El estudio anual de Schroders para inversores institucionales (Institutional Investor Study) pregunta a cientos de inversores influyentes de todo el mundo sobre sus puntos de vista, y proporciona una valiosa información sobre las tendencias que están dando forma a los mercados. En el estudio de este año se consultó a 750 inversores institucionales que gestionan colectivamente 26,8 billones de dólares.
Los resultados de 2021 muestran que los activos privados siguen ocupando una mayor parte de las carteras institucionales. Dado el fuerte impulso en las asignaciones identificado en los resultados de años anteriores -y que muchos de los retos clave en los mercados líquidos han persistido- esto era quizás de esperar. Ni siquiera la pandemia mundial pudo desbaratar el impulso. El 90% de los encuestados confirmó que las asignaciones aumentarían en una o más áreas de activos privados hasta 2021.
Sin embargo, lo que a Schroders le parece especialmente alentador es que los inversores están reconociendo cada vez más la variedad de opciones y productos existentes para invertir dentro de los mercados privados. Los mercados privados continuarán creciendo en cuanto a la diversidad de sus productos a medida que los inversores demandan más opciones para diversificar su inversiones.
El espectáculo de la variedad
El capital privado sigue siendo el área que atrae la mayor cantidad de capital, y la segunda clase de activos más popular -el capital de infraestructuras- tampoco varía con respecto al estudio del año anterior. Sin embargo, este año el 29% de los inversores también espera invertir más en estrategias de impacto, algo para lo que los activos privados están en una posición única.
El 37% de los encuestados afirma que espera aumentar su asignación a los fondos de capital riesgo. El capital privado demostró su estabilidad durante la crisis financiera mundial y lo ha vuelto a hacer durante la crisis del COVID-19.
El 32% de los encuestados tiene previsto aumentar su asignación de capital a las infraestructuras. Podría decirse que esto no es sorprendente en este entorno. En un momento en el que los tipos de interés son extremadamente bajos, los activos de renta variable de infraestructuras ofrecen unos rendimientos sólidos, al tiempo que protegen el capital y anticipan potencialmente las subidas de la inflación. Además, dado que las consideraciones ASG son ahora de suma importancia, los efectos positivos de las infraestructuras -tanto directos como indirectos- tienen un valor incalculable.
El desglose de las respuestas por regiones ofrece algunas diferencias notables. Los inversores de Norteamérica y Asia-Pacífico tienen un claro sesgo hacia el capital riesgo (42% y 38% respectivamente) y 38%, respectivamente), mientras que los inversores europeos tienen una respuesta más tibia, con un 32% que espera aumentar asignaciones.
Por el contrario, los europeos son los que más de infraestructura (40%), mientras que los inversores los inversores norteamericanos van a la zaga en esta categoría, con un 25%. Los inversores europeos llevan mucho tiempo liderando la inversión sostenible y el 39% de los encuestados tiene previsto aumentar la asignación a la inversión de impacto, la respuesta más respuesta de la categoría, seguido por el 29% de los inversores de Asia-Pacífico. Sólo el 21% de los inversores norteamericanos y el 17% de los inversores latinoamericanos planean aumentar en este área.
Después de que en los últimos años se haya obtenido una cantidad significativa de capital en de capital en deuda corporativa privada en los últimos años, los inversores de Asia-Pacífico (36%) y América Latina (44%) son los más interesados en la deuda privada de cara al futuro. los más interesados en la deuda privada de cara al futuro. Los inversores europeos y latinoamericanos siguen siendo los principales inversores en deuda de infraestructuras.
Otra área que ha mostrado consistencia durante la crisis del COVID-19 es la deuda privada. La crisis ha sido la primera prueba de concepto real para la deuda privada desde su creación como clase de activo tras la crisis financiera mundial. El aumento de las asignaciones a la deuda privada refleja la creencia de los inversores en su capacidad de adaptación frente a la diversidad, pivotando hacia sectores defensivos, por ejemplo, la sanidad y la tecnología, y renegociando las condiciones de financiación favorables a los prestatarios.
La diversificación es la clave
El estudio de este año destaca que la oportunidad de diversificar mejor las carteras es un motor clave del aumento de las asignaciones a los activos privados (80%, frente al 78% en 2020). De hecho, incluso la «generación de altos rendimientos» pasó al segundo lugar entre las razones por las que los inversores institucionales utilizan activos privados.
Pero, aunque los inversores institucionales valoran claramente la diversificación, creemos que la variedad y la consistencia de la diversificación en los activos privados puede estar todavía infravalorada. La oportunidad no sólo consiste en diversificar entre las inversiones cotizadas y las privadas, sino también en diversificar dentro de los activos privados. Los mercados privados han crecido y madurado en las últimas dos décadas y hoy representan una multitud de estrategias con una variedad de impulsores de rentabilidad.
Entre los encuestados, un tercio espera destinar más inversión en activos privados en China e India (33%), mientras que menos de una cuarta parte tiene intención de invertir más en Europa y Norteamérica. Esto es Esto es consistente entre los inversores europeos y de Asia-Pacífico. En Norteamérica los encuestados destacaron el aumento de la asignación tanto para China e India como para América del Norte (32%).
Los recientes cambios geopolíticos y regulatorios más recientes, así como las incertidumbres en China pueden haber afectado negativamente la confianza de los inversores para invertir en el mercado chino. Muchos sectores en China de China han sido regulados, desde la educación privada, el sector de Internet y el sector tecnológico, el inmobiliario, el sanitario y el de los seguros. Esto ha sido especialmente importante para el sector tecnológico, ya que muchos de los valores cotizan en Estados Unidos.
La reacción inicial observada ha sido un desplazamiento de capitales de China a otros mercados de la región, con notables flujos hacia la India. Aunque esto puede afectar a las inversiones a corto plazo, el horizonte de inversión a largo plazo de los activos privados significa que las inversiones en el mercado privado deberían capear el temporal. En estos momentos, los inversores deberían buscar un gestor de confianza con un equipo experimentado sobre el terreno y un historial.
Con respecto a América Latina, tan sólo un 14% de los encuestados tiene intención de incrementar sus posiciones en la región, superando por poco el 11% de África y Oriente Medio.
Sostenibilidad y activos privados
La inversión sostenible ha crecido significativamente en los mercados líquidos en los últimos años, por lo que era inevitable un aumento de la atención dentro del capital privado. La mayor proximidad que tienen los inversores de activos privados con sus carteras significa que el cambio positivo puede llevarse a cabo con precisión y con resultados visibles en el mundo real.
El impacto del COVID-19 afectó a todos los aspectos de nuestras vidas y puso de relieve la desigualdad y llamó la atención sobre nuestro efecto en el medio ambiente. Además de una mayor asignación a activos privados, el 37% de los encuestados destaca que la pandemia también les ha hecho dar más importancia a las consideraciones ASG a la hora de invertir en activos privados. El creciente impulso de la sostenibilidad en los activos privados será sin duda uno de los aspectos que habrá que observar en los próximos años.
Está claro que los inversores institucionales tienen una importante demanda de estrategias de inversión que trabajen para fomentar un cambio positivo.
Además, el COVID-19 ha señalado la importancia de proporcionar financiación en tiempo real a los sectores centrales de la economía. También ha demostrado lo vital que es la combinación de recursos públicos y privados en momentos de crisis, cuando las necesidades de financiación son abrumadoras y la financiación del sector privado por sí sola no sería suficiente. La deuda privada en los mercados emergentes y fronterizos también ha demostrado ser crucial, con iniciativas específicas dirigidas a los sectores y regiones más afectados por la pandemia.