Es probable que los estadounidenses tengan que volver a decidir entre Joe Biden y Donald Trump el año que viene si es que ganan las internas de sus partidos. En caso de que eso suceda, nuevamente las agendas serán muy distintas entonces la discusión estará en las posibilidades de que conseguir mayorías en el Congreso lo que podría generar un beneficio a los inversores.
El actual presidente, Joe Biden, aspira a un segundo mandato y, sin apenas oposición, se perfila como vencedor de la papeleta demócrata, dice un informe de George Brown, economista de Schroders.
Por otro lado, Brown agrega que Donald Trump, se enfrenta a una gran competencia en las primarias republicanas. Pero ha establecido una ventaja de casi 45 puntos sobre su más cercano perseguidor, el gobernador de Florida Ron DeSantis. Así que, aunque nada está garantizado en política, un segundo combate entre Biden y Trump parece casi seguro.
“Independientemente de quién triunfe finalmente, la victoria no significará gran cosa si no logran hacerse con el control del poder legislativo. Los 435 escaños de la Cámara de Representantes se someten a reelección y 34 de los 100 escaños del Senado estarán en disputa. En la actualidad, cada partido controla una cámara por escaso margen. Esto ha dificultado los esfuerzos legislativos de Biden desde principios de año, entre otras cosas porque una minoría de legisladores republicanos ultraconservadores ha podido obstruir el liderazgo de su propio partido”, asegura el experto de la gestora.
Pero suponiendo que Biden o Trump consigan llevarse el Congreso junto con la presidencia, ¿cuáles podrían ser las implicaciones para los mercados?
Biden tiene muchas razones para ser optimista sobre sus posibilidades de reelección, asegura Brown.
“Además de la ventaja que supone su cargo, está supervisando una economía fuerte, un mercado laboral tenso y una inflación en franca desaceleración. Y el reciente conflicto en Israel también podría proporcionarle cierto apoyo, ya que el aumento de las tensiones geopolíticas ha provocado históricamente un efecto de ‘concentración en torno a la bandera’”, explica el experto.
Sin embargo, a pesar de estos factores favorables, el mandatario sigue teniendo bajos índices de aprobación. Su popularidad no sólo está cerca del nivel más bajo de su presidencia hasta ahora, sino que también está por debajo de la de muchos de sus predecesores en esta fase de su primer mandato.
En parte, su impopularidad se debe a que la inmigración ha ido subiendo puestos en la lista de preocupaciones de los votantes. Los cruces de la frontera entre Estados Unidos y México alcanzaron nuevos máximos en septiembre debido al gran aumento de inmigrantes indocumentados procedentes de Venezuela. Además, los votantes tienen reservas sobre la edad de Biden, ya que al final de un posible segundo mandato, tendría 86 años.
Aunque Trump es solo tres años más joven, una encuesta mostró que solo el 1% de los votantes lo consideraba anticuado o anciano, frente al 26% de Biden.
Si es reelegido, Biden podría intentar resucitar su agenda legislativa inicial. Sus propuestas iniciales de Build Back Better en 2021 incluían 3,5 billones (trillions en inglés) de dólares de gasto en programas medioambientales y sociales, más del 10% del PIB. Tras ser recortada a 2,2 billones de dólares por la Cámara de Representantes, se enfrentó a la oposición del senador demócrata centrista Joe Manchin, que corre el riesgo de perder su escaño en las elecciones del próximo año.
Es posible que Biden intente promulgar algunas de las medidas que finalmente se descartaron, pero esto podría alimentar las crecientes preocupaciones sobre la sostenibilidad fiscal, haciendo subir aún más los rendimientos del Tesoro.
“Los inversores también deberían tener cuidado con la posibilidad de que Biden intente subir los tipos máximos de los impuestos de sociedades, sobre la renta y sobre las plusvalías, así como endurecer la regulación en áreas como la banca y la sanidad. Esto podría provocar cierta presión vendedora en algunos sectores de renta variable”, resume Brown.
