La gestora de activos de Banco Santander, Santander AM, apuesta, para 2017, por carteras más cercanas al riesgo en un entorno de mayor crecimiento e inflación controlada, y en las que los activos y sectores más pro-cíclicos tienen el protagonismo. En una reciente presentación con periodistas, expertos de la entidad explicaron su preferencia por la renta variable frente a la fija, crédito frente a deuda pública, spreads frente a duración y con sesgo hacia el high yield y la deuda emergente a la hora de invertir en bonos.
Además de explicar su fuerte apuesta por la renta variable europea, desde la gestora hablaron también de las oportunidades existentes en deuda privada latinoamericana. Para Alfredo Mordezki, responsable de renta fija latinoamericana en la gestora, las últimas salidas de capitales resultan incongruentes porque, a pesar del efecto Trump, muchas compañías cuyo negocio está relacionado con las materias primas (sobre todo en Suramérica) están en una situación mucho mejor a la de hace un año. “La clave es no perder de vista los fundamentales. Creemos que el aumento de la prima de riesgo no está fundamentada más que en creencias de futuro sobre las promesas electorales de Trump”, defiende.
Aunque la subida de tipos en EE.UU. será un factor en contra, no vislumbra un alza muy fuerte de los tipos teniendo en cuenta que, con Japón y Europa con tipos muy bajos, muchos inversores institucionales comprarán deuda a largo plazo estadounidense, lo que limitará las subidas. “El movimiento de los tipos no restará tanta rentabilidad a la deuda latinoamericana como podría pensarse”, dice.
También considera que las compañías están mejor preparadas que en el pasado para afrontar un dólar más fuerte y señala que la subida de las materias primas beneficiará a firmas en Brasil, Perú, Argentina….
El efecto Trump
Incidiendo en el efecto Trump, el gestor es cauto: reconoce que México puede verse más perjudicado pero matiza el efecto negativo sobre una potencial ruptura de NAFTA: “Es cierto que México tiene mucha sensibilidad al comercio con Estados Unidos pero, si se rompe NAFTA, no será solo un problema de México sino, sobre todo, de las grandes multinacionales estadounidenses, con fábricas y cadena de valor en otros países. O los coches se encarecen un 30% si se fabrican íntegros en EE.UU. y hay una huelga de consumidores, o NAFTA se renegociará de una forma más racional y parece más probable esto último”, dice el experto.
Pero además, las políticas de Trump no afectarán a otros mercados –la recuperación sigue vigente en mercados como Brasil o Argentina- e incluso otros podrían beneficiarse de un dólar más alto, al ganar competitividad, como las exportadoras de Chile o Perú.
“Latinoamérica se basa en el comercio internacional más que en el consumo doméstico y si el primero se deteriora sí sería un problema pero no creemos que eso ocurra y Latinoamérica será un gran jugador en un entorno de mayor crecimiento”, dice el gestor, que habla de signos positivos en Brasil, Argentina y Chile, crecimiento acelerado en Perú y solo algunas nubes en Colombia y México.
En crédito, apuesta porque los spreads bajarán a lo largo de 2017 y esa tendencia permitirá conseguir rentabilidades interesantes en deuda corporativa de la región.