Ante los elevados tipos de interés y la falta de fusiones y adquisiciones corporativas, que han provocado 18 meses difíciles para muchas clases de activos privados, ¿qué pueden esperar los inversores en 2024? En opinión de Thierry Celestin, responsable de Activos Privados de Lombard Odier, para empezar, los inversores en activos privados deben ser conscientes de los riesgos que entrañan y de las limitaciones que supone inmovilizar el capital durante varios años. En segundo lugar, afirma que los activos privados también se están beneficiando de vientos de cola seculares, como la retirada de los bancos de algunas formas de préstamo y el hecho de que las empresas sigan siendo privadas durante más tiempo, así que no todo está perdido.
Según Preqin, más de la mitad de las empresas estadounidenses con más de 1.000 millones de dólares de ingresos son de propiedad privada. La firma prevé que el sector de los activos privados crezca un 10% anual durante los próximos cinco años. En esta estimación, hay que tener en cuenta que el capital privado sigue representando menos del 5% de los mercados financieros mundiales, lo que implica un importante margen de expansión. «Vemos oportunidades aquí y favorecemos las inversiones plurianuales en una gama de activos privados, centrándonos en identificar a los gestores más fuertes y acceder a ellos», apunta Celestin.
¿Un 2024 será distinto?
Según reconoce el responsable de Lombard Odier, los gestores de capital privado se vieron obligados a reducir el valor de sus carteras en 2023. «La ralentización del crecimiento y unas condiciones crediticias aún restrictivas seguirán lastrando la actividad empresarial y, en particular, el apetito por realizar grandes operaciones. Anticipamos que la captación de fondos seguirá siendo un desafío en 2024. Pero la sorprendente resistencia de la economía estadounidense está conteniendo los riesgos crediticios. En el segundo semestre, los recortes de los tipos de interés en los mercados desarrollados y el descenso del coste del capital deberían crear un entorno más favorable. Nuestro escenario macroeconómico de base mantiene la expectativa de un aterrizaje suave para la economía mundial y nuevos descensos de la inflación», señala.
De hecho, considera que ya hay algunos indicios de recuperación del capital privado. Según destaca, el valor de las operaciones en todo el mundo aumentó un 58% en el cuarto trimestre de 2023 con respecto a los tres meses anteriores, según el proveedor de datos Preqin. «Los gestores de capital privado informan de un flujo de operaciones más alentador y de una cartera de oportunidades relativamente sólida. Los directivos del Nasdaq y de la Bolsa de Nueva York informan de que en los últimos meses se han registrado muchas más solicitudes de admisión a cotización. Todo ello sugiere un potencial de mayor liquidez y actividad en 2024. Dado que el capital no invertido del capital privado ha seguido aumentando y que los tipos de interés se han estabilizado, las expectativas de vendedores y compradores deberían converger más, lo que se traducirá en un aumento del volumen de operaciones en el futuro. El sector tecnológico, impulsado por la innovación de las pequeñas empresas en inteligencia artificial, computación en la nube y determinados mercados emergentes, también ofrece nuevas oportunidades», argumenta.
En su opinión, el sector también ha encontrado nuevas formas de financiar las operaciones y las distribuciones a los inversores. «Entre ellas se incluyen los préstamos con cargo a los flujos de caja de las empresas en cartera, la venta de participaciones a fondos secundarios o la creación de fondos de continuación con el mismo fin. La presión por la liquidez aumenta y los fondos de continuación representan ahora aproximadamente la mitad del mercado de ventas secundarias, por lo que podría ser un año fuerte para las asignaciones de los inversores a estas estrategias», añade.
