Robert Wescott fue asesor del presidente Bill Clinton a finales de los 90 y desde hace dos décadas forma parte de Comité de asignación global de activos de Pioneer Investments. Su larga trayectoria analizando la economía mundial no le impide sorprenderse de la positiva reacción de los mercados a la victoria de Donald Trump. ¿Está justificado? Durante un almuerzo-conferencia con periodistas en Madrid, Wescott señala que “el Dow Jones por encima de los 20.000 puntos refleja todas las buenas noticias porque el mercado espera que Trump tome muchas decisiones económicas, pero lo que no se está valorando son los riesgos”.
Y precisamente son las pequeñas empresas las más optimistas ante ese aumento del gasto que podría impulsar más el crecimiento económico. “Unos beneficios altos de las empresas sumado a más gasto público son buenas noticias para el mercado”, destaca Francesco Sandrini, director de soluciones multiactivo de Pioneer Investments. En este sentido, nos encontramos, dice, en un período de transición desde el llamado “estancamiento secular”, “del miedo a la deflación al miedo a la inflación”.
Pero el riesgo, aunque no el mercado haga caso omiso, está ahí y se llama principalmente China. A juicio de Wescott, no sólo por la evolución de su economía sino por las tensiones políticas que pueda generar el reconocimiento diplomático de Taiwan. Las palabras de Trump durante su entrevista a The Wall Street Journal en las que admitía que “todo está en negociación” son una mecha encendida próxima a un barril de petróleo.
Pero también la naturaleza de la relación del nuevo presidente con Rusia es fuente de incertidumbre. Podría ser, incluso, el detonante de un proceso de “impeachment” si se demostrase que existen “conexiones secretas”. Wescott reconoce que, durante sus conferencias por Europa, “todo el mundo me ha preguntado sobre la posibilidad de que se inicia este proceso contra Trump”. Pero lo cierto es que el nuevo presidente, “se rodea sólo de personas que le dan la razón y le hacen la pelota”.
“El muro de México es un símbolo, hay muchas formas de cruzar esa frontera”
Trump, instalado desde la campaña electoral, en el mensaje de que todo es terrible y de identificación de los inmigrantes como terroristas “que vienen a matar a nuestras mujeres”, tiene como principal objetivo mantener segura a América. Sin embargo, como admite Wescott, el muro que quiere construir entre EE.UU. y México lleva en funcionamiento desde mediados de los 90 cuando precisamente la administración Clinton autorizó levantarlo en pequeñas zonas de la frontera como San Diego o El Paso. “El muro es sólo simbólico, hay muchas formas de cruzar esa frontera, pero el muro simboliza que EE.UU. no quiere inmigrantes”, afirma.
Otro punto de fricción será con el propio partido republicano. “Los republicanos quieren poca regulación, impuestos bajos y poco gasto. Trump coincide en todo menos en el gasto y esto es lo que puede crear tensión”, cree Wescott. Un gasto, focalizado en las infraestructuras que buscará el apoyo del sector privado. «Todo el mundo piensa en las grandes infraestructuras, pero hay muchos otros microproyectos que se pueden poner en marcha”, opina Sandrini.
Sobre la continuidad de Janet Yellen al frente de la Fed, Wescott lo tiene claro: “las posibilidades de que Trump mantenga a Yellen son cero” y apunta a Jack Welles como como posible candidato a pesar de su avanzada edad. En su mensaje final, el experto señala lo que, a su juicio, es un “imperativo para el futuro: necesitamos crecimiento económico”.