Las condiciones de liquidez más restringida y las preocupaciones sobre el crecimiento mundial han llevado a que el US Financial Conditions Index, el barómetro de apetito por el riesgo de Goldman Sachs alcance a su nivel más bajo desde julio. Esto reflaja de cara al futuro, un entorno para los mercados mucho más difícil.
Las tensiones comerciales y los riesgos de las tasas de interés han recortado más del 2% en el S&P 500 desde el 12 de junio y han empujado los diferenciales de la deuda investment grade estadounidense a un máximo de 18 meses, según datos recopilados por Bloomberg. Mientras tanto, la fortaleza del dólar está empujando a los inversores de los mercados emergentes a salir de la hibernación.
Es un giro radical desde enero, cuando el indicador señaló el entorno de inversión más acomodaticio desde abril de 2000, gracias a la racha alcista en la renta variable así como en la renta fija. “A medida que las condiciones financieras continúan endureciéndose, se espera una mayor desaceleración en los datos comerciales que en algún momento llegarán a la pantalla del radar de la Fed», escribió en una nota recogida por Bloomberg, Ben Emons, economista jefe de Intellectus Partners LLC.
Todas las facetas de las condiciones financieras se han deteriorado desde enero, cuando el S&P 500 cerró por última vez en un nivel récord. La fortaleza del dólar ha sido el mayor contribuyente al empeoramiento de los indicadores, lo mismo que las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos.