Los inversores han desestimado, en gran medida, las recientes revisiones a la baja de las ganancias a medida que los mercados de valores recuperan terreno durante el primer trimestre. Las estimaciones para el índice S&P 500 se revisaron a la baja en más de un 4% durante el curso del trimestre, lo que marca el mayor declive desde el primer trimestre de 2016.
Las valoraciones siguen estando por debajo de los niveles máximos del año anterior y las acciones no estadounidense continúan cotizando a unos múltiplos precio-beneficio inferiores a los de las acciones estadounidenses. Parece que la Reserva Federal de Estados Unidos ha puesto fin al su ritmo de subidas por lo menos en este año o incluso en este ciclo, lo cual, mientras puede dar soporte a la renta variable, puede sugerir una desaceleración en el crecimiento económico.
En los precios actuales se incluyen las expectativas de que un acuerdo comercial significativo entre Estados Unidos y China se completará pronto y que los datos económicos menos robustos son transitorios. Sin embargo, existen muchas señales de que la economía global se está desacelerando en medio de la desaceleración de China y en general de la zona euro -especialmente en Alemania- y cada vez más, en Estados Unidos.
En renta fija, el reciente tono más moderado adoptado por varios bancos centrales, incluido el Banco Central Europeo, el Banco de Canadá y la Reserva Federal de Estados Unidos sugieren que una subida en las tasas de interés es poco probable en el futuro más próximo. Esto, junto con una perspectiva de crecimiento global más tenue y menores expectativas de inflación, ha contribuido a una disminución en las rentabilidades que es probable que persista durante algún tiempo. Si el conocimiento convencional está en lo correcto y las políticas monetarias comienzan a ser efectivas con un retraso de 12 a 18 meses, el reciente endurecimiento por parte de los bancos centrales todavía tiene que hacerse sentir en la economía global.
Los rendimientos de la deuda soberana han sido rebajados, mientras que unos menores diferenciales del crédito, tras un castigado cuarto trimestre, se han estrechado, en particular en el mercado de renta fija high yield. Existe una creciente preocupación por el aumento de la cantidad de deuda en el sistema financiero – por parte de gobiernos, empresas y hogares. Unos bajos tipos de interés han hecho que unos niveles de deuda más alta sean fáciles de atender, pero una mayor carga deudora debe ser pagada o refinanciada en última instancia, lo que puede ser difícil si las condiciones económicas o fundamentales se deterioran.