Los ojos de los inversores internacionales están muy atentos a lo que ocurre en los mercados chinos, sobre todo tras la volatilidad desatada en el verano. Victoria Mio, co- chief investment officer de Robeco en Asia Pacífico y gestora del fondo Robeco Chinese Equites, considera que la caída que queda en el horizonte es limitada y por eso su equipo sigue sobreponderado en el país, eso sí, con una visión selectiva en bolsa, apostando por valores con buena trayectoria de crecimiento, beneficios en dólares y costes en renminbis.
En su opinión, la depreciación de la divisa china tendrá impacto en la economía mundial porque dará lugar a un endurecimiento de las condiciones financieras en otras partes del mundo y podría prolongar el impacto de los procesos deflacionarios, afectando sobre todo a la región de Asia y a EE.UU. En Latinoamérica, una desaceleración del crecimiento en China afectaría a la región a través de la debilidad de precios de las commodities y un impacto comercial negativo. Pero no habrá hard landing: espera que el PIB se desacelere en China hasta el 6,8% interanual en 2016, según explica en esta entrevista a Funds Society que reproducimos a continuación.
¿A qué se debe la volatilidad y las caídas que está sufriendo el mercado bursátil chino en las últimas semanas?
Para los títulos offshore chinos que cotizan en Hong Kong y EE.UU., la reciente volatilidad se debe a los siguientes factores: no hay señales de mejora para las condiciones macroeconómicas en China; las recientes modificaciones del mecanismo de cambio del renminbi y su súbita depreciación del 3%; la falta de noticias positivas en los resultados corporativos de la primera mitad del año y expectativas de subida de tipos en los EE.UU. que provocaría salidas de fondos de los mercados emergentes, entre ellos China. Para los mercados de valores chinos -en acciones tipo A-, se da una condición específica china: la reversión del margen financiero. En sus máximos, el margen financiero a través de los canales oficiales se situó en 2,3 billones de renminbis a mediados junio, y se redujo a menos de 0,9 billones.
¿Serán suficientes las medidas de las autoridades, o tendrán que llegar más medidas de estímulo?
El gobierno de China ha introducido recientemente nuevos estímulos. En primer lugar el canje de deuda: el programa de canje de 3,2 billones de renminbis para deudas LGFV a corto y de próximo vencimiento, que son convertidas en bonos del gobierno a largo plazo. Además, proyectos para impulsar los coeficientes de solvencia del Banco de Desarrollo de China y el Export-Import Bank de China, y poner en marcha una política de emisión de bonos para apoyar los proyectos del gobierno. También, de infraestructuras, para dar soporte a la construcción en cinco áreas: agricultura, infraestructura urbana, protección del medio ambiente, vivienda pública y fabricación de alta calidad y de telecomunicaciones. En el terreno inmobiliario, el Banco Popular de China rebaja el requisito del pago inicial para las segundas residencias al 40% desde el 60% actual. Esto probablemente producirá una mejora en la inversión inmobiliaria en el cuarto trimestre del año. En exportación, el Consejo de Estado se comprometió el 26 de agosto a apoyar las exportaciones de China mediante la reducción de los gravámenes sobre los bienes exportados, e incrementar la transparencia de tasas en puertos, aduanas, etc. En consumo, el gobierno también redujo el RRR (ratio de reserva obligatoria) para el préstamo de automóviles en 300 puntos para apoyar la financiación.
Estos estímulos puede que no sean suficientes para detener la desaceleración del crecimiento, pero la van a reducir. Esperamos que el Banco Central Chino continúe reduciendo tipos de interés o el RRR en octubre, y que continúe la política de flexibilización monetaria el próximo año. También esperamos que haya mayor gasto fiscal para impulsar el crecimiento en los próximos meses, sobre todo en relación con el 13 Plan Quinquenal (que abarca 2016-2020). El plan inicial es probable que se anuncie en octubre de 2015 y finalice en marzo de 2016.
¿Hay aspectos positivos en la corrección? Algunos analistas señalan que están saliendo del mercado inversores minoristas que no deberían estar, y que los mercados se están limpiando… ¿Está de acuerdo?
Ahora las valoraciones están muy atractivas. Algunos inversores sí que salieron del mercado, facilitando un hueco de entrada para los inversores a largo plazo.
¿Ve más margen de caídas en los mercados?
Dada la importante tendencia bajista en el mercado, y el mínimo histórico de valoración, la caída es limitada. El riesgo es alcista en los próximos 3-6 meses.
En estos momentos, ¿cuál es su estrategia: aprovechar para comprar barato o vender ante la fuerte volatilidad?
Seguimos estando sobreponderados en China dentro de nuestro universo de cobertura Asia Pacífico-mercados emergentes. Somos selectivos con la bolsa, y preferimos sectores / valores con una buena trayectoria de crecimiento en ingresos, y una exposicion, igual o mayor, de beneficios en dólares, y una base de costes denominados en renminbis. Tales sectores / empresas se beneficiarán en el escenario de la depreciación del renminbi.
