Tras la tercera devaluación de la divisa China, todo apunta a que el renminbi seguirá depreciándose, aunque tampoco demasiado, algo que tendrá fuertes implicaciones sobre todo en Asia pero también en otros mercados de todo el mundo. En Europa, los expertos descartan un fuerte impacto en la renta variable, aunque reconocen que algunos sectores sí podrían verse afectados.
Así, Martin Skanberg, gestor de fondos de renta variable europea de Schroders, comenta que “el efecto directo inicial en la renta variable de la zona del euro es bastante limitado pero determinados sectores y empresas se encuentran más expuestos”, como los sectores del lujo y los automóviles. “Los beneficios de estos sectores, sujetos a conversión, se verán afectados y también cabe la posibilidad de que surjan desventajas competitivas en materia cambiaria”, advierte.
El gestor explica que el contagio a los países emergentes, la guerra de divisas y el potencial de extenderse a Asia-Pacífico, representan un riesgo para las bolsas de la eurozona pero también vislumbra otro escenario: el repunte de las presiones deflacionistas importadas por la zona del euro y las economías colindantes como la del Reino Unido podrían llevar al Banco Central Europeo a ampliar su política de relajación cuantitativa, lo que beneficiaría a los mercados.
Además, con respecto al comercio con China, indica que, de producirse nuevas devaluaciones, los precios de las exportaciones se verían perjudicados, pero el abaratamiento de las importaciones podría compensar este hecho y respaldar el consumo interno en la zona del euro.
Por eso, en cuanto a la estrategia de inversión, Skanberg concluye que prioriza la exposición al mercado interno de la zona del euro. “Ahora más que nunca, seguimos buscando oportunidades en cuanto a ineficiencias de precios y ante la volatilidad en las bolsas generada por los tipos de cambios futuros”.
¿Seguirá bajando el renmimbi?
Álex Fusté, economista jefe de Andbank, cree que la divisa china seguirá bajando pero descarta que el país se haya embarcado en una guerra de divisas y esté adentrándose en una espiral de devaluaciones. “Con una demanda global débil, la depreciación de la moneda servirá de poco para impulsar las exportaciones de China”, afirma.
“El vicegobernador Yi Gang ha asegurado que «China no necesita ajustar el tipo de cambio para promover el comercio y la actividad, ya que las cifras de exportaciones del país no son malas y tenemos un superávit considerable». Yi Gang también ha hecho hincapié en que «el salto hacia el nuevo sistema cambiario ha demostrado el compromiso de China con las reformas del mercado, con el gobierno retirándose de las intervenciones regulares». Por otro lado, declaró que las informaciones que aseguran que las autoridades están considerando la posibilidad de una devaluación del 10% para impulsar las exportaciones son totalmente infundadas”, explica.
Al dar al mercado una mayor participación en la determinación de la tasa de cambio, inevitablemente, significa permitir cierta depreciación, dice el experto. “A pesar de ello, un ciclo de retroalimentación de un renminbi bajo en mercado que dé lugar a la fijación a la baja del tipo oficial, y que ello vuelva a precipitar un tipo de mercado aún más bajo, creo que tiene pocas posibilidades de materializarse en la medida que los inversores interpreten que los ajustes en la referencia cambiaria oficial responden a criterios de mercado y que, por lo tanto, Pekín está liberalizando. Un paso necesario para convertir el renminbi en lo que está destinado a convertirse: una nueva moneda de reserva”, explica.
“A decir verdad, no sabemos exactamente hasta qué punto la divisa puede caer a corto plazo. Yi Gang no ha facilitado una cifra específica de lo que él considera un tipo de cambio «equilibrado» para el renminbi, pero sí dijo que «el nivel actual refleja básicamente nuestros fundamentos económicos”. Además, el asistente del gobernador, Zhang Xiaohui, reforzó este mensaje diciendo que «el ajuste ya está básicamente completado». Si esto es cierto, no deberíamos ver una devaluación significativa en los próximos días”, añade.
Según el experto, bajo la nueva política, el Banco Popular de China combinará elementos de mercado con una cierta intervención para conducir el tipo de cambio. Al hacer esto, el Banco Central cumple su promesa de reformar el mecanismo de fijación cambiario, apostilla.