestor de Janus Henderson.