Poco antes de saberse que UniCredit ha entrado en conversaciones exclusivas con Amundi para venderle su gestora de activos, Pioneer Investments, esta gestora presentó hace unos días sus perspectivas para 2017, ofreciendo un resumen de las principales ideas económicas y de mercado. La firma prevé que los inversores navegarán en un entorno marcadamente diferente, respecto de la economía y de los mercados financieros. “Debido al desvanecimiento de las ventajas incrementales de unas políticas monetarias extraordinarias y la ampliación del cisma entre el establishment político y el electorado en un mayor número de países, para el próximo año se perfila un nuevo marco económico y político«, menciona Monica Defend, directora de Asignación de Activos Global en Pioneer Investments. “Es probable que asistamos a un crecimiento de varias velocidades, con divergencias económicas más pronunciadas dentro de las regiones y un repunte moderado de la inflación, especialmente en los mercados desarrollados”, indica.
El escenario de bajo crecimiento-baja inflación que ha caracterizado los últimos años probablementedará paso a una fase más difusa y económicamente heterogénea. A su juicio, unas políticas fiscales más expansivas, ejecutadas principalmente mediante bajadas de impuestos, constituirán la vía que tomarán muchos gobiernos para abordar el descontento social y servirán también para tratar de impulsar el crecimiento y la inflación, además de reducir la carga de la deuda futura.
“Los gobiernos europeos posiblemente se verán obligados a avanzar en esta dirección y apuntarán a una política fiscal más benigna y a iniciativas que impulsen el crecimiento para abordar los retos actuales de bajo crecimiento-baja inflación y de un riesgo cada vez mayor de inestabilidad política. Alemania que, en términos relativos, tiene una amplia flexibilidad fiscal, podría ejecutar políticas fiscales expansivas antes de las elecciones de 2017 (de momento, su compromiso no va mucho más allá de una leve bajada de los impuestos). Estas medidas de expansión fiscal también se prevén en Japón para intentar reactivar el lento crecimiento de la economía nipona. Aunque la estrategia podría tener éxito a corto plazo, dudamos que estas medidas consigan atajar la necesidad de una mayor productividad y logren un crecimiento de «calidad» a medio plazo”, explican desde la gestora.
El factor Trump
En la entidad consideran que los posibles cambios en el comercio internacional –precipitados por la elección de Donal Trump- van a tener un papel preponderante. “Si Trump no ejecuta los aspectos más extremos de los mensajes proteccionistas lanzados en la campaña, su compromiso con un incremento sustancial del gasto en infraestructuras y sus promesas de reforma tributaria podrían brindar un impulso de carácter excepcional al crecimiento y la inflación de EE.UU.”, dice Pioneer.
En base a unos supuestos razonables de efectos moderados del «factor Trump» y un ciclo más benigno para las materias primas, creen que China y los mercados emergentes continuarán, o incluso acelerarán, la transición de sus modelos económicos hacia un crecimiento de calidad más impulsado por el mercado interno, y que EE.UU. tendrá un papel algo menor. “A nuestro juicio, las perspectivas de estos países serán muy sensibles a las noticias procedentes de EE.UU. (el dólar estadounidense y los tipos de interés, en particular) durante el próximo año. No obstante, reconocemos que actualmente son menos vulnerables que hace un año, y están mejor equipados en términos de reservas y fundamentales para abordar los nuevos retos económicos”, añaden.
Cinco temáticas
En el contexto de este nuevo escenario dinámico, son cinco los temas principales en los que podrían enfocarse los inversores con una postura activa y consciente de los riesgos, dicen en Pioneer.
