Santander Chile colocó su primer bono sostenible incorporando criterios ESG (environmental, social, y governance, por sus siglas en inglés), enfocándose en el segmento Pyme mujer. El instrumento se colocó de forma privada a un inversionista japonés con la asesoría de Daiwa Securities Capital Markets, por un monto de 50 millones de dólares a un plazo de tres años y con una tasa de 0,71%. El objetivo de la transacción es refinanciar o financiar nuevas operaciones de crédito a pequeñas y medianas empresas lideradas por mujeres.
Esta cartera tiene un tamaño aproximado de 380 millones de dólares, por lo que el acceso a este tipo de financiamientos se hace indispensable para continuar promoviendo la inclusión financiera de las mujeres en Chile. Con este nuevo instrumento, Santander busca contribuir al fortalecimiento y crecimiento de los negocios operados por mujeres, siguiendo la tendencia de los principales mercados desarrollados, y en línea con su propósito de ayudar al progreso de las personas y las empresas.
Para Miguel Mata, gerente general de Santander, “la colocación de nuestro primer instrumento de deuda sostenible va en línea con la estrategia que está realizando el Banco a nivel global en materias
ESG y refleja nuestra sólida posición de liderazgo en índices de sostenibilidad como Dow Jones, Vigeo Eiris, MSCI, FTSE4Good y S&P IPSA ESG. El resultado de la operación evidencia también la excelente recepción de parte de los inversionistas internacionales, aun en los tiempos de alta incertidumbre que estamos enfrentando”.
Con esta nueva acción, Santander Chile responde con hechos concretos a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) impulsados por las Naciones Unidas. En efecto, en 2019 la entidad definió 10 compromisos para adherir a los ODS, entre ellos, el ayudar a más personas a progresar y disfrutar de los beneficios del crecimiento con inclusión financiera, a través del acceso a productos y servicios de este tipo y mejorando su conocimiento en esta materia mediante la educación. Para esto, la entidad tiene como objetivo global la inclusión financiera de 10 millones de personas entre 2019 y 2025.