El presidente de la CNMV, Sebastián Albella, ha lamentado que en 2018, por primera vez en los últimos cinco años, se produjera un descenso «leve» del patrimonio de las instituciones de inversión colectiva. En su opinión, este descenso ha tenido que ver con el bajo nivel de ahorro de los españoles y con sus pautas inversoras, «muy orientadas hacia la inversión inmobiliaria», por lo que ha insistido en que sería «deseable» un mayor nivel de ahorro de los hogares.
Durante su comparecencia en la Comisión de Economía del Congreso, Albella ha advertido, además, de que el porcentaje de negociación de acciones españolas en mercados exteriores supera ya el 40% entre enero y septiembre de 2019, tres puntos más que a cierre de 2018, y la bolsa española sigue perdiendo cuota.
En su opinión, esta tendencia «resulta preocupante en un entorno de fuerte competencia que ha impulsado todavía más MiFID II y en el que está ganando terreno la llamada internacionalización sistémica». Albella ha recordado que MiFID II obliga a procurar que la regulación favorezca la competitividad de nuestros mercados o que al menos no lo perjudique y en este sentido ha considerado que se podría establecer un impuesto sobre la adquisición de acciones españolas similar a los que existen en Francia o Italia, aunque no en la mayoría de los países de la Unión Europea.
2018, el año de MiFID II
Albella ha destacado que fue un año importante desde la perspectiva de la regulación de los mercados de valores y los servicios de inversión debido a la puesta en marcha del MiFID II tras indicar que «aún es pronto para evaluar los efectos de la nueva normativa».
«Mi visión en todo caso es positiva, sin duda las nuevas normas están propiciando más transparencia y más competencia, y por lo tanto menores costes para los inversores…No tengo duda de que en el medio y largo plazo ello va a propiciar más eficiencia en el sector y más confianza en los inversores», ha aseverado.
El presidente del organismo supervisor, no obstante, cree que algunos cambios que ha afectado al servicio de análisis podrían estar teniendo «algún efecto secundario negativo» por lo que ha abogado porque los reguladores y supervisores europeos evalúen los efectos de estas nuevas normas y estén abiertos a introducir «oportunas modulaciones».
Por último, Albella ha insistido en la importancia de que la regulación refuerce la eficiencia de los mercados financieros y que además sea homologable con los países europeos relevantes.