En Fráncfort, apenas dos días antes del décimo aniversario de la quiebra de Lehman Brothers, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo decidió mantener su tasa de interés sobre depósitos bancarios a un día, que en la actualidad es su principal herramienta de tipos de interés, en un -0,4%, mientras que el tipo de refinanciación principal, que determina el coste del crédito en la zona euro, se conservó en un 0,0% y la tasa de líneas de crédito marginales, el tipo de emergencia para los bancos, se mantuvo en un 0,25%.
Sin sorpresas, tal y como se había anticipado en la reunión de junio, el BCE espera que las principales tasas de interés permanezcan en estos niveles al menos hasta el verano de 2019 y, en cualquier caso, el tiempo que sea necesario para asegurar una convergencia continuada y sostenida de la inflación hasta niveles inferiores pero cercanos al 2% en el medio plazo.
Con relación a las políticas monetarias no estándar del Banco Central Europeo, el Consejo de Gobierno anunció que continuará realizando compras netas bajo su programa de compra de activos (Asset Purchase Programme, APP por sus siglas en inglés) al ritmo mensual actual de 30.000 millones de euros hasta finales de este mes. A partir de septiembre, el ritmo mensual de compras será reducido a 15.000 millones hasta finales de diciembre, y anticipó que, sujeto a los datos que confirmen las perspectivas de inflación a medio plazo, las compras netas terminarán entonces.
“¿Cuándo se podría decir que un banco central ha hecho un trabajo inmaculado? Cuando su programa de relajamiento cuantitativo está finalizando y los mercados financieros no podrían estar menos preocupados. Según esta definición, el BCE debería estar extremadamente satisfecho con el resultado de su reunión”, señaló Carsten Brzeski, economista jefe en ING Alemania.
“El encanto de la política de comunicación del Banco Central Europeo, ya establecido en la reunión de junio, es que cada paso de aquí a final de año ha sido trazado. El BCE sólo tiene que cumplir. No es una estrategia muy emocionante, pero desde luego es efectiva”, completó.
En esa misma línea, Kevin Flanagan, estratega senior de renta fija en WisdomTree, explicó que no existe ningún motivo para que el Bund alemán sufra una caída por culpa de la política del Banco Central Europeo, un punto que ha sido corroborado por la reacción del mercado tras la reunión del Consejo de Gobierno del BCE. “La política del Banco Central Europeo permanecerá acomodativa incluso aunque el programa de nuevas compras del relajamiento cuantitativo esté terminando, una cuestión que Draghi pareció enfatizar”, afirmó Flanagan.
Las proyecciones sobre crecimiento e inflación
Como cabía esperar, las perspectivas de crecimiento fueron revisadas ligeramente a la baja para la zona euro, del 2,1% proyectado en junio para final de año a un 2%. Para 2019, también disminuyeron en una décima, del 1,8% al 1,9%. Y, lo que es más importante, las expectativas de inflación del BCE no fueron revisadas a la baja y se mantuvieron en un 1,7% anual para los próximos tres años.
“El presidente del Banco Central Europeo parecía estar en un estado de ánimo casi optimista, en la medida que esto se aplica al habitual estoicismo que suele mostrar el banquero central. Se temía que las previsiones de inflación pudieran ser revisadas a la baja, conforme una economía con un crecimiento menor suele significar un declive en las presiones de los precios. Mostrando más plumas de halcón que de paloma, Draghi enfatizó que se ha fortalecido la confianza del BCE en que la inflación alcanzará el objetivo del 2%”, comentó Bart Hordijk, analista de mercados de Monex Europe.
