Durante los momentos más duros de la pandemia, el sector sanitario y las tendencias relacionadas con la salud y el bienestar se posicionaron como uno de los “ganadores” en términos de inversión. En esta nueva etapa de post pandemia, los inversores y las firmas de inversión siguen viendo motivos para invertir en este sector, aunque siendo cada vez más selectivos.
En opinión de Mathieu Racheter, analista estratega del banco privado suizo Julius Baer, la salud sigue siendo un sector defensivo que cuenta con unas valoraciones atractivas y unas perspectivas sólidas de crecimiento. “Vemos una serie de factores estructurales que incluyen datos demográficos, macrodatos y una mayor demanda en los mercados emergentes, todo lo cual debería continuar impulsando el crecimiento de las ventas y las ganancias por encima del promedio a futuro. Esperamos que el sector de la salud genere un mejor crecimiento orgánico de las ganancias que casi todos los demás sectores defensivos, tanto este año como el próximo”, afirma Racheter.
La analista considera que el potencial de crecimiento de los sectores relacionados con la salud estará impulsado por cambios demográficos favorables, nuevos desarrollos de medicamentos e innovaciones generales en el área de curas y prevención de enfermedades. “El crecimiento relacionado con los cambios demográficos se debe principalmente al fuerte aumento del número de personas mayores de 65 años, un 3,4% anual según las Naciones Unidas, que tienden a gastar tres veces más en atención médica que el resto de la población. Además, la cartera de nuevos medicamentos parece atractiva y debería poder compensar con creces la ola de vencimientos de patentes importantes que comienzan a mediados de esta década”, señala como uno de los factores que apoyarán el atractivo de este sector.
Otra de las consecuencias que deja la pandemia para el sector salud es el potencial que tiene el desarrollo de medicamentos, en particular y más a corto plazo, la fabricación de vacunas. Tomando como ejemplo la creación de las vacunas contra el COVID-19, Laura Nelson, analista de inversión de renta variable de Capital Group, y Richmond Wolf, gestor y analista de inversión en Capital Group, destacan que las compañías han experimentado un nuevo modelo de negocio basado en la colaboración.
Según explican desde Capital Group, en una época marcada por la rivalidad y la competencia mundial, el hecho de desarrollar las vacunas en un tiempo récord ha supuesto un logro histórico dado la cooperación en todo el mundo. Pensemos, por ejemplo, en la vacuna introducida de forma conjunta por Pfizer y BioNTech, la primera en recibir la autorización para su uso en Estados Unidos. “Fue desarrollada por una pareja turca al frente de una compañía alemana que estaba asociada con una multinacional estadounidense liderada por un inmigrante griego y con un director científico escandinavo. Todo ello es una gran muestra de la naturaleza global que tiene hoy en día la innovación”, destaca Richmond Wolf.
Estos dos expertos consideran que este cambio ha demostrado a los inversores que Estados Unidos y Europa no son las únicas regiones que contribuyen al proceso de descubrimiento de fármacos. Tal y como señala Nelson Carney, la compañía biotecnológica BeiGene acaba de obtener la primera autorización por parte de la FDA para un medicamento contra la leucemia llamado Brukinsa. Otra compañía, HUTCHMED, podría obtener este mismo año la autorización para su tratamiento contra los tumores neuroendocrinos. Es más, “en el futuro, el papel que desempeña China en la industria farmacéutica global, tanto como mercado final como fuente de innovación de relevancia mundial, no hará más que aumentar”, argumentan.
En opinión de Nelson los inversores también se verán beneficiados al invertir en un mercado que ha ganado tamaño. “Para ciertos tipos de cáncer y otras enfermedades comunes, el mercado potencial es inmenso. El primer inhibidor chino de PD-1, de la misma categoría que el fármaco Keytruda de Merck, solicitó su aprobación en Estados Unidos hace solo unas semanas. Este mercado podría alcanzar los 50.000 millones de dólares. Se prevé que el nivel máximo de ventas del fármaco de Merck se sitúe entre los 25.000 y los 30.000 millones. La patente no expira hasta 2028, pero ya hay cuatro compañías pisándole los talones que también pretenden solicitar la autorización en Estados Unidos”, explica la analista de Capital Group.
A todos estos factores, desde BNY Mellon IM suman uno más: el componente tecnológico que ha alcanzado el sector salud. De nuevo, el COVID-19 fue un catalizador: el 57% de todas las citas psiquiátricas se realizaban con telemedicina, algo que podría mantenerse en el futuro. “Hoy en día casi el 20% de todas las consultas de atención primaria se realizan por telemedicina, tras alcanzar un máximo del 38% a principios de mayo de 2020. Y todo esto se compara con el 2% de telemedicina antes de la crisis, así que claramente las cosas han cambiado”, señala Matthew Jenkin, analista del sector sanitario de BNY Mellon Investment Management.
Aparte de la telemedicina, otra tendencia que Jenkin observa con atención es la monitorización de pacientes a distancia. Es cuando los biosensores utilizan un sistema basado en la nube para transmitir en tiempo real los datos vitales de los pacientes a los cuidadores, enfermeros, médicos y familiares. Actualmente se utiliza para la monitorización cardiaca, del oxígeno, de la glucosa y del sueño para comprobar las constantes vitales y controlar la evolución de la enfermedad.
“Estábamos entusiasmados con el futuro de los biosensores antes de la pandemia, pero ahora estamos viendo una adopción generalizada de estas tecnologías a un ritmo más rápido para controlar enfermedades como las arritmias cardiacas y la diabetes. Estas tecnologías están reduciendo las visitas al hospital y en persona y, lo que es más importante, creemos que van a evitar resultados negativos en el futuro”, afirma.
Por último, en su opinión, las empresas de ciencias de la vida tendrán la oportunidad de beneficiarse durante la fase pandémica del virus, así como si hay una recurrencia estacional como el resfriado común, del que se cree que el 25% ha sido coronavirus en algún momento.
Con todas estas consideraciones y valoraciones sobre la mesa, los expertos de Capital Group afirman que la década de 2020 estará dominado por el sector sanitario, de tal forma que sus compañías tomarán el relevo de las famosas FAANG (Facebook, Apple, Amazon, Netflix y Google, o Alphabet).
“El sector está viviendo su momento más emocionante. Y todo empezó con la secuenciación del genoma humano. Llevamos veinte años desarrollando y mejorando estas herramientas, y ahora las utilizamos no solo para ofrecer diagnósticos más precisos, sino para desarrollar mejores terapias y adaptarlas a dichos diagnósticos”, concluye Wolf.