El inicio de semana vuelve a estar marcado por los bancos centrales. En esta ocasión, es el turno de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), que se reunirá el próximo 1 y 2 de noviembre. Según los expertos, Jerome Powell anunciará una nueva subida que podría estar entre los 75 puntos básicos (pbs) y los 50 pbs, pero nunca menos. Por su parte, el mercado asigna una probabilidad del 81% a tener un alza de 75 bps y colocar la tasa de descuento en el 3,75%-4%.
“Este año, la Fed ya ha subido los tipos de interés nada menos que en 300 puntos básicos y ha lanzado un programa de endurecimiento cuantitativo acelerado. Pero estamos oyendo comentarios de los funcionarios de la Fed de que es posible que el ritmo de endurecimiento se ralentice desde 75 puntos básicos en la próxima reunión de noviembre a 50 o 25 puntos básicos en torno a final de año. Hace un año, la perspectiva de una subida de 50 puntos básicos habría sido un shock. Hoy día, cualquier cosa por debajo de los 75 puntos básicos supone una buena noticia”, Greg Meier director de economía y estrategia global de Allianz Global Investors.
Misma valoración realiza Marilyn Watson, Head of Global Fundamental Fixed Income Strategy en BlackRock: “Dado que la inflación se mantiene muy por encima del objetivo del banco central del 2% que el mercado laboral es sólido, el consenso entre los participantes en el mercado es que la Fed mantenga su agresiva trayectoria de endurecimiento con un cuarto aumento consecutivo de 75 pbs del tipo de los fondos federales”.
Según el análisis que hace Meier, los mercados de futuros muestran actualmente una probabilidad de más del 90% de que la Fed suba los tipos en 75 puntos básicos. “Lo que es menos seguro es lo que dirá el presidente de la Fed, Jerome Powell, durante la rueda de prensa y si los movimientos futuros de la Fed serán más moderados”, matiza el experto de Allianz GI.
En opinión de Christian Gattiker, Head of Research en Julius Baer, lo más relevante de la cita de esta semana es que “la Fed marcará la pauta sobre si tiene o no la intención de pivotar”.
“Como siempre venimos avisando, lo importante es el mensaje de cara al futuro movimiento de tipos. Si bien es cierto que hay poca evidencia sobre el cese de la inflación, y mientras continúa el aumento de los costes laborales, la Fed parece querer moverse hacía un mensaje de alzas futuras de 50 bps”, añade Javier Molina, analista senior de mercados para eToro.
A la espera de que la Fed de un giro
Si las estimaciones se cumplen, habrá sido la cuarta subida de 75 pbs realizada por la Fed, lo que lleva a las gestoras a plantearse si será la última de esta magnitud o mantendrá está senda tan agresiva durante más tiempo. Según explica Christian Scherrmann, U.S. Economist para DWS, si bien la serie habitual de datos económicos respalda claramente otro gran paso en noviembre, la Fed ha comenzado recientemente a difundir de nuevo la idea de que las subidas de tipos necesitan tiempo para desplegar su magia. Por tanto, considera que podría ser el momento adecuado para recalibrar.
“En julio y agosto, esta línea de pensamiento hizo que el mercado esperara un giro importante de la Fed hacia menos subidas de tipos. Pero estas esperanzas se desvanecieron rápidamente, y los mercados se desplomaron en septiembre como resultado. Esta vez, el mercado no se ha apresurado a proclamar un giro de la Fed. Creemos que el presidente de la Fed, Powell, y sus colegas merecen el crédito por esta reafirmación de las expectativas del mercado. Reiteraron con vehemencia su mantra de tipos más altos durante más tiempo, a pesar del probable alto coste. Sin embargo, la siguiente tarea en el libro de jugadas de la Fed podría resultar un poco más complicada. La Reserva Federal necesita abrir una vía hacia subidas de tipos de interés más reducidas sin parecer demasiado dovish. Y, en última instancia, necesita lo que podríamos llamar una pausa hawkish”, añade.