¿Hasta qué punto habrá un impacto en las economías desarrolladas, sobre todo Europa y EE.UU.? ¿Cree que puede haber un contagio de la crisis, como vimos en agosto?
Debido al control de capitales en China, la corrección en el mercado de valores de clase A tendrá poco impacto en los mercados mundiales, a excepción del mercado de valores de Hong Kong, debido a su conexión con el mercado de Shanghai -“Shanghai-Hong Kong Stock Connect”-.
El impacto del cambio en la gestión de la divisa china sobre la economía mundial dependerá de si los responsables políticos también toman medidas de flexibilización para estabilizar el crecimiento en China. Un movimiento de divisas, por sí mismo dará lugar a un endurecimiento de las condiciones financieras en otras partes del mundo (a través de la apreciación de los índices ponderados por comercio de otras economías) y podría prolongar el impacto de los procesos deflacionarios en la economía global. Esperamos que este impacto se sienta más en la región de Asia –sin Japón- y también en los EE.UU. (dados los estrechos vínculos comerciales entre China y estas economías).
¿Y el contagio sobre otros mercados de Asia? ¿Y de Latinoamérica, ante su dependencia exportadora hacia China, sobre todo de materias primas?
Desde una perspectiva macro, la región de Asia -sin Japón- está muy expuesta al impacto de la desaceleración de China, ya que este país se ha convertido en una fuente clave de la demanda final en los últimos años. Dentro de la región, Corea, Taiwán y Singapur serían los más afectados vía el comercio directo, mientras que Indonesia y Malasia se verían afectados vía precios de materias primas, debido a su condición de exportadores netos de la región.
América Latina está menos expuesta a la demanda final de China. Pero con la mayoría de su cesta de exportaciones incluyendo materias primas, una desaceleración del crecimiento en China afectaría a la región a través de la debilidad de precios de las commodities y un impacto comercial negativo. La demanda interna podría verse afectada también por el menor poder adquisitivo de los consumidores y un menor gasto. El gasto del gobierno podría verse limitado a su vez por los menores ingresos tributarios.
Desde la perspectiva del mercado de divisas, el ajuste del mecanismo de fijación del renminbi puede tener un impacto potencial en otras monedas de Asia.
¿Lo ocurrido puede llevar a la Fed a retrasar aún más las subidas de tipos?
Para la Fed, la decisión de China complica uno de los tres criterios -equilibrio del dólar ponderado por el comercio- que la Fed había presentado este año y que, de cumplirse, le daría la confianza necesaria para elevar los tipos. Robeco es de la opinión que la Fed comenzará su primera subida de tipos en diciembre de 2015.
¿Qué impacto tendrá la nueva China en el crecimiento mundial, los precios de las materias primas, y, en general, la economía mundial?
A diferencia de los sectores de la “vieja China», enfocados a la inversión y la exportación y uso intensivo de la energía, la «nueva China» está enfocada al consumo y tiene menor dependencia energética. Si el crecimiento, relativamente rápido, de la «nueva China» evita una desaceleración en el crecimiento de la economia, China contribuirá al crecimiento del PIB mundial de una forma significativa, aunque es poco probable que los precios de las materias primas encuentren un apoyo al alza.
¿Habrá soft o hard landing? ¿Cuáles son sus previsiones?
Esperamos que China siga un ritmo gradual de adaptación para hacer frente a los retos de la presión deflacionista y el alto nivel de deuda. Esto significa que la presión deflacionista podría persistir durante más tiempo, ya que la magnitud del exceso de capacidad en China va a permanecer durante el proceso de ajuste. Mientras los reguladores continúen haciendo un ajuste gradual, creemos que el crecimiento de la inversión continuará desacelerándose en un ambiente de relativo incremento de los costes de endeudamiento, en particular para el sector industrial. Por otra parte, la moderación de los resultados empresariales y el crecimiento nominal de la industria se traduce en un menor crecimiento de los salarios, que a su vez afecta el crecimiento del consumo privado. Por lo tanto, esperamos que el PIB se desacelere hasta el 6,8% interanual en 2016.
Observamos un crecimiento más lento del PIB, ponderado principalmente por los sectores industriales. La actual debilidad del crecimiento refleja las dificultades en la economía industrial, y como telón de fondo el menor crecimiento de la inversión y la debilidad sistemática de la demanda externa. Sin embargo, el crecimiento del sector servicios sigue superando al industrial. El primero, que representó el 48,1% del PIB en 2014 (frente al 44,2% en 2010) – ha estado por encima crecimiento global del PIB. El crecimiento del sector terciario fue del 8,4% interanual en el primer semestre (frente al 7,8% interanual en 2014), compensando en parte el crecimiento más lento en el sector secundario (6,1% interanual en el primer semestre vs. 7,3% interanual en 2014). La fuerza del sector servicios se refleja en la lectura relativamente alta del PMI no manufacturero, alrededor de 53 a 54, muy por encima del PMI manufacturero, que se mueve en torno, o ligeramente, por debajo de 50.