Crédito privado y real estate
Celestin pone el foco en el notable crecimiento del crédito privado y explica: «Un repunte de las operaciones este año también ayudaría al crédito privado, o préstamos no bancarios a empresas que, en su mayoría, no cotizan en Bolsa. 2023 fue un año excepcional para el sector, con un número récord de fondos en el mercado y el mayor préstamo de la historia, de 5.300 millones de dólares». Según Moody’s, los activos bajo gestión en el segmento del crédito privado se acercan ya a los 1,3 billones de dólares, aproximadamente el tamaño del mercado mundial de bonos de alto rendimiento. La retirada de los bancos de los préstamos a empresas explica en parte este notable crecimiento. Los mercados de crédito privado también se han visto impulsados por el deseo de los inversores de capitalizar la subida de los tipos de interés, ya que los tipos de los préstamos privados suelen ser variables y ofrecen rendimientos más elevados que los cupones de los bonos públicos de calificación comparable.
«En 2024, prevemos que la caída de los tipos de interés presionará los rendimientos del crédito privado. Pero el apetito de los inversores y los gestores de activos por diversificarse y optar por esta clase de activos sigue siendo alto. Los rendimientos del crédito privado no están correlacionados con el sentimiento del mercado, por lo que pueden ofrecer estabilidad y ventajas de diversificación. La preocupación por el rápido auge del sector y su destino si la economía se ralentiza y aumentan las tasas de impago amerita que lo sigamos de cerca. Sin embargo, creemos que estos riesgos parecen manejables, ya que los préstamos privados suelen estar garantizados con los activos de los prestatarios, mientras que las tasas de morosidad se mantienen contenidas por ahora», apunta sobre sus estimaciones.
Respecto a los activos de real estate, Celestín destaca que desde el inicio de la pandemia, diversos sectores inmobiliarios privados han enfrentado desafíos significativos. Y argumenta: «La disponibilidad de financiamiento bancario y de capital para operaciones se ha reducido ante la precaución de los inversores y las tensiones en el sector inmobiliario comercial. Las valoraciones podrían continuar su declive. A pesar de ello, los desafíos macroeconómicos podrían generar oportunidades para aquellos que buscan adquirir activos en dificultades, especialmente en áreas que experimentan un crecimiento estructural, como logística, centros de datos y residencias de estudiantes. La oferta está disminuyendo, especialmente en los mercados de oficinas, lo que podría impulsar una recuperación a largo plazo. Paralelamente, los alquileres vinculados a la inflación brindan una cobertura contra el aumento de los precios»
Mientras tanto, señala que los fondos de infraestructuras están experimentando una marcada tendencia alcista a largo plazo. «La mayoría de las economías desarrolladas requieren aumentar considerablemente las inversiones en sus infraestructuras, tanto las existentes como las nuevas. Dado que los gobiernos no pueden asumir solos esta carga financiera, el sector privado desempeñará un papel fundamental en este desembolso de capital. Las infraestructuras ahora encabezan la captación de fondos en el ámbito de los activos reales, ya que proyectos relacionados con la energía sostenible y las infraestructuras digitales han desplazado el interés del antiguo líder, el sector petrolero y gasífero. La resiliencia de los flujos de efectivo en las infraestructuras, que dependen en menor medida del ciclo económico, las posiciona como una adición atractiva a las carteras de inversión», añade.
Cuestión de gestores
Por último, Celestín mando un mensaje claro a los inversores: será importante elegir bien al gestor. «El descenso de las valoraciones en el sector del capital privado, sobre todo en los fondos de capital riesgo y growth, está creando oportunidades para quienes disponen de capital y se centran en activos distressed. Según los datos de Cambridge Associates, los fondos de capital privado que se han lanzado en mercados difíciles han obtenido históricamente buenos resultados. Tanto los mercados de renta variable pública como privada han tenido una concentración inusual en 2023, con grandes gestores bien establecidos que captaron la mayor parte de los fondos. Prevemos que esto continúe, impulsando la consolidación del sector y subrayando la importancia que tiene la selección de gestores para los inversores. La diferencia entre los gestores con mejores y peores resultados en los fondos de 2009 a 2019 fue de 18 puntos porcentuales, según las estimaciones de McKinsey, lo que pone de manifiesto la elevada dispersión de resultados dentro de esta clase de activos», concluye el responsable de Lombard Odier.