Asimismo, Johannes Müller, responsable de análisis macroeconómico en DWS, coincide con el tono positivo de la reunión. “A pesar de una ligera revisión a la baja de las proyecciones de los expertos para 2018 y 2019, el BCE parece sentirse cómodo con sus perspectivas de un crecimiento económico sólido y de amplia base. El único cambio notable en la declaración fue un énfasis algo mayor en el aumento del crecimiento de los salarios. El BCE sigue considerando que los riesgos para las perspectivas son globalmente equilibrados, con incertidumbres derivadas del creciente proteccionismo y, además, de las vulnerabilidades de los mercados emergentes y de la volatilidad de los mercados financieros”.
Algunas cuestiones por resolver
En la sesión de preguntas y respuestas, el presidente Draghi tuvo la oportunidad de hacer algunos comentarios de apoyo sobre Italia, pero se abstuvo. Se limitó a dejar claro que no considera que proteger a Italia de los “ataques de los mercados financieros” sea asunto del BCE. También despachó con bastante facilidad las preocupaciones de riesgo de contagio de los mercados emergentes sobre la zona euro, declarando que suelen soportar mayores riesgos aquellas economías con unos fundamentales más débiles.
“El proteccionismo sigue siendo uno de los factores de mayor riesgo para la zona euro, pero Draghi parecía estar de muy buen humor tras la reunión como para pensar en el tema. Es posible que Draghi sea uno de los banqueros centrales más acomodaticios dentro de las economías desarrolladas, pero incluso para él, el vaso estaba medio lleno hoy, conforme parecía centrarse más en los riesgos positivos de la política monetaria”, afirmó Hordijk.
El comentario de Draghi que mayor movimiento causó en el mercado fue la mención de que los vientos en contra causados por las disputas comerciales y el estrés de los mercados emergentes pueden ser resistidos. “Una valoración optimista fue suficiente para mover al euro al alza (en niveles de 1,17 euro/dólar). Dudamos que este comentario sea suficiente para mantener el euro a ese nivel, teniendo en cuenta que la Reserva Federal será el siguiente banco central en los mercados desarrollados en mantener una reunión en este mes. En lugar de ofrecer una valoración optimista, la Reserva Federal actuará en el frente de las tasas de interés, incrementando el objetivo de la tasa de interés de fondos federales a un 2%-2,5%, lo que incrementa aún más la ventaja en tipos del dólar estadounidense. El Banco Central Europeo estará ocupado finalizando su programa de compras el resto del año, con un impacto limitado en las tasas de interés. Tras recortar a la mitad el programa de compras mensuales de activos, comenzando en octubre, el tono optimista, al menos en la última conferencia de prensa, incrementa nuestra confianza de que las compras de activos finalizarán con el año”, apuntó David Khol, estatega jefe de divisas en Julius Baer.
Además, según señaló Müller, siguen faltando los detalles sobre la política de reinversión. “Draghi dijo una vez más, en tono de broma, que esto no se discutió, y que el Consejo de Gobierno ni siquiera ha debatido cuándo iba a discutirlo”. En el comunicado oficial del BCE, se informó que el Consejo del BCE tiene intención de reinvertir los vencimientos de los títulos comprados bajo el programa de compras de activos durante un periodo de tiempo sin especificar tras la finalización de las compras netas de activos, matizando que las compras se mantendrían por el tiempo que fuera necesario para asegurar unas condiciones de liquidez favorables y un amplio grado de política monetaria acomodaticia.
Por último, según BlackRock, la atención del mercado debería centrarse ahora en el nuevo presupuesto del gobierno italiano, específicamente en si será capaz de mantener el déficit presupuestario dentro del criterio de Maastricht, inferior al 3% del PIB.
En términos de posicionamiento, Marilyn Watson, responsable de estrategia global de renta fija basada en fundamentales en la gestora de origen estadounidense, afirmó que están cortos en los bonos soberanos franceses y alemanes. Así como están tácticamente posicionados en corto frente al euro y tienen determinadas posiciones en emisiones de entidades financieras europeas y deuda subordinada. “También hemos añadido de forma marginal a nuestra posición total en renta fija europea de grado de inversión, a raíz de la nueva emisión”, concluyó.