Downing Street vuelve a tener inquilino y lo que es más importante, un nuevo perfil político toma el mando para intentar sacar al Reino Unido de sus dificultades económicas y lidiar con la crisis energética. Rishi Sunak, ex secretario del Tesoro, ex ministro de Hacienda y tras haber trabajado en la industria de fondos antes de dar el salto a la política, se ha convertido en el nuevo primer ministro británico tras imponerse en la carrera por el liderazgo del partido conservador.
“El abandono del programa económico de Liz Truss ha sido bien recibido por los mercados. Los rendimientos siguen siendo elevados, entre otras cosas por el impacto de la mayor incertidumbre económica y política, pero han repuntado tras la toma de posesión de la nueva Canciller. El regreso de la rectitud fiscal y el nombramiento de Rishi Sunak como primer ministro también están consolidando el repunte y la erosión de algunas primas de riesgo”, destaca Peter Goves, analista de Renta Fija de MFS Investment Management.
En opinión de George Brown, economista de Schroders, la primera tarea de Sunak debería ser consolidar esa confianza y tranquilizar a los inversores, sobre todo después de haber advertido de los “profundos retos económicos” a los que se enfrenta el país. “Se trata de un brusco cambio de rumbo para el excanciller. Las celebraciones de su nombramiento no durarán mucho, ya que al nuevo primer ministro le espera una tarea aleccionadora que debe calmar a tres grupos distintos: inversores, diputados conservadores en contra y votantes”, afirma.
Brown considera que Sunak tendría que dar seguridad a los inversores sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas. “Los mercados han reaccionado positivamente a su nombramiento por su reputación fiscalmente conservadora y su experiencia previa como canciller. Pero esta credibilidad debe consolidarse con la presentación del plan fiscal prevista para el 31 de octubre. Los informes sugieren que se recaudarán decenas de miles de millones de libras mediante la reforma de los impuestos sobre las ganancias de capital, además de la ampliación de la congelación de los umbrales y las desgravaciones del impuesto sobre la renta. También tendría sentido mantener a Jeremy Hunt como canciller en aras de la estabilidad”, señala el economista de Schroders.
Respecto al ámbito político, Brown destaca que Sunak también deberá reunir a las facciones enfrentadas de los diputados conservadores y recuperar a los votantes de cara a las próximas elecciones generales; sobre todo si quiere durar en el cargo más que su sucesora Liz Truss.
“Será difícil aplacar a estos tres públicos al mismo tiempo. Pocas cosas son tan impopulares entre los votantes como las subidas de impuestos y la austeridad fiscal, aunque hacer lo contrario pondría al primer ministro en contra de los inversores. Como antiguo canciller, será muy consciente de la necesidad de reducir los costes de endeudamiento del Reino Unido mediante la bajada de los diferenciales. Por lo tanto, Sunak no tiene más remedio que ser sincero en cuanto a la necesidad de tomar decisiones difíciles en pro del país. Es una historia difícil de vender, especialmente a medida que se acercan las elecciones generales”, añade Brown.
Cómo ganarse la confianza
Para Michael Michaelides, analista de renta fija de Carmignac, lo importante no es quién está en Downing Street, sino lo que hace. “Para recuperar la credibilidad, como mínimo, el Gobierno debe deshacer las tres medidas más perjudiciales: exponer el erario público a todo el potencial de los costes al alza de los precios internacionales del gas, planificar más de 250.000 millones de libras de recortes fiscales anunciados para los próximos cinco años y evitar el escrutinio del OBR. Los anuncios realizados hasta ahora no han recuperado todo el terreno perdido”, explica Michaelides.
Según su opinión, el gobierno británico no tiene por qué suprimir las ayudas restantes a los precios del gas, ni tampoco los recortes fiscales restantes. Sin embargo, es necesario que se calculen todos los costes, con un plan para pagarlos en un plazo rápido. “El gobierno necesita urgentemente anunciar y cumplir nuevas reglas fiscales que cierren el déficit presupuestario estructural. Esto requiere una combinación de subidas de impuestos, menos recortes fiscales y una contención del gasto políticamente realista. Este es el coste de invitar al escrutinio: los inversores no pueden ahora dejar de ver las métricas subyacentes. Esta es la causa de las primas de riesgo asociadas a los tipos de interés del Reino Unido para el gobierno, las empresas y los hogares. Incluso la reversión total puede no ser suficiente, puede ser necesario más, pero por ahora es lo mínimo”, añade.
Por último, Eiko Sievert, director de calificaciones del sector público y soberano de Scope Rating, considera que el gobierno de Sunak tiene pocas opciones fáciles, dado el difícil contexto macroeconómico agravado por el lastre del Brexit. “Tendrá que aplicar una combinación de recortes de gastos y subidas de impuestos que reducirá las perspectivas de crecimiento económico a corto plazo. Dado que las limitaciones del comercio británico tras el Brexit dificultan el crecimiento futuro, será importante un periodo de estabilidad política para que el Reino Unido restablezca su credibilidad fiscal y permita un entorno más estable que respalde la inversión empresarial”, explica.
Mirando al mercado
En las últimas semanas, el mercado de gilts y la libra esterlina son los activos que más han sufrido con la volatilidad e incertidumbre política del Reino Unido. Tras el anuncio de la victoria de Sunak, los mercados de bonos vieron caer los rendimientos, en claro contraste con sus movimientos en reacción al mini-presupuesto de hace unas pocas semanas. Según interpreta Steve Clayton, gestor de fondos de HL Select, “los rendimientos de los bonos a más largo plazo han caído hasta cerca del 3,75%, lo que, si se mantiene, debería ofrecer alguna esperanza de que los tipos hipotecarios empiecen a bajar pronto”.
“Los impulsores de los gilts son complejos y multifacéticos en la actualidad. En primer lugar, la política desató una ola de volatilidad debido a la incertidumbre sobre las perspectivas fiscales del Reino Unido. Esto ha cambiado ahora con el nuevo canciller y la dimisión de Truss. Además, el Banco de Inglaterra sigue subiendo los tipos de interés debido a la elevada inflación, pero también se han reducido los precios debido al abandono de los recortes fiscales no financiados. Las consideraciones de liquidez también juegan su papel. En general, podemos esperar una cierta erosión de las primas de riesgo en el tramo largo y una cierta reducción de las agresivas subidas del Banco de Inglaterra, pero el Banco de Inglaterra sigue subiendo, y la inflación es incómodamente alta. Por lo tanto, los rendimientos de los gilts se mantendrán relativamente altos en el futuro inmediato”, indica Goves.
En este sentido, Christoph Siepmann, economista senior de Generali Investments, añade: “El BoE (Banco de Inglaterra) también se enfrentará de nuevo a un escenario diferente. La política fiscal y la monetaria podrían ir ahora en la misma dirección de endurecimiento, lo que profundizaría el debilitamiento previsto pero permitiría al Banco de Inglaterra seguir siendo más decente en sus subidas de tipos”.
Según destacan los analistas de Ebury, mientras se restablece la estabilidad en los mercados gilt tras la dimisión de Liz Truss, la libra se estabiliza provisionalmente tras un mes extremadamente complicado. “Los principales riesgos parecen haberse eliminado por el momento, y la clave está ahora en la reacción del Banco de Inglaterra en su próxima reunión a principios de noviembre. Una subida de 100 puntos básicos debería aclarar que las autoridades británicas pretenden huir de las complicaciones y ser un factor positivo para la libra”, afirman.