En la antepenúltima reunión del año del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), el consenso del mercado espera que la Fed anuncie un alza de tipos de 25 puntos básicos, situando la tasa de interés de fondos federales en un rango entre el 2% y el 2,25%, y anticipa una subida adicional en alguna de las dos siguientes reuniones del año, ya sea en noviembre o diciembre.
Además, en la reunión de septiembre se revelarán nuevas proyecciones económicas y las valoraciones de los participantes del Comité Federal de Mercado Abierto sobre política económica, es decir, una nueva entrega del famoso diagrama de puntos de la Fed, que se ha convertido en una herramienta de predicción sobre los posibles movimientos en la tasa de interés de fondos federales.
“Creemos que es probable que la Reserva Federal comunique que su política monetaria deja de ser acomodaticia, o que simplemente elimine esa palabra de su comunicado. En los recientes discursos realizados por miembros de la Fed se ha hecho hincapié en que las tasas están llegando a un nivel de neutralidad y que están en el camino de convertirse en política restrictiva dentro de una expansión económica continuada”, comentan desde el equipo de BofA Merrill Lynch Global Research.
“Esto se puede ver reflejado en el diagrama de puntos, cuyo riesgo aumenta en el largo plazo del 2,875% al 3,0%. También creemos que el diagrama de puntos de 2021, que será de nueva entrega, será algo más elevado que el de 2020, sitúandose en un 3,5%. Esto significa que la Fed está debatiendo si las tasas estarán al menos unos 50 puntos básicos por encima de la tasa de equilibrio a largo plazo. Los mercados esperan que la Fed tenga un tono más optimista, lo que podría no resultar en una reacción significativa en el incremento de tasas o en las proyecciones, especialmente si se tiene en cuenta cómo ha cambiado la cotización para 2019 de la Fed. Creemos que la Fed está comprometida a endurecer su política monetaria y esto debería resultar en una curva más plana con el transcurso del tiempo. Los mercados de divisas están esperando una Fed optimista y el dólar estadounidense se ha depreciado con la reciente anticipación de nuevas subidas de tasas”, explican.
De este modo, François Rimeu, responsable de multiactivo y estratega senior de La Française AM, argumenta que en su gestora esperan que el “punto medio” del diagrama de puntos permanezca prácticamente sin cambios con dos alzas más este año: entre ellas que la Reserva Federal incremente la tasa de fondos federales en 25 puntos básicos, (tal y como lo espera el mercado); tres en 2019 y una en 2020.
“También conoceremos las nuevas previsiones para 2021, que deberían ser similares a las previsiones para 2020. Las tasas de largo plazo cambiarán cuando un nuevo votante, el Sr. Clarida, exprese su opinión por primera vez; creemos que será revisado a la baja, pero sin un impacto significativo en los mercados”, aclara Rimeu.
Cuatro subidas en 2018
La parte que despierta más interés y, por tanto, resulta más interesante de la reunión de este miércoles será el comunicado posterior que efectuará Jerome Powell, ya que la subida en el mes de septiembre está del todo descontada. “Con esta nueva subida, la Fed habrá realizado tres alzas de tipos este año. Desde Degroof Petercam esperamos una nueva subida antes del cierre del ejercicio. La mayoría de los miembros de la FED secundan esta cuarta subida y el mercado le otorga una posibilidad cercana al 80%. Los datos macroeconómicos publicados recientemente refrendan este escenario. El crecimiento de la economía norteamericana se sitúa ligeramente por encima del 4% y el mercado laboral se encuentra en pleno empleo. Con estos datos, es fácil pensar que la decisión está tomada. Esperaremos para saber si los datos adelantados que posee la Fed siguen en esta línea o si, por el contrario, se empieza a vislumbrar una ligera desaceleración”, indica Juan Ramón Casanovas, responsable de la gestión de carteras privadas en Bank Degroof Petercam Spain.
