Crecen las tensiones y los riesgos geopolíticos en el mercado de la mano de Rusia. En particular, destaca la tensión diplomática con el Reino Unido y con Estados Unidos, con motivo de la guerra de Siria y de su presunta influencia en las elecciones estadounidenses de 2016. ¿Cómo se reflejan estas tensiones en el mercado?
Para empezar, tras el anuncio de las sanciones, el mercado bursátil ruso ha caído un 15% en dólares, debido principalmente a la depreciación del rublo frente al dólar, del 12%.
Además, las sanciones impuesta por Estados Unidos a una docena de oligarcas y sus empresas a principios de abril provocaron que los diferenciales de deuda corporativa de Rusia se dispararan, pero siguen estando muy por debajo de los niveles que alcanzaron durante la crisis de Ucrania entre 2014 y 2015.
Desde Fidelity International defienden que estas sanciones tendrán un mayor impacto que las sanciones decretadas en 2014 a raíz de la crisis de Ucrania, en especial en el sector del aluminio ruso. Sberbank o Rusal serían algunos de los nombres que más podrían sufrir.
“La liquidez de los activos rusos en los mercados secundarios, especialmente en el mercado de deuda externa de empresas rusas, se redujo espectacularmente en los días posteriores al anuncio. Los inversores han acudido en masa a los instrumentos líquidos tradicionales de cobertura, como el rublo ruso y los CDS sobre deuda pública rusa, para proteger unas inversiones subyacentes cuya exposición han tenido problemas para reducir. A corto plazo, las perturbaciones en los activos rusos continuarán”, explican desde Fidelity International.
Sólidos fundamentales
Tanto Fidelity International, como Lombard Odier y Degroof Petercam AM coinciden en su análisis que los fundamentales rusos son sólidos por el momento, pese a las tensiones a raíz de las tensiones y de la evolución de la divisa rusa. “La divisa se ha debilitado fuertemente y los rendimientos de los bonos se han disparado. Las razones detrás de esta evolución son claras: las sanciones contra Rusia y la situación en Siria”, recuerdan desde Degroof Petercam AM.
En opinión de Michel Wiskirski, analista de mercados emergentes de Carmignac, la situación de Rusia es muy distinta a la de 2014. “El elevado precio del petróleo confiere un cómodo superávit presupuestario, dado que el Gobierno ha congelado el gasto nominal durante tres años. El gasto está mucho más controlado que en 2014 y la inflación actualmente apenas llega al 2%. Además, la necesidad de financiación externa se ha reducido drásticamente debido a que las empresas estatales han eliminado su deuda en dólares”, destaca Wiskirski.
¿Una oportunidad de compra?
Pese a las contexto geopolítico, desde Lombard Odier señalan que Rusia es “fuera de Asia uno de los países que destaca, junto con Perú y Chile, por la fortaleza de sus cimientos económicos”. Esto convierte a Rusia en una oportunidad para los inversores con cierto gusto por el riesgo.
El mercado ruso cotiza a 5,3 veces sus beneficios previstos, un descuento significativo en comparación con su historial y, de lejos, el mercado más barato del universo emergente. Los mercados de divisas y de renta variable se han desconectado de su impulso habitual: el precio del petróleo, que sigue siendo un catalizador clave de los activos rusos.
“Los activos financieros han perdido más de un tercio de su valor, especialmente Sberbank, a pesar de la calidad de la entidad.La situación política sigue siendo inestable y podría empeorar antes de adentrarse en la senda de la recuperación. Por ahora, existen indicios que apuntan a que la estabilidad está mejorando ligeramente: es el momento de seleccionar los activos excesivamente castigados”, señala Wiskirski.