Los préstamos bancarios senior (Senior Bank Loans) se beneficiarán de la búsqueda y el movimiento de los inversores hacia activos que aporten rentabilidad en 2014. Dan Norman, responsable del equipo de Senior Bank Loans en ING IM, espera que este año se parezca mucho al año pasado, que ofreció buenos resultados en el activo.
“Las características técnicas del mercado, en términos de demanda relativa a la nueva oferta emisora, deberían permanecer fuertes dado el deseo natural tanto por parte de los inversores institucionales como particulares de utilizar activos con tipos de interés flotantes para reducir el riesgo de tipos de interés de sus carteras”, explica. Además, añade que a menos que las condiciones económicas empeoren de forma inesperada, las preocupaciones sobre una subida en la actividad de default deberían permanecer en segundo plano.
ING IM apunta que, dado que la oferta media del índice está cercana a sus pares en la mayoría de activos o ligeramente por encima, la potencial subida de los precios está, por definición, limitada. Con respecto a los diferenciales de crédito, el gestor reconoce que podrían estrecharse algo más desde los actuales niveles, pero espera que la mayoría de la actividad ya haya tenido lugar en términos de impacto al índice y a la rentabilida de la cartera.
“En resumen, esperamos que la búsqueda global por rentabilidad continúe, y los préstamos están bien posicionados para funcionar en esta coyuntura. Si 2013 fue categorizado como el año “del cupón más un poco más”, entonces 2014 podría ser el año en el que los inversores deberían esperar, siendo realistas, el cupón”. Por eso, sus expectativas de rentabilidad totales para 2014 se sitúan entre un 4% y un 5%.
ING IM considera este retorno una cifra atractiva tanto en términos absolutos como relativos, especialmente en un entorno de potenciales tipos más largos a futuro y con la posibilidad de destrucción de valor en las inversiones ricas en duración. El equipo también cree que estas cifras son atractivas considerando el movimiento alcista en los tipos de interés a corto, un escenario en el que históricamente los préstamos con tipos flotantes se han situado en lo más alto de los rankings de rentabilidad.