Por otro lado, Trump puede ser el favorito de las casas de apuestas para ganar las elecciones, pero primero debe asegurarse la nominación republicana. Aunque en las encuestas está muy por delante de sus otros candidatos, ya hay muchos casos en los que se han visto remontadas.
Además, las batallas legales de Trump le mantendrán alejado de la campaña durante las primarias.
Sin embargo, en caso de que Trump tenga éxito en su intento de volver a ocupar la Casa Blanca, es difícil determinar qué intentaría conseguir, dada su reputación de fanfarrón. Según PolitiFact, ha incumplido algo más de la mitad de sus promesas electorales y sólo ha cumplido una cuarta parte. Y de las casi 1.000 declaraciones que se han comprobado, alrededor del 75% resultaron ser, al menos en su mayor parte, falsas, agrega el informe.
En lo que respecta a una segunda presidencia de Trump, la única certeza es la incertidumbre. Por un lado, podría ser condenado por un delito y encarcelado. Esto podría conducir a una larga crisis constitucional e incluso a una insurrección. Además, su política exterior podría aislar aún más a Estados Unidos, sobre todo si opta por reducir las sanciones impuestas a Rusia. En consecuencia, los inversores deberían prepararse para la volatilidad, que podría provocar una huida hacia la seguridad, con un repunte de la deuda pública y del oro, resume Brown.
Una contienda reñida debería beneficiar a los inversores
Es difícil predecir cómo se comportarían las clases de activos bajo una segunda presidencia de Biden o Trump, ya que sólo podemos especular sobre cuáles serían sus políticas.
Pero se puede comparar cómo se comportaron los mercados durante sus respectivos primeros mandatos. Sobre la base de una cartera 60/30/10, Trump había obtenido una rentabilidad total del 35% a estas alturas de su mandato, en línea con otros presidentes primerizos desde principios de la década de 1970. Pero Biden, en comparación, sólo ha obtenido un 8,5% en esta fase de su presidencia. Y esto sería aún más bajo si no fuera por los «Siete Magníficos» de las empresas tecnológicas de alto crecimiento.
Pero los inversores que esperan que una segunda presidencia de Trump aumente la rentabilidad podrían verse decepcionados, dice el experto de Schroders.
“Nuestro análisis muestra que, por lo general, los presidentes que regresan han registrado rentabilidades nominales más bajas en las principales clases de activos, con la excepción de los rendimientos del Tesoro a 10 años”, explicó.
Sin embargo, no todo son malas noticias: la inflación ha sido históricamente más moderada durante los segundos mandatos presidenciales, incluso si se excluyen las elevadas tasas experimentadas durante los gobiernos de Jimmy Carter y Ronald Reagan a finales de los setenta y principios de los ochenta. Además, el PIB ha sido normalmente más alto y el desempleo más bajo en comparación con los primeros mandatos presidenciales.
En cuanto a la situación en el Congreso, de los 34 escaños del Senado que están en juego, los tres que actualmente están en el aire pertenecen a la bancada demócrata. Por tanto, una victoria de Biden podría emparejarle fácilmente con un Senado hostil. Del mismo modo, Trump podría conseguir la presidencia pero perder la estrecha mayoría de 221-212 de los republicanos en la Cámara de Representantes si perdiera el voto popular por tercera vez. Cualquiera de los dos escenarios supondría un bloqueo legislativo para el presidente, lo que echaría por tierra su capacidad para aplicar las políticas partidistas que prometió durante su campaña.
Sin embargo, el estancamiento en el Capitolio debería servir de apoyo a los mercados. Los gobiernos divididos se ven obligados a llegar a compromisos, lo que sirve para moderar las inclinaciones más extremas de cada partido, proporcionando un telón de fondo político más estable para los inversores. De esta manera, aunque todavía pueden ocurrir muchas cosas antes de las elecciones del año que viene, el hecho de que la contienda parezca reñida debería ser una buena noticia para los inversores, concluye el experto.
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