Si analizamos los últimos informes que las gestoras han publicado, es fácil detectar que hay cuatro temas que siempre se repiten: guerra comercial, China, Brexit y Europa. Está claro que los riesgos geopolíticos son una preocupación para los analistas, que advierten que la volatilidad persistirá a lo largo del año. Pero, ¿cuál de todos estos temas tiene más preocupado a las gestoras?
Desde BlackRock Investment Institute advierten que el riesgo geopolítico se ha convertido en un factor de mercado importante para 2019, “especialmente en un entorno de crecimiento lento y una incertidumbre elevada sobre las perspectivas de ganancias económicas y corporativas”, matiza en su último informe. Ahora bien, ¿qué está en el centro de este debate geopolítico? La gestora apunta, como primera preocupación, la creciente rivalidad entre los Estados Unidos y China reflejadas en la dimensión económica, ideológica y militar. “Creemos que estas tensiones son estructurales y duraderas. Teniendo eso en cuenta, nos estamos sumergiendo profundamente en la carrera entre los dos países por el liderazgo tecnológico global”, destacan.
En este sentido, la gestora matiza que ahora el riesgo cibernético se ha sumado a este plano geopolítico. “La ciberseguridad se está convirtiendo en un asunto cada vez más acuciante, además de un punto problemático en el que los intereses económicos y de seguridad nacional de los países pueden entrar en conflicto. La combinación de estos factores está complicando las negociaciones comerciales entre China y Estados Unidos y está teniendo repercusiones en los mercados, especialmente en la cadena de suministro del sector tecnológico”, destacan desde BlackRock.
De hecho, los ataques cibernéticos están aumentando en alcance e intensidad. Los actores cibernéticos de todo el mundo varían en sofisticación y capacidad, desde agencias gubernamentales y redes terroristas bien financiadas hasta grupos delictivos con pocos recursos. Sus objetivos van más allá del robo de información personal y de negocios para incluir objetivos geopolíticos y económicos más amplios. “Consideramos los ataques cibernéticos como un riesgo creciente para las infraestructuras críticas. Las tensiones geopolíticas están impulsando un aumento en la escala y la sofisticación de los ataques cibernéticos, específicamente los de los estados más nacionalistas. Este es el telón de fondo en el que Estados Unidos se ha movido para restringir el uso de equipos de fabricación china que cree que podrían utilizarse para interceptar materiales sensibles o interrumpir la infraestructura estadounidense”, explican desde BlackRock.
La tecnología es solo la “punta del iceberg”, según David F. Lafferty, estratega jefe de mercados de Natixis Investment Managers, y subraya que la guerra comercial entre China y Estados Unidos es un reflejo del “enfrentamiento entre ambos por el liderazgo de la economía mundial”, por lo que no ve probable que puedan llegar a un acuerdo a corto plazo. El resultado de estas tensiones puede ser un incremento de la volatilidad de los mercados, con repercusiones negativas para las Bolsas. Misma opinión comparte Igor de Maack, gestor de fondos de DNCA, filial de Natixis IM, quien asegura que detrás de esta guerra comercial, también hay una guerra tecnológica y una búsqueda por el liderazgo económico mundial. “Como en la antigua Grecia, cuando Esparta y Atenas lucharon por la autoridad sobre el mundo griego antes de destruirse mutuamente, la trampa de Tucídides corre el riesgo de acorralar a ambas potencias mundiales”
“Estados Unidos ha disfrutado de un largo reinado como la única superpotencia económica del mundo, mientras que China está luchando para obtener el mismo estatus. Con o sin un acuerdo comercial, hay un terreno común limitado para llegar a un acuerdo, por lo que los dos países más poderosos no se verán cara a cara por un tiempo. Además, si bien no se asegura ninguna de estas consecuencias, todas conducirían a una mayor volatilidad del mercado y ninguna sería buena para los valores de las acciones globales”, sostiene Lafferty en su último análisis.
Sobre estas consecuencia de mercado hablaron durante el Investment Desk de Bank Degroof Petercam: “Tras el aumento de los aranceles, la disputa comercial entre Estados Unidos y China dió un giro tecnológico después de que Trump anunció que las empresas de tecnología estadounidenses ya no podrían suministrar componentes tecnológicos y software a la empresa china Huawei. Sin embargo, necesita tecnología americana para poder establecerse como líder mundial en 5G. En este contexto, las cotizaciones de las tecnológicas estadounidenses (semiconductores, Internet, etc.) han caído considerablemente. Las empresas europeas del sector también han perdido terreno. El mercado en su conjunto ha caído ligeramente, mientras que el S&P 500 se mantiene por encima de los 2.800 puntos. El mercado se pregunta si se trata de una nueva estrategia para aumentar la presión sobre China o es una reorientación del conflicto hacia lo que muchos consideran el verdadero quid de la disputa entre las dos grandes potencias económicas, es decir, la dominación de los sectores del futuro”.
“En este contexto, los mercados titubean mucho y la aversión al riesgo se percibe claramente en los máximos de volatilidad. Jérôme Powell, el líder del banco central estadounidense, también comenzó a alertar a los inversionistas sobre el nivel récord de deuda de las empresas estadounidenses, que representa un récord total de 35% de sus activos netos”, comenta por último Igor de Maack.