Según su análisis, es posible que haya algunos primeros signos de éxito en las agresivas subidas de tipos de la Fed. “Los sectores de la economía sensibles a los tipos de interés, como el inmobiliario, están cayendo en picado, lo que genera esperanzas de un enfriamiento de la inflación en los costes de la vivienda, que es uno de los principales impulsores de la inflación general. Por lo tanto, las expectativas de que los precios de los bienes duraderos se moderarán son realistas. Los inventarios siguen siendo elevados y las interrupciones en la cadena de suministro mundial han disminuido recientemente”, contextualiza Scherrmann.
En segundo lugar, argumenta que el exceso de demanda de mano de obra se está enfriando, mientras que los datos anecdóticos apoyan la opinión de que las empresas están reteniendo a los trabajadores, ya que la oferta de mano de obra sigue siendo limitada; lo que puede conducir a un menor aumento de los salarios, en su opinión.
“Por último, la idea de que la economía estadounidense entrará probablemente en una recesión (leve) en los próximos trimestres ha cobrado fuerza. Dado que las propias perspectivas de la Fed sobre el crecimiento económico para 2023 son actualmente relativamente optimistas, podría replantear su visión hacia una desaceleración leve, incluso una recesión, en la que persistan las presiones inflacionistas. Ello justificaría que la Fed hiciera una pausa en las subidas de tipos, pero que los mantuviera altos para acabar con la inflación, y por si acaso fuera necesario subirlos aún más”, afirma el experto de DWS.
En conclusión, Scherrmann sostiene que “la Fed podría empezar a dibujar un escenario de este tipo, pero lo más probable es que no lo haga antes de la reunión de diciembre, en la que está prevista la actualización del Resumen de Proyecciones Económicas”.
Argumentos en contra
Erik Weisman, economista jefe y gestor de carteras de MFS Investment Management, advierte a los inversores de que analizar el lenguaje de la Reserva Federal nunca es fácil, pero deberían buscar cualquier señal que indique cuál será el tipo de interés final y con qué rapidez lo alcanzaremos. “Discernir si el trabajo está hecho o no es importante, porque no podemos ni siquiera empezar a pensar en recortes, en lo que parece ser la recesión más bien telegrafiada de la historia, hasta que tengamos una mejor comprensión del momento del tipo de interés máximo de política”, afirma.
Sin embargo, en opinión de Audrey Bismuth, analista de macroeconomía global de La Française AM, mientras persista el riesgo de inflación en EE.UU., la Fed seguirá adoptando una postura agresiva. “Creemos que es prematuro plantear un cambio en la política monetaria. La inflación es demasiado alta y el mercado laboral está demasiado tenso. Desde el comité de julio, los responsables de política monetaria de la Fed se muestran cautos a la hora de enviar lo que podría ser percibido por el mercado como un mensaje dovish. La Fed está retrasando las expectativas de recortes de tipos, aunque, actualmente, los inversores esperan que el banco central flexibilice la política monetaria en el cuarto trimestre de 2023, bajando los tipos en 40 puntos básicos. Así, los mercados apuestan por un aterrizaje suave”, argumenta Bismuth.
Según su visión, incluso los datos económicos podrían seguir empujando a la Fed a subir los tipos, causando más dolor en la economía. “Según el dot plot de septiembre, seis de los diecinueve miembros de la Fed señalaron el 5% para el próximo año como límite superior de su objetivo, mientras que la proyección mediana del rango se situó en el 4,75%. Si la Fed sube los tipos otros 75 puntos básicos en diciembre, los mercados podrían anticipar un tipo terminal superior al 5%”, indica el analista de La Française AM.
Por último recuerda que hasta que la Fed no ponga fin a su ciclo de endurecimiento, lo que según las previsiones del mercado no ocurrirá antes de marzo de 2023, en el mejor de los casos, el aumento de los rendimientos reales seguirá pesando sobre los activos de riesgo y los bonos. “Una ralentización del ritmo de endurecimiento monetario no ofrecerá más que un alivio temporal para la mayoría de las clases de activos. Dado el riesgo real de recesión, creemos que los inversores buscarán principalmente oportunidades en la duración”, concluye Bismuth.