La expansión cuantitativa, la inflación y las cuestiones geopolíticas son algunos de los factores que afectarán a los mercados de bonos en 2018. El informe especial sobre renta fija de BNY Mellon Investment Management (IM) recoge las perspectivas de los expertos de inversión de Newton Investment Management, Insight Investment, Standish Mellon Asset Management, Mellon Capital Management y Alcentra, que analizan dónde podrían encontrarse las oportunidades este año.
Aunque las perspectivas para la renta fija resultan favorables de cara a los próximos meses, varias tendencias clave anticipan cambios para esta clase de activo. El nivel mundial de deuda continúa aumentando y los mercados emergentes vienen liderando las emisiones de bonos, esto dentro de un contexto global marcado por la expansión cuantitativa.
Según explica Paul Brain, responsable de renta fija en Newton, parte de BNY Mellon, “la mejora sincronizada de la economía mundial se explica, al menos en parte, por las políticas monetarias extraordinarias en vigor desde la crisis financiera. En los últimos dos años, el mercado ha mostrado una clara propensión al riesgo que ha inflado los precios de los activos. En nuestra opinión, esto responde en gran medida a la intervención de los bancos centrales. No obstante, la economía mundial está haciendo un ejercicio de equilibrismo, por lo que pensamos que 2018 tendrá dos mitades: la primera marcada por una continuación del crecimiento y la segunda, por una probable recesión”.
En este sentido, April LaRusse, responsable de especialistas de inversión en renta fija en Insight, parte de BNY Mellon, cree que “a retirada de la expansión cuantitativa presionará al alza las tires de los bonos gubernamentales y, posiblemente, los diferenciales de crédito. “Aun así, mantenemos nuestro optimismo con respecto al precio del crédito con grado de inversión porque anticipamos una modesta corrección, derivada de un endurecimiento de la política monetaria que responda al robusto crecimiento económico, y no una estampida”, apunta.
No obstante, LaRusse señala que “una excepción es la deuda gubernamental europea”, que describe como “el mercado que menos nos gusta en Insight. En nuestra opinión, las tires de los bonos gubernamentales europeos están demasiado bajas, teniendo en cuenta lo bien que le van las cosas a la economía de la región. Una de las principales razones de que estén tan bajas ha sido la intervención del Banco Central Europeo y, cuando esta finalice, creemos que las tires aumentarán sustancialmente. Se trata de un mercado en el que vemos oportunidades para ponernos cortos en duración”.
Deuda soberana
Para Peter Bentley, responsable de crédito global y británico en Insight, parte de BNY Mellon, “en 2018 es posible que los inversores se enfrenten a los aumentos de las tires gubernamentales más fuertes y constantes desde la crisis financiera. Los bancos centrales acelerarán la normalización de sus políticas monetarias y la amenaza de inflación podría complicar aún más las cosas”.
Por su parte, Thant Han, gestor de carteras en Standish, considera que las divergencias en el ritmo de normalización de los principales mercados también podrían generar oportunidades de inversión. “La magnitud y la velocidad de los procesos de normalización de los principales bancos centrales desarrollados siguen siendo una incógnita, lo que inevitablemente provocará volatilidad a corto plazo, generando oportunidades en diversas curvas de tipos de mercados desarrollados”, explica.
En su opinión, las duraciones cortas resultan atractivas porque es probable que las tires soberanas extranjeras a largo plazo aumenten.
Mercados emergentes
Tras el rebote experimentado por la deuda emergente en moneda local a finales de 2017, Federico García Zamora, responsable de deuda de mercados emergentes y director gerente de Standish, parte de BNY Mellon, cree que la clase de activo sigue ofreciendo potencial.
Según argumenta García, las perspectivas de la deuda emergente en moneda local son muy buenas en términos generales. “Los factores externos que impulsan la clase de activo –los tipos de interés mundiales, las materias primas y la valoración del dólar estadounidense– resultan mucho más favorables que hace un par de años”, apunta.
García Zamora opina que las emisiones de deuda emergente en moneda local ofrecen valoraciones atractivas y que las perspectivas para la clase de activo son positivas, puesto que el equipo de Standish considera que el mercado ya ha descontado la mayor parte de las subidas de tipos estadounidenses. “El ciclo de subidas de tipos de la Fed está bastante avanzado y los tipos de interés estadounidenses se han revaluado significativamente en los últimos doce meses”, asegura.
Con respecto a la deuda corporativa de mercados emergentes, Colm McDonagh, responsable de mercados emergentes en Insight, parte de BNY Mellon, cree que el mercado primario continuará comportándose bien ante el aumento de las tires de los treasuries estadounidenses, siempre y cuando este aumento responda a una mejora de las expectativas de crecimiento y no a un brusco endurecimiento de la política monetaria.
“Pensamos que la continuación del benigno entorno actual y los bajos niveles de impago seguirán respaldando el sentimiento del mercado. En 2018, los factores técnicos deberían mantener el buen tono, los flujos de entrada deberían verse respaldados por el sentimiento positivo y las emisiones netas deberían seguir siendo manejables”, concluye.