El mercado mantiene la expectativa de que la recesión en EE.UU. está a la vuelta de la esquina, pero según Richard Woolnough, gestor del M&G (Lux) Optimal Income Fund, esto es porque la Fed solo se fija en Wall Street. «No es una buena forma de dirigir la economía y no creo que haya que bajar los tipos de interés», ha defendido durante un encuentro con clientes en Madrid.
Woolnough destaca el crecimiento del mercado de deuda corporativa con grado de inversión (IG) en las últimas dos décadas, que ha caminado en paralelo al deterioro de su calidad. Por ejemplo, en la Eurozona se ha pasado de 204 emisores en el año 1997 a 687 en el año 2018, sobre todo en los últimos cinco años. Los datos muestran, además, la similar evolución que han experimentado los mercados de crédito corporativo tanto de EE.UU. como de Reino Unido, donde casi se han duplicado los emisores en el período entre 1997 y 2018.
De forma paralela, se observa como la calidad de ese crédito se ha ido deteriorando en el mismo período, pasando de un rating medio de AA a uno de A-. En el caso de los bonos gubernamentales, el deterioro de la calidad ha sido especialmente intenso en el caso del crédito corporativo de la Eurozona en comparación con el de EE.UU. y Reino Unido.
De hecho, si comparamos el deterioro de calidad de los bonos gubernamentales de la Eurozona frente a los coporativos, son éstos últimos los que salen peor parados, como se observa en el siguiente gráfico.
En este contexto de crecimiento de la emisión de crédito de peor calidad crediticia, Richard Woolnough, gestor del M&G (Lux) Optimal Income Fund, ha advertido del riesgo de sufrir default en los próximos años. «En el crédito CCC e inferior la probabilidad de impago es enorme, dentro de unos años 1/3 de esa deuda podría sufrir impagos. Es la diferencia entre asegurar a un conductor de 20 años o a uno de 50 años», ha explicado durante un encuentro con clientes en Madrid. En concreto, la tasa de default del crédito CCC supera el 35% en el período 1970-2015 frente al 0,1% de la deuda corporativa de mayor calidad (AAA).
En este escenario, Woolnough explica que, en base a su visión sobre la economía, han reducido mucho la duración. «La duración media de la cartera es de dos años. Europa se convirtió en buen valor entre 2010 y 2011 y fue ahí cuando compramos duración. Ahora estamos sobreexpuestos a crédito corporativo IG y solo compramos renta variable cuando esté muy barata», destaca.
Además, apuestan por las emisiones de deuda que cuentan con una prima adicional. Ejemplos de ello son las emisiones de deuda de ATT, Comcast y Verizon, que está recomprando su deuda y lo que hacen es comprar al mercado. «Para nosotros es fantástico e intentamos aprovecharlo», destaca Woolnough.
Respecto a la deuda soberana, han aumentado su exposición a la periferia europea, Italia y España y señala que los bunds a corto plazo, aunque la rentabilidad sea negativa, tienen la ventaja de la escasez de oferta aunque están caros comparados con los bonos estadounidenses
Woolnough defiende, por último la prima de liquidez del fondo. «La liquidez es muy importante, pero una de las cosas que hemos hecho bien es cosechar esa prima de liquidez. Cuando el mercado está muy caro, salimos y cuando está barato, compramos. La situación ha sido mucho más estable de lo que se podría pensar», concluye.