En primer lugar, las tendencias de reflación hacen que sea fundamental adoptar un enfoque flexible y sin limitaciones respecto a la renta fija. “Creemos que el «efecto Trump» favorecerá a las operaciones basadas en la reflación que puedan ejecutarse sobre un amplio espectro de estrategias de inversión en renta fija en los mercados mundiales. Dentro del tema de la reflación, nos gustan los bonos ligados a la inflación de EE.UU. y la zona euro, ya que pensamos que siguen descontando un patrón de muy baja inflación. Creemos que la curva de los títulos del Tesoro de EE.UU. seguirá positivizándose en un contexto de mejora de los fundamentales macroeconómicos, ya que posiblemente entremos en un nuevo régimen de política fiscal expansiva. Suponiendo un ritmo relativamente lento de subidas de tipos de la Fed, cabe prever una mejora de los beneficios de las empresas estadounidenses en este entorno, además de una normalización de los impagos tras el repunte vinculado a las empresas energéticas en 2016. En este contexto, la deuda corporativa posiblemente lo hará mejor que la soberana, tanto en Europa como en EE.UU., aunque la rentabilidad total de la clase de activo podría ser inferior a la de 2016. Los préstamos y otras estrategias de tipo de interés variable podrían ofrecer oportunidades atractivas”.
En segundo lugar, abogan por sacar partido a un crecimiento potencialmente más sólido con la renta variable. “La renta variable global, estadounidense y asiática podría ser la más beneficiada en un entorno general de reflación e iniciativas nacionales que siente bases favorables para el crecimiento de los beneficios. Esta mejora será menos pronunciada en la zona euro, donde las perspectivas de crecimiento son más moderadas y el riesgo político y de noticias adversas sigue siendo alto. También nos gusta la renta variable de Japón, ya que el país está siendo el escenario de experimentos para impulsar el crecimiento y la inflación, y las turbulencias políticas internas parecen más contenidas. Los esfuerzos del primer ministro Abe para combinar la política monetaria con la expansión fiscal y un dólar fuerte brindarán un impulso positivo a Japón, país que podría desempeñar una función más importante dentro de Asia si EE. UU. se enfoca más a su mercado nacional”.
En tercer lugar, la búsqueda de rentas continúa, pero se necesitará un enfoque cada vez más selectivo. “Sigue habiendo algo de valor en renta fija privada europea y estadounidense, aunque el margen de carry es más estrecho que hace un año. Los mercados emergentes pueden desempeñar un papel en la búsqueda de rentas, pero con un enfoque más selectivo y prestando más atención a la evolución posterior a las elecciones de EE.UU. También creemos que será importante ampliar las fuentes de rentas incorporando enfoques multiactivos, renta fija (especialmente, títulos de alta rentabilidad flexibles y sin restricciones), y renta variable, concediendo a su vez importancia a la selección de títulos y a la calidad. Las inversiones vinculadas a dinámicas del sector inmobiliario también podrían beneficiarse en un entorno de inflación potencialmente más alta”.
El cuarto tema son las divisas: con un dólar fuerte, habrá oportunidades tácticas. “Creemos que el dólar estadounidense contará con el respaldo que le brinda el proceso de normalización de los tipos de interés de la Fed y la fase actual de falta de sincronización entre las políticas de los bancos centrales, que podría intensificarse si el «efecto Trump» genera crecimiento económico e inflación. La volatilidad de las divisas de mercados emergentes también podría ofrecer oportunidades. En general, consideramos que las divisas constituyen un elemento que potencia la asignación táctica de activos y un componente importante de generación de valor a través de la gestión activa de carteras”.
Por último, la gestora habla de cobertura, estrategias de protección y diversificación para abordar los riesgos geopolíticos. “Aunque prevemos un crecimiento económico ligeramente más sólido en 2017, seguimos observando diversos riesgos estructurales, como por ejemplo, el riesgo de que se cometan errores políticos, la elevada exposición a la deuda de las economías globales y los riesgos geopolíticos, especialmente en Europa, donde el calendario político está muy apretado. En este entorno, creemos que ampliar las fuentes de diversificación e incorporar estrategias de cobertura eficientes seguirá siendo fundamental para intentar proteger los activos de los inversores. A este respecto, el oro podría ayudar a suavizar los posibles repuntes de volatilidad, al igual que los activos inmobiliarios de una forma más general, que podrían ofrecer protección frente a la inflación y tener una menor correlación con clases de activo tradicionales que resultaría útil en fases de estrés en los mercados”.