Desde Santander Wealth Management & Insurance defienden que ha llegado el momento de extender el horizonte temporal de inversión. La firma, que aglutina el negocio de banca privada, gestión de activos y seguros del banco, ha presentado su outlook para 2024 con un mensaje claro: el ajuste de los tipos de interés ha terminado, por lo que hay que equilibrar de nuevo las carteras y mirar más allá de la renta fija a corto plazo.
Según ha explicado Alfonso García Yubero, director de Análisis y Estrategia en Santander Private Banking Gestión, vamos hacia una escenario con una moderación de la inflación, un menor crecimiento, pero sin caer en un recesión global, y bajadas de tipos que llegarán de forma paulatina. “La inflación ha sido el gran tema del año pasado y es cierto que aún queda cierta inflación pegajosa, pero todos los elementos de la inflación han mejorado sustancialmente. Nuestra previsión para 2024 es que se modere y nos acerquemos algo más al objetivo que se han marcado los bancos centrales”, ha señalado García.
En su opinión, esa moderación de la inflación coincidirá con el mantenimientos de los tipos de interés altos por parte de los bancos centrales y con el efecto que esas subidas han tenido en la economía global, un impacto que considera que aún no hemos visto. “Ni soft landing, ni hard landing, hablamos de longer landing, es decir, que se prolongará en el tiempo. El ciclo ha aguantado muy bien porque el punto de partida ha sido totalmente diferente al de la última gran recesión, en especial para los bancos. El mejor ejemplo fue lo ocurrido con los bancos locales norteamericanos en marzo, cuya quiebra no generó un contagio masivo. En este sentido, no esperamos una recesión global”, ha afirmado García.
El director de Análisis y Estrategia en Santander Private Banking Gestión afirma que hay diferencias sustanciales entre Estados Unidos y Europa en lo que respecta al comportamiento de la inflación y el ritmo que puedan llevar la Fed y el BCE, pero reconoce que el país que realmente ha llamado la atención ha sido Japón: “Es muy reseñable que ha logrado desterrar la inflación y esa trampa de liquidez en la que estaba metida, gracias en parte a la subida salarial. Todo ello se refleja en la bolsa y en una mayor capacidad de las empresas de generar valor para sus accionistas”, ha destacado.
Los expertos de la entidad saben que no se puede entender 2024 sin hacer una previsión de lo qué harán los bancos centrales y cuál será su política monetaria. En este sentido, considera que la mayoría de ellos, con la excepción de Japón y China, han llevado los tipos de interés a niveles muy restrictivos que deberían bastar para moderar las tensiones inflacionistas. “Este cambio en el sesgo de la política monetaria está siendo posible gracias a la confirmación de que están remitiendo las presiones inflacionistas”, indican.
José Mazoy, director de Inversiones Global de Santander Asset Management, ha resumido claramente lo ocurrido: el proceso inflacionario se ha acompañado por un proceso monetario restrictivo que ha requerido más tiempo. Al igual que la mayoría de las firmas de la industria, la entidad evita poner fecha de inicio a la baja de tipos -primero en EE.UU. y luego en Europa-, pero sí señala que antes del verano de 2024 será difícil ver alguna, a menos que se produzca un importante deterioro del entorno.
“Los bancos centrales han ido calibrando y telegrafiando las subidas y, tras una breve pausa, se dieron cuenta de que tenían que seguir siendo agresivos. A los clientes intentamos explicarles esto y también que hemos llegado a la cima, y que ahora toca tomar decisiones de inversión para un 2024 marcado por efectos clave a la baja: la inflación, los tipos y el crecimiento”, ha añadido Manzoy.
Implicaciones para la inversión
Con esta visión macro, desde Santander Wealth Management & Insurance consideran que ha llegado el momento de extender el horizonte temporal de la inversión y equilibrar las carteras con estrategias que complemente al activo estrella, la renta fija, y permita capturar las oportunidades de inversión de este longer landing. “Consideramos necesario combinar este posicionamiento con estrategias que permitan extender estos rendimientos durante un plazo mayor”, ha explicado Víctor Matarranz, responsable global de Santander Wealth Management & Insurance.
Según ha comentado Juan de Dios Sánchez-Roselly, director de Inversiones Global de Santander Private Banking, todo el mundo tiene claro que la oportunidad está en la renta fija a corto plazo, algo que se ha reflejado en los flujos este año.
En ese “extender el horizonte”, la entidad propone seis ideas que considera muy atractivas para 2024: extender los plazos para consolidar los altos tipos de interés; capturar primas de riesgo en bonos corporativos de calidad; maximizar la diversificación en carteras de renta fija; comprar opcionalidad en renta variable y buscar el soporte de la valoración; acceder a la creciente oportunidad de los mercados privados; y posicionar las carteras de cara a los nuevos paradigmas.
“Más allá de los bonos soberanos y los mercados monetarios, hay otros activos que cotizan a valoraciones razonables, con moderado riesgo crediticio y que representan oportunidades de inversión, como por ejemplo bonos corporativos con grado de inversión. Esto permite construir carteras de inversión equilibradas con un balance rentabilidad-riesgo diferencial respecto a los últimos años”, ha comentado Matarranz.
La entidad considera que es un excelente momento para construir carteras diversificadas, dados los elevados rendimientos disponibles tanto en activos sensibles a tipos de interés (deuda pública) como en activos sensibles al ciclo económico (bonos corporativos y renta variable). Para los inversores más sofisticados, Santander Wealth Management & Insurance resalta los mercados privados, que registran rentabilidades superiores a través de un creciente número de soluciones de inversión alternativas como private equity, infraestructuras, private debt o capital riesgo.
También aconseja tomar posiciones en temáticas de transición energética, digital y comercial, con el objetivo de generar retornos diferenciales en el largo plazo. Dentro de estas temáticas, cabe destacar áreas como el reto de la descarbonización, la inteligencia artificial generativa, así como el impulso a la productividad global y los nuevos flujos de inversión (friendshoring y nearshoring). Y, por último, destaca que la renta variable incrementa su atractivo en la medida que se despejen las dudas del ajuste cíclico de los beneficios.