Ya lo advierte el dicho popular: cuando Estados Unidos estornuda, el resto del mundo se resfría. Pero eso no quita para que ese resto del mundo tenga ya sus propios problemas y oportunidades en un contexto global donde la situación geopolítica afecta más que nunca a los mercados. Las elecciones en Europa, la evolución de China y el súper ciclo de deuda que vive el mercado marcan la visión para los próximos años de León Cornelissen, economista jefe de Robeco.
La mayor sorpresa de Año Nuevo no fue el hecho de que Trump resultara ser tan errático como demostró durante la campaña electoral, sino que el mercado subiera ante las expectativas de nuevas medidas fiscales y de mejores ganancias empresariales. Sin embargo, para Cornelissen, Trump no es el único riesgo que representa Estados Unidos, la elevada deuda de las empresas estadounidense también lo es. Pese a los riesgos, la firma apuesta a largo plazo por el dólar que, según Cornelissen, “se mantendrá fuerte como consecuencia de la situación política que atravesará Europa”.
Pero advierte que toda previsión dependerá de las políticas que vaya desarrollando el nuevo inquilino de la Casa Blanca. “Mientras sus decisiones no tengan un impacto directo o no mermen el crecimiento y las ganancias subyacentes, el mercado bursátil, lo ignorará”, señala el economista jefe de Robeco, por lo que es lógico pensar que hasta que llegue ese escenario, el crecimiento económico y los beneficios seguirán aumentando. Pese a este razonamiento, Robeco se muestra prudente y mantiene una visión neutral en bonos high yield e infrapondera la deuda soberana.
El Viejo Continente
Para Cornelissen, Europa no lo está haciendo tan mal. De hecho el crecimiento de 2016 incluso superó al de los Estados Unidos en un 0,1%. Aunque como consecuencia las presiones inflacionistas han aumentado, explican desde Robeco. Esto se debe en parte a las presiones políticas dentro de la zona euro y a que el BCE sigue siendo reacio a abrir el debate sobre el aumento de las tipos de interés.
El panorama político es el que acaparará la mayor atención en este 2017. Las elecciones presidenciales francesas se han visto afectadas porque el candidato de centroderecha probablemente se verá obligado a retirarse ante las acusaciones de corrupción. El escenario lo completa que el ex primer ministro de Italia está presionando para unas nuevas elecciones y que Grecia está cada vez más presionada por la falta de acuerdo entre el FMI y Alemania para activar el tercer rescate griego.
En este horizonte hay que anotar las otros dos citas electorales. “Las elecciones en Holanda, Alemania y probablemente en Italia también preocupan a los mercados, en especial en el caso italiano, donde las perspectivas de crecimiento no son tan buenas, lo que afecta a su prima de riesgo”, ha señalado Cornelissen. También, el economista ha llamado la atención sobre las consecuencia del Brexit que, en su opinión, terminará de dañar la economía británica. “En definitiva, Europa es más importante para Reino Unido, que Reino Unido para Europa”, se ha referido en términos de la balanza comercial británica.
En opinión de Cornelissen, en mitad de este contexto europeo, España puede salir beneficiada. “Los inversores están eligiendo el bono español frente al italiano o al francés”, ha señalado al referirse a las buenas perspectivas para el país dado que el crecimiento de su PIB es el más alto. “La estabilidad lograda en España y la situación de Francia son dos aspectos que le favorecen”, apunta.
El peso de la deuda
Otro de los elementos clave para Cornelissen es el nivel de deuda global que alcanza récords en términos absolutos y en relación con el PIB. “Que aumente la deuda mientras hay crecimiento no es un problema, pero será contraproducente si el crecimiento empieza a caer. Hay que tener en cuenta que mientras el valor de los activos puede fluctuar, la deuda es fija”, dice.
En este sentido, apunta es evidente que el endeudamiento tiene muchos aspectos positivos, “por ejemplo sirve de combustible para el crecimiento o para la inversión empresarial”, pero advierte, en este sentido, de algunas áreas problemáticas a futuro como China, las empresas estadounidenses y los préstamos a las administraciones públicas.
Respecto a las posibles oportunidades para invertir, Cornelissen señala a las economías emergentes. Entre ellas los países de Latinoamérica que, en su opinión, “lo están haciendo bien en comparación con los últimos cinco años y siguen siendo atractivos”. Se muestra optimista con las opciones en estos mercados, pero avisa de que a corto plazo también sufrirán el efecto de las políticas que implemente Donald Trump, en concreto afectará a países como Brasil o México.