En ese sentido, Franck Dixmier, director global de renta fija en Allianz Global Investors, espera que la Reserva Federal enfatice sobre la necesidad de llevar a cabo una normalización continuada de la política monetaria, realizando un total de cuatro aumentos en 2018 y dos más en la primera mitad del próximo año.
“Cada nuevo informe sobre el sólido crecimiento económico en Estados Unidos, así como el aumento controlado de la inflación, parece validar el enfoque de la Fed para normalizar la política monetaria de Estados Unidos. La actividad económica está en auge en los Estados Unidos y la Reserva Federal parece estar haciendo un buen trabajo al continuar con la normalización de la política monetaria sin perder de vista la inflación. Si bien el informe del IPC de agosto fue levemente inferior a las expectativas, el informe de empleo del mismo mes arrojó un sólido conjunto de datos. Las nóminas de EE. UU. han sido fuertes, el crecimiento de los salarios, situado en un 2,9%, es saludable y el desempleo se encuentra en un 3,9%. Incluso la medida más amplia de la tasa de desempleo, el informe U-6, cayó en agosto a un impresionante mínimo en 17 años”, señala Dixmier.
Según explica el experto de Allianz GI, esta convergencia de la actividad económica indica claramente que la economía de Estados Unidos está avanzando. Sin embargo, aunque la inflación tiende a subir, habiendo llegado al 2,7% en el mes de agosto, no está aumentando como para enviar una señal de advertencia a la Reserva Federal.
“Es importante enfatizar que la Reserva Federal no pondrá sus planes de alza de tipos en piloto automático. El FOMC será pragmático a medida que se acerque a la tasa neutral, una tasa que no estimula ni frena el crecimiento económico. Las estimaciones varían sobre cuál es la tasa neutral correcta, pero el presidente de la Reserva Federal de Dallas, Robert Kaplan, dice que es alrededor del 2,5%; otras estimaciones lo ubican alrededor del 3%, mientras que el rango objetivo para los tipos de fondos federales es en la actualidad entre un 1,75% y 2,00%. En cualquier caso, a medida que la Reserva Federal se acerque más a la tasa neutral, esperamos que permanezca inmune a la presión política, a medida que evalúa el camino seguido por la inflación y sus riesgos para la actividad económica de Estados Unidos. Al mismo tiempo, la Fed es consciente de los riesgos que se avecinan, como la escalada de las guerras comerciales, un Brexit difícil, una política contenciosa en Italia, el contagio en los mercados emergentes y la desaceleración en China”, añade.
“En general, la política de la Fed sigue siendo acomodaticia, a la vez que, claramente, no está detrás de la curva, y la Fed parece estar elevando los tipos a la tasa adecuada para mantenerse al día con la inflación. Hay que tener en cuenta que el FOMC comenzó las subidas al comienzo del ciclo económico actual, cuando no había inflación, porque confiaba en que la inflación volvería. Y la Fed tenía razón”, asevera.
La que sería la tercera subida del año, estaría en línea con el mensaje comunicado en las anteriores reuniones de la Fed, en un contexto donde el mercado ya descuenta con un 83% de probabilidades una subida adicional en diciembre, según señalan los expertos de Renta 4 Banco.
Concuerda con esta visión, Hans-Jörg Naumer, responsable global de mercados de capitales y research temático de Allianz Global Investors, que cree la subida de los tipos de interés es casi segura. “El mercado monetario anticipa ya esa subida y las expectativas respecto a sus tipos se han movido un poco al alza ajustándose a lo que se espera del FOMC. Será interesante ver hasta que punto la citada autoridad monetaria cambia su lenguaje y pasa a utilizar el adjetivo “neutral”, en lugar de “acomodaticio”. Tendrá que ir con pies de plomo, ya que no quiere que el mercado descuente que el ciclo de subidas terminará antes, pero sabe que se está acercando cada vez más al tipo de interés neutral”.
En esa misma línea, Philippe Waechter, economista jefe de Ostrum AM, gestora afiliada de Natixis IM, también apuesta por un escenario de cuatros subidas de tipos en 2018 y aplaza las incógnitas para el 2019. “En las últimas actualizaciones de las proyecciones económicas y financieras realizadas por los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto en junio, se esperaban tres subidas de tipos en 2019, ¿cómo podríamos tener una idea más clara de lo que está por venir? Parece que para 2018 ya estuvieran confirmadas cuatro subidas por parte de la Fed. Mencioné este escenario a principios de año debido a la política fiscal expansionaría implementada por la Casa Blanca, y no he cambiado de opinión, la subida en la tasa de interés de fondos federales no es más que un modo de contrarrestar los desequilibrios creados por esta política que busca impulsar la demanda doméstica”, comenta.
Asimismo, Dave Lafferty, estratega global en jefe de Natixis IM, defiende que, en su opinión, la política de la Fed se aproxima a una fase más peligrosa a medida que se avanza hacia el 2019. “La tasa real de los fondos federales está alcanzando 0% por primera vez en 10 años ya que la tasa cercana al 2% finalmente está alcanzando a la inflación de casi 2%. Los créditos inmediatos ya no son dinero gratis. Quizá lo más importante es que la ruta esperada para la restricción de la Fed hacia el año próximo deberá llevar las tasas a más de r* (“r-star”), la frontera teórica donde la política de la Fed va de acomodaticia a restrictiva. Independientemente de que tan bien Powell difunde su mensaje esta semana, el logro de estas dos hazañas debe fungir como una advertencia de que los próximos 100 puntos base de restricciones serán probablemente mucho más dolorosos para los inversionistas que los últimos 100 puntos base”, explica el experto de Natixis IM.
Lectura positiva de la economía doméstica
Las previsiones económicas se actualizarán, pero nuevamente, sin cambios significativos, ya que el crecimiento y la inflación siguen una tendencia similar a la observada en agosto. Según apuntan desde el equipo de análisis de Ahorro Corporación Financiera, el PIB del tercer trimestre de 2018 podría mantener un fuerte ritmo de crecimiento, en torno al 3,2% inter-trimestral anualizado, después de haber crecido un 4,2% en el segundo trimestre de 2018, favorecido por la rebaja fiscal aprobada a comienzos de año. “Creemos que, con la tasa de inflación en el entorno del objetivo (el deflactor del consumo privado se sitúa en el 2,3% interanual y la tasa subyacente en el 2,0%), la fortaleza del crecimiento económico y los mínimos de la tasa de paro (3,9%) respaldan que la Fed siga subiendo los tipos de interés gradualmente”, comentan.
Por otra parte, esperan que las previsiones macroeconómicas permanezcan sin cambios sustanciales. “Las previsiones de crecimiento podrían no variar significativamente desde un 2,8% para 2018, a un 2,4% para 2019 y un 2,0% para 2020 y podría situarse en torno al 1,9% para 2021. Asimismo, no esperamos cambios sustanciales en las previsiones de inflación (medida por el deflactor del consumo privado) desde el 2,1% para el periodo 2018-2020 y podría situarse en el 2,2% para 2021”, adelantan.
De nuevo, Waechter, haciendo referencia al impulso en la demanda doméstica en la econonomía, sostiene que ésta refleja el impacto de dos factores: el primero es el impacto directo de los recortes fiscales y el aumento del gasto público, pudiéndose observar los efectos positivos de este enfoque de dos vertientes para la demanda. El segundo componente sería la política comercial que aspira a utilizar la producción doméstica para reemplazar las importaciones, lo que impulsa notablemente la demanda de bienes y servicios de las empresas estadounidenses. Es decir, la Casa Blanca ha adoptado un doble enfoque: por un lado, impulsa la demanda doméstica y en el otro, dirige esta demanda adicional hacia empresas estadounidenses en lugar de hacia importaciones. “Este impulso interno puede tener al menos dos consecuencias directas: la primera es el riesgo de inflación, porque la demanda es fuerte, y la segunda, es debida a los mayores aranceles en las importaciones. En el primer aspecto, una demanda más fuerte por los bienes y servicios estadounidenses empujará los precios al alza. Los aranceles del 20% en la importación de lavadoras ya han subido el precio de estos bienes en un 16,4%. El otro factor es que el incremento de la demanda doméstica llevaría a un deterioro del déficit externo de Estados Unidos, conforme la demanda crece de forma instantánea, pero lleva tiempo construir las fábricas, por lo que las importaciones crecen mientras tanto”, añade.
El impacto en los mercados emergentes
Sin embargo, hay otros gestores que confían en que la Reserva Federal estadounidense tome un tono más acomodaticio, pudiendo interrumpir su actual programa de subidas de tipos a finales de este mes, lo que proporcionaría a los mercados emergentes un respiro necesario y podría desencadenar un repunte de alivio en la región.
“Creemos que la última acta de la Fed mostraba un tono acomodaticio, por lo que ahora esperamos una subida adicional este mes y, de momento, ninguna más”, declara Carl Eichstaedt, gestor de renta fija en Western Asset, filial de Legg Mason especializada en renta fija global.
Según apunta Eichstaedt, el contenido del acta de septiembre será clave, especialmente si la Fed elimina la palabra “acomodaticio” de su declaración, lo que podría constituir una señal de que pausará su ciclo de subidas de tipos. “No esperamos que retome el ciclo de subidas en diciembre, por lo que podríamos observar un repunte en el tramo corto de la curva de rendimientos, lo que sería positivo para los mercados emergentes y para la deuda corporativa”
Según el gestor de Western Asset, si se analiza esta crisis de los mercados emergentes y se compara con las anteriores, se puede ver que esta región se encuentra en una posición radicalmente distinta en este momento. “Los mercados emergentes, en general, han sabido reducir con éxito su dependencia a la deuda en dólares y no creemos que cuenten con un problema comparable al de las demás crisis. Por ello, en nuestra opinión, esta clase de activos cobra ahora más atractivo que nunca para los inversores, si bien entraña riesgos idiosincrásicos”.
Entre estos riesgos, se incluyen puntos de máxima relevancia, como Turquía y Argentina. “Turquía acaba de subir tasas como se esperaba hasta un 24%, y Argentina está tomando los pasos correctos, pero hasta ahora solo ha obtenido resultados negativos, pero otras áreas siguen siendo atractivas” afirma.
“Entre las posiciones que han sido favorecidas en las carteras de Western Asset, como la de la estrategia Legg Mason Western Asset US Core Bond, se encuentran países como México, Brasil, Rusia e Indonesia. Mucha de la caída en los mercados emergentes ha sido exagerada, el peso mexicano, por ejemplo, es la novena divisa más líquida del mundo, mientras que Rusia constituye ahora una inversión atractiva desde el punto de vista de las valoraciones y los inversores están recibiendo una mayor compensación por asumir ese riesgo”, agrega Eichstaedt.
A pesar de que nuevos aranceles han sido establecidos sobre las importaciones estadounidenses de productos producidos en China, éstas tuvieron poco impacto en los mercados, y el sentimiento inversor mejoró considerablemente. “Incluso el dólar cayó la semana anterior. La volatilidad del mercado se redujo, los mercados bursátiles asiáticos, incluyendo la Bolsa de Shanghai, subieron en un 4%”, explica Axel Botte, estratega de inversiones en Ostrum AM, gestora afiliada de Natixis IM.
“La deuda emergente denominada en dólares y la denominada en divisa local atrajeron flujos de entrada de nuevo. En lo que respecta a las divisas, el real brasileño se benefició de un contexto más de apoyo. El rendimiento del bono del Tesoro a 10 años aumentó en 9 puntos básicos a un 3,08%, antes de que el Comité Federal de Mercado Abierto mantenga su reunión de septiembre”, concluye Botte.