La crisis que ha generado el coronavirus está acelerando una serie de cambios y tendencias en el ámbito del comercio internacional, la ESG, la tecnología, el clima político, el crecimiento global y la política de tipos de interés. Según el último informe del servicio de inversores de Moody’s, de todas estas tendencias, las que más novedades conllevan son la disrupción tecnológica y la fragmentación del comercio global.
Según sostiene su informe, la pandemia tiene el potencial para “desencadenar” cambios fundamentales en la forma de operar del mundo. En concreto, la crisis afectará a esos seis campos donde acelerará las tendencias económicas, empresariales y de consumo que veremos en los próximos años.
“A medida que los países de todo el mundo se enfrentan a la peor crisis de salud pública en un siglo, cada vez es más evidente que no habrá una rápida restauración de la vida tal como la conocíamos. Esto es válido con independencia de si la pandemia disminuye rápidamente o de que haya nuevas oleadas del virus, ya que incluso con una vacuna o un tratamiento eficaces es probable que los efectos de la pandemia se prolonguen durante mucho tiempo”, señala Michael Taylor, director general de Moody’s y director de crédito de APAC.
En cuanto al entorno crediticio, el informe advierte de que “puede pasar algún tiempo antes de que los efectos totales de estas tendencias se hagan evidentes” y, aunque en esta etapa no se sabe cómo y cuándo terminará la pandemia, los temas clave que Moody’s ha identificado probablemente influyan en las condiciones crediticias de los sectores público y privado.
Según el documento, los principales temas son: unas perspectivas de crecimiento más débiles, tipos de interés más bajos por más tiempo, la fragmentación del comercio mundial, el creciente enfoque en los bienes ambientales, la disrupción tecnológica y el cambio del clima político. Todos ellos reflejan la probable «nueva normalidad» o «situación estable» que surgirá una vez que los riesgos sanitarios del virus disminuyan, en lugar de los efectos más inmediatos de la crisis.
Concretamente, Moody’s afirma que la pandemia del coronavirus puede dejar “algunas cicatrices” permanentes en la economía mundial, incluida una prolongada desaceleración del crecimiento en muchos países. Por ejemplo, la desigualdad de ingresos se ampliará, al igual que la disparidad económica entre las economías emergentes y las avanzadas.
Uno de los cambios más relevantes será que nos encontraremos con un comercial mundial más fragmentado, ya que es probable que haya una fuerte tendencia a proteccionista, de nuevo con bloques económicos que compiten entre sí y nuevas restricciones al comercio, a la inversión y a las transferencias de tecnología. “Es probable que las actitudes contra la globalización se endurezcan aún más y que esos cambios alteren la producción, el abastecimiento y el comercio de muchos tipos de bienes”, destaca el informe en sus conclusiones.
Por último, el documento también hace hincapié en cómo los cambios en los hábitos de consumo y las operaciones comerciales acelerarán la “disrupción y evolución tecnológica”. En sus conclusiones indica que si bien algunos cambios serán probablemente temporales, otros serán más permanentes, como la reducción de la demanda de viajes aéreos, transporte público, compras en tiendas y entretenimiento en el lugar. “En este nuevo entorno, las mayores empresas tecnológicas tendrán una clara ventaja